El pasaje lateral también estaba lleno de oscuridad impenetrable, que fluía alrededor de Sunny dejándolo ciego y sordo. La hoja de la Vista Cruel brillaba con una tenue radiación, creando un pequeño círculo de luz a su alrededor. Esa luz parecía luchar contra la marea de negrura helada, haciéndola parecer más absoluta.
Las paredes del pasaje estaban mucho más cerca la una de la otra que las del túnel principal, su techo más bajo y el círculo de luz aún más estrecho. Todo eso hizo que Sunny se sintiera extremadamente claustrofóbico. Caminaba hacia adelante con una expresión resentida en su rostro, sintiendo que el suelo se inclinaba hacia abajo bajo sus pies.
Si había algo que los tranquilizaba, era la silueta silenciosa de Santo a su lado. El taciturno demonio se movía con su indiferencia habitual, empuñando el Pecado del Consuelo en sus manos.
Juntos, descendieron más profundamente en las entrañas de la montaña.
«Maldita sea… demonios… esto es una porquería…»