Jasper estaba parado nerviosamente frente a Sebastián, agarrando su teléfono móvil fuertemente en su mano. Mientras esperaba que Sebastián hablara, no podía evitar sentirse culpable por mantener secretos de él.
—¿Qué estás haciendo aquí? —La aguda voz de Sebastián cortó el aire—. Encontré a Britney sola en su habitación cuando llegué. Pensé que habías ido a hablar con el médico, pero no estabas allí. Y aquí estás, hablando por el teléfono.
Jasper soltó un pequeño suspiro de alivio. Parecía que Sebastián no sabía nada sobre el accidente ni sobre Ella. Al menos, no todavía. —Britney estaba dormida —respondió lentamente, tratando de mantener su voz firme—. No quería molestarla. Así que, salí a tomar un poco de aire fresco.
Su explicación, aunque plausible, llevaba una tensión subyacente mientras navegaba el delicado equilibrio de mantener el secreto.