Después de enviar un mensaje de texto a Roland Gilwynn, Scarlett se acomodó en el sofá con su computadora portátil en su regazo, sumergida en la lectura de los importantes archivos enviados por Cruz. Sin embargo, antes de que pudiera leer la mitad de una página, su teléfono celular vibró, mostrando el nombre de Roland Gilwynn en la pantalla.
¡Vaya! ¿Por qué estos dos Gilwynn son tan problemáticos? Intentó calmarse antes de levantar el teléfono.
—Buenos días, Scarlett —la voz serena de Roland la saludó desde el otro extremo. Su respuesta fue cortante. Continuó: —Con respecto a tu mensaje, ¿estás segura de que Simón ya está en camino a tu ubicación?
Scarlett se arrepintió al instante de haber enviado el mensaje. Suspirando en silencio, respondió: —Si no estuviera segura, no te contactaría —su tono contenía un rastro de irritación.
—Entiendo... —Roland respondió. Hubo una pausa antes de que continuara, —No te preocupes, todo estará bien. Quédate ahí, no vayas a ninguna parte.