"Después de un rato, nada rodeaba al convoy sino la vasta extensión de olas rodantes. Los cuarenta colosales naves se movían en una formación estrecha, con el temible buque insignia sirviendo como la punta de lanza de la flota expedicionaria. Cientos de formidables cañones apuntaban en todas direcciones, sus campos de fuego se superponían para crear una zona de exclusión letal alrededor de la procesión.
Sin embargo, Sunny no estaba tranquilo.
Observó la superficie ondulante debajo por algún tiempo, una expresión oscura nunca le abandonó su rostro. A pesar de la grandiosa magnitud de su paso, el convoy se movía con una medida sorprendente de silencio. Si no fuera por el sonido del agua desplazada por las poderosas proas y las salpicaduras contra la armadura de aleación, Sunny podría haber cerrado los ojos e imaginado que no había otros barcos a su alrededor.