Sonia suspiró de satisfacción la mañana siguiente cuando sintió a Bryan besándola desde su espalda hasta su hombro y luego su mejilla.
—Buenos días, novia —Bryan saludó con una sonrisa mientras la miraba a la cara.
—Buenos días, amante —Sonia respondió con una sonrisa mientras abría los ojos y se acurrucaba más cerca de él con su cuerpo desnudo, haciendo que sus pechos se apretaran contra el lado de su igualmente desnudo pecho.
—Te quedaste dormida anoche —dijo Bryan en tono burlón.
—Sí, lo hice. Me dejaste agotada —dijo Sonia con una sonrisa mientras frotaba su nariz contra su pecho desnudo, inhalando el aroma peculiar a él.
—No te oí quejarte anoche —dijo Bryan y suspiró suavemente cuando sintió la punta de su lengua en su pezón—, No deberías empezar algo que no puedes terminar —advirtió Bryan.
—¿Quién dijo que no puedo terminarlo? —preguntó Sonia mientras usaba su lengua para dibujar círculos alrededor de su pezón, haciendo que Bryan respirara hondo.
—Cariño...