—Esta es la razón por la que Apep y yo estamos colaborando para encontrar una manera de llegar al blanco estudiando su condición.— dijo Inxialot.
Los Guardianes intercambiaron una mirada preocupada pero no dijeron nada.
—Si tuviéramos éxito, finalmente sería lo suficientemente fuerte como para enfrentarme a mi madre, mientras que Apep volvería a la vida y se desharía de su locura. Con suerte.— Dijo el Rey Liche, haciéndo que Apofis gruñera.
—Espera un segundo. ¿Me estás diciendo que construiste un laboratorio en la luna y trajiste aquí un ser de Eldritch solo para darle una mala señal a tu madre?— Lith estaba desconcertado.
—Es la empresa más noble, lo sé.— Inxialot asintió. —No tienes idea de lo difícil que es para una mujer vieja, amargada, solitaria que llena su vida con gatos, dejar ir a su hermoso bebé.—
—De nuevo, estoy aquí, maldito hijo de un bastardo.— Aylen gruñó en su oído. —¿Te has vuelto ciego además de loco?—