Cielo estaba tan nerviosa de contarles a sus padres sobre su embarazo. Sus emociones iban y venían entre sentirse emocionada y nerviosa. Avergonzada, fue a la habitación de sus padres. Esperaba encontrar solo a su madre. Se sentiría más cómoda contándole a ella primero.
Como esperaba, solo su madre estaba en la habitación. —Buenos días, madre —saludó, sintiendo mil mariposas en su estómago.
—Buenos días —su madre sonrió mientras desayunaba en su habitación hoy.
—¿Padre está ocupado con la guerra? —preguntó.
Su madre asintió.
Cielo se sentó con ella.
—¿Ya comiste? —preguntó su madre.
—Lo haré pronto. Solo quería decirte algo primero —las mariposas en su estómago enloquecieron. De repente, se volvió difícil respirar.
Su madre entrecerró los ojos y esperó pacientemente.
—Estoy embarazada, madre —Cielo soltó tan rápido como pudo. Tenía miedo de escuchar sus propias palabras y miró hacia abajo, temiendo encontrar la mirada de su madre.