La tecnología siempre fue un tema fascinante para Quinn. Y al mirar la enorme nave espacial frente a él, recordó el estado tecnológico de la Tierra.
Había avanzado mucho y a un ritmo mucho más rápido que en cualquier momento antes del Ataque Dalki. Aunque Quinn se enteró de que estas tecnologías habían existido durante mucho tiempo, sólo que los vampiros las guardaban para sí mismos.
Junto a él, Sil había establecido un enlace que los conectaba con la nave más grande, y ahora su nave se dirigía hacia la estación de acoplamiento. La estación de acoplamiento estaba a un costado, cerca del vientre del gran barco.
Lo que resultó aún más sorprendente para Quinn fue ver que Sil podía operar la nave de forma semi-automática, presionando botones como si fuera algo natural.