"""
En el granero.
Melodía fue golpeada hasta el borde de su último aliento por la violencia de Jeanne.
Jeanne no pasó por tantas etapas. No era tan perversa como Melodía.
Solo necesitaba vengarse.
Ojo por ojo.
El cuerpo de Melodía estaba cubierto de sangre. Yacía en el suelo, sin moverse en absoluto.
A lo largo de todo el proceso, Edward solo observó en silencio. Miró en silencio cómo Jeanne todavía podía derribar a Melodía hasta el punto de que Melodía ya no pudiera moverse.
Edward observó cómo Jeanne caminaba descalza hacia Melodía.
Jeanne se agachó.
Agarró el cabello de Melodía y la obligó a mirarla a ella.
La expresión de Melodía era feroz. No tenía ninguna fuerza para resistirse. No era tan poderosa como Jeanne. Incluso si Jeanne estaba exhausta, aún resistiría. Por otro lado, Melodía no quería resistirse en absoluto. Preferiría morir así.
Le dijo ferozmente a Jeanne:
—¡Mátame! ¡Mátame!
—No te mataré —dijo cruelmente Jeanne.
¿Matar?