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Sebastián salió de la suite presidencial del hotel, recién salido de una reunión con un cliente, dirigiendo a Samuel en algo. —Jasper está ocupado estos días tratando con las medidas de seguridad —añadió—. Es tu deber cuidar al cliente. El envío está en camino. No quiero errores antes de cerrar el trato.
Samuel asintió. —Todo será atendido. Mientras caminaba por el vestíbulo, su mirada se desvió fugazmente hacia una persona conocida abajo.
¡Elsa! Su mente gritó.
Samuel seguía de cerca a Sebastián, pero su mirada se detuvo en Elsa. No podía evitar sentirse atraído por su belleza y elegancia. Sus pasos se ralentizaron y se quedó un poco rezagado respecto a Sebastián mientras la observaba entrar al ascensor con un grupo de damas. Al mirar hacia el ascensor en movimiento, su atención estaba completamente puesta en Elsa, a quien podía ver a través de las paredes de cristal.