—Bueno, Mary, ya que tu hijo está aquí, ¿por qué no le dejamos confesar acerca de sus mentiras? —dijo Kate.
—Kate, para... —Mary estaba a punto de detener a Kate porque no estaba lista para hablar con su hijo en este momento. Estaba muy angustiada con la idea de que Matt no fuera el hijo perfecto que tenía.
Pero Kate ignoró completamente a Mary. Ella abrió la puerta y finalmente vio a Matt en persona después de un tiempo.
Todavía se veía igual, apestoso y desaliñado.
Tenía una barba sin recortar que no se había lavado durante un tiempo. Llevaba una camisa blanca manchada que Kate sospechaba que también había estado sin lavar durante al menos un mes, viendo lo amarilla que se había puesto.