El Odi había tenido en cuenta que una o más de las criaturas que componían el pseudo-Balor podrían ser asesinadas en la batalla y les había dado muchas opciones.
Las seis cabezas fueron las primeras en terminar de ensamblarse. El resultado final fue una cara monstruosa con cuatro bocas y doce ojos dispuestos en un círculo.
Diez de ellos estaban llenos de poder y emitían un torrente de mana multicolor que se parecía mucho al pilar elemental de un Balor. Excepto que era mucho más débil debido tanto al incompleto aumento de poder como a la fusión del núcleo de mana de las criaturas.
Ellkas utilizó uno de sus artefactos, el Escudo de Vacío, para recibir todo el poder del pilar de mana sin interrumpir su ataque. El asesinato de Phloria había desequilibrado a la criatura y al usar uno de sus movimientos más poderosos a pesar de su estado debilitado, había obligado a sus movimientos a detenerse.