Después de Lith, llegaron Kamila y Raaz con Aran y Leria delante de ellos como niños de las flores, lanzando pétalos frente al camino de la novia. Ella recibió tantos vítores como el novio, si no incluso más.
—¿Qué demonios está pasando? —preguntó él tan pronto como Raaz soltó el brazo de Kamila y se lo encomendó a Lith.
—No tengo la menor idea. —respondió ella.
Esta vez habían seguido el protocolo, con Lith vistiendo su uniforme de gala pero rojo para combinar con los colores del Desierto y Kamila con un elegante vestido de satén esmeralda del guardarropa de Salaark.
Junto a ella estaban su hermana Zinya y Jirni, las dos personas que más la habían ayudado y que habían tenido un papel fundamental para llevarla a ese punto de su vida.