Para él, no importaba si Kate decía que Henry ni siquiera debería molestarse en hacer algo contra Erin porque ella no era su problema.
Él sabía que era su problema, pero ese problema lo inquietaba. Lo hacía incapaz de concentrarse en su trabajo o plan porque no dejaba de pensar en cómo Erin podría intimidar a Kate y hacerla llorar de nuevo en el futuro.
Entonces, él aún debería hacer algo contra Erin. Solo tenía que encontrar una forma ingeniosa de deshacerse de ella sin simplemente matarla y abandonarla para que Kate no notara que la desaparición de Erin fue obra suya.
—Tal vez el problema siempre fue Erin —supuso Henry—. Quizás debería deshacerme de ella primero, para que Kate deje de derramar esas malditas lágrimas que podrían inquietarme.
—Una vez que las cosas se hayan arreglado con Erin, debería poder hacer que Kate se enamore locamente de mí, para que haga todo lo que le diga más adelante.