Kate llamó a Henry poco después, diciéndole que había terminado con su plan y que ahora todo dependía de él.
—No te preocupes, amor. Estoy organizando todo en este momento. Me aseguraré de que todo esté de acuerdo al plan —aseguró Henry—. Pero sabes que no estoy haciendo esto gratis, ¿verdad? También exijo algo de ti. Espero que estés lista en el momento en que abra esa puerta.
Kate soltó una risita. Echó un vistazo a la lencería recién comprada en la cama —Sí, te espera una dulce sorpresa, Señor Grant.
La respiración de Henry comenzó a agitarse mientras imaginaba muchas cosas salvajes. Había estado actuando como una bestia hambrienta todo este tiempo, constantemente salivando por el cuerpo de Kate, esperando pacientemente hasta que Kate se expusiera para que él pudiera 'probarla' de nuevo.
Su cuerpo era una adicción que nunca pudo olvidar, y haría cualquier cosa por tenerla solo por una noche.
—Me tienes alterado, Gatita. Realmente sabes cómo provocarme —dijo Henry.