Habían pasado unos días desde que Quinn y su grupo llegaron a la Isla Blade. Aprendieron bastantes cosas nuevas durante su estancia y algunas dinámicas cambiaron dentro del grupo.
Por un lado, Quinn no tenía idea de por qué estaba tardando tanto la gente de Eno en llegar a la isla. Siempre que preguntaba al anciano, la única respuesta que recibía era que estarían aquí en algún momento. Parecía que tenían que venir de un lugar muy lejano, o estaban asegurándose de que nadie pudiera verlos en su camino allí.
La bestia de nivel Demonio había regresado a su lugar original frente a la tableta. La mayoría del tiempo parecía estar durmiendo, sólo se despertaba brevemente cada vez que Quinn iba a visitarla para ver si había alguna información que pudiera obtener sobre su familia, o si la tableta le hablaría de nuevo, pero eso nunca sucedió.