Zarin observó a Heaven sentada en el jardín y mirando a su alrededor. Se sentó por bastante tiempo y parecía estar profundamente perdida en sus pensamientos. Al principio, él pensó que estaba esperando a alguien, pero ahora se dio cuenta de que simplemente estaba descansando afuera.
No le gustó cómo terminaron las cosas entre ellos la última vez, así que se acercó a ella para arreglar las cosas. Cuando se acercó, ella se volvió hacia él.
—¿Puedo sentarme? —preguntó, haciendo un gesto hacia el lugar vacío a su lado.
—Sí.
Se sentó y ella volvió a mirar el jardín. —Es hermoso —dijo casi con tristeza.
—Lo es —él estuvo de acuerdo.
Ella suspiró. De nuevo, sonaba triste. —Sin embargo, no tiene nada que ver con el de casa.
Zarin miró a su alrededor y, extrañamente, estuvo de acuerdo con ella. Nada en este lugar entero-era como el hogar. Le faltaba calidez. Se sentía vacío.