En un planeta particular, cuando uno miraba al cielo, descubriría el hecho de que había tres lunas, dos de las lunas brillaban intensamente permitiendo un tenue resplandor en la superficie. Mientras que una de las lunas tenía un papel importante. Creaba un eclipse permanente bloqueando el sol.
Aunque las otras dos fueron creadas de forma natural, esta última no lo fue. Fue diseñada para moverse y cambiar perfectamente junto con la lenta rotación del planeta, logrando que siempre permanecera en la oscuridad, pero proporcionando suficiente calor para la supervivencia.