—Lo siento. Olvidé que nunca me viste comer. —Solus dijo mientras cambiaba su postura de la de un troll hambriento a la de una dama.— La torre todavía necesita muchas reparaciones y yo muchos nutrientes.
—Claro, la torre. —Lith espetó, su voz llena de sarcasmo.— Entonces, ¿por qué comes comida en lugar de ladrillos y mortero? ¿Es este un espacio dimensional de almacenamiento entonces?
Le dio un golpecito en la barriga, haciendo que se pusiera roja como un tomate y Kamila se riera.
—¡Deja de hacerme quedar como una glotona voraz! —Solus dijo avergonzada.
—No necesitas ayuda para eso. ¿O estás planeando saltarte el postre? —Lith hizo pasar bajo su nariz una bandeja con grandes cuencos de helado cubiertos de chocolate caliente.
Las galletas con chispas de chocolate humeantes extendían su fragancia, listas para usarse para recoger el postre en lugar de cucharas. Había muchas y eran las favoritas de Solus.