"Abigail miraba por la ventana, como si el paisaje del campo, que pasaba rápidamente, tuviera las respuestas a sus sentimientos encontrados, durante el trayecto. Cristóbal la miraba de reojo, su mente acelerada buscando las palabras apropiadas para cerrar la brecha entre ellos.
A medida que el silencio se hacía más espeso, su paciencia se agotaba. Los dedos de Cristóbal se apretaron contra el volante, su frustración y preocupación aumentaban. Intentó tomar su mano, su tacto era una súplica de conexión, pero ella retiró su mano.
—Abi, por favor, háblame —insistió.
Abigail no dijo nada, como si no lo hubiera oído.
—Mira, lo siento. Admito que cometí un terrible error. No debería haber gritado a Jasper…
—Esto no es sobre gritarle a Jasper —replicó ella, interrumpiéndolo—. Todo tiene que ver con tu fe en mí. No deberías tener ningún problema con que hable o haga amistad con cualquier hombre. Tus celos... me dolieron.
—Confío en ti —insistió, su voz transmitiendo su sinceridad.