Britney estaba sentada en la mesa de comedor, esperando a Cristóbal. Cuando lo vio bajando las escaleras, sonrió y se acercó a él.
—Ya estás listo. Qué bien. Ven a comer ahora. —Ella le tomó la mano.
—Britney... —Cristóbal la detuvo antes de que lo llevara consigo—. Ya es tarde. Tengo que irme ahora.
Él retiró su mano, pero ella entrelazó su brazo con el de él.
—Vamos, Chris... Hoy es sábado. —Hizo un puchero, fingiendo molestia—. No tienes que llegar a la oficina a las 9 en punto. Ahora eres el jefe. No tienes que reportarte a Papá.
Al final de la última frase, ella se rió.
—Come conmigo. —Lo arrastró hasta la mesa.
Cristóbal sintió que sería descortés rechazarla, así que se sentó a comer.
—¿Cuándo regresa Abigail? —preguntó ella, mirándolo con curiosidad.