Al escuchar la historia, Vincent solo podía imaginar el horror que habían pasado aquellos en la Nave Maldita. Al principio, se vieron obligados a enfrentarse a sus compañeros humanos, los usuarios de habilidades más fuertes que se conocían. Después de sentir que habían logrado salir adelante, llegaron los Dalki.
Aunque, a juzgar por la historia, los Dalki les habían permitido un poco de descanso, pero solo por un momento. Luego, cuando finalmente se estrellaron como su única opción. Pensaron que podrían dirigirse a salvo al Refugio, que todo había terminado, solo para entrar en una guarida llena de Dalki.
—Fue mi culpa. —Sam continuó diciendo—. Yo fui el que los llevó a este Refugio, sin pensarlo bien. Quizás podríamos haber intentado encontrar un lugar mejor en la nave para refugiarnos. Los fuertes miembros Malditos podrían haber ayudado a aquellos que luchaban contra los Dalki. En cambio, simplemente saltamos de la sartén al fuego.