—¿Quedarse? —respondió Vorden.
Era extraño que Layla estuviera posiblemente hablando de ser dejada aquí en este planeta, sola, con todos los demás. Al mirar los pequeños cuernos en la parte superior de su cabeza y las chicas amigables alrededor del lugar que parecían ser como ella, Vorden no pudo evitar pensar que tal vez encajaba más con este tipo de multitud.
'Quizás ahora se siente más en casa con personas más parecidas a ella.' Vorden pensó.
Al ver un leve ceño fruncido y una expresión triste en la cara de Vorden, Layla sintió que necesitaba asegurarse de que no hubiera malentendidos entre sus palabras.