—¿Quién de ustedes conoce a Wadi Jiménez? —preguntó el Gran Anciano mientras miraba a todos.
—He oído que Wadi Jiménez es el nieto de Faris Jiménez. Su talento en artes marciales antiguas es impactante. Aparte de eso, no sé nada más sobre él... —respondió el Segundo Anciano.
—El nieto de Faris definitivamente no es una persona ordinaria. De lo contrario, Honduria no habría causado tal conmoción. Es obvio que Faris no está satisfecho con su derrota ante el líder de la secta, así que quiere aprovechar esta oportunidad para revertir la situación. He oído que quiere transmitirlo en vivo. Es evidente que no quiere que la gente de la Secta de la Nube Púrpura interfiera... —analizó el Gran Anciano en voz baja.
—Sí, la gente de Honduria ha estado preparada para esto desde hace tiempo. Si no hubiera causado tanta conmoción, podríamos haber optado por no aceptar el desafío —susurró suavemente un anciano.
—Siento que esta vez, el joven líder de la secta va a estar en peligro...