Varios días después...
La vida de Abigail era una rutina mundana de despertarse, mirar por la ventana la hermosa vista y luego tratar de llenar las interminables horas con algún tipo de actividad. Pero no había nada que pudiera hacer para distraerse de extrañar a Cristóbal. Lo extrañaba más y más con cada día que pasaba.
Para mantenerse ocupada, Abigail a menudo se encontraba recordando el tiempo que pasó con Cristóbal.
Intentó mantenerse ocupada leyendo libros y revistas, pero no pasó mucho tiempo antes de que agotara las escasas opciones disponibles en la casa. No tenía teléfono, internet, u otros medios de comunicación con el mundo exterior. Se sentía aislada y sola, sin nadie con quien hablar excepto María.
Sí...
Maria había estado viviendo aquí con Abigail desde el día en que Sebastián la trajo aquí.