—Podríamos usar un aliado y estoy ansiosa por conocer a Elphyn.— dijo Fyrwal.
—¿Espera, tu lo sabías?— Faluel estaba atónita.
—No soy ninguna tonta, querida. Vi los videos de Verhen como todo el mundo y estoy bastante segura de que, a pesar de los pocos cambios que ha sufrido, el Caballero Dorado que luchó a su lado estaba empuñando la Furia de Menadion.— respondió Fyrwal.
—Tenía mis sospechas desde que pediste mi ayuda con las Manos y te negaste a presentarme a tu prodigioso chico. En ese punto, demasiadas cosas no cuadraban. Como cómo Verhen puede ser un maestro forjador tan genial a pesar de no tener ninguna herencia de linaje o cómo usa los géiseres de maná como nadie más.
—¿O mejor, cómo si tuviera una torre?— Faluel se puso pálida ante la acusación y respondió a su pregunta aunque la Hidra permaneció en silencio.
—Prométeme que ninguno de ustedes intentará algo divertido.— dijo Faluel.
—Lo prometo.— Dijeron ambas mujeres.