El Gerente supo cuando la dama entró con su esposo, Davis. Cuando llegaron, los dos, más los pocos guardaespaldas que traían con ellos, fueron llevados directamente a la cuarta tienda por él, a través de la puerta trasera, por lo que ninguno de los empleados los vio.
Además, esta mujer que afirma ser la esposa de Davis Xu no es famosa como ella se hace pasar, por lo que el personal no reconoce su estatus pero la conoce como su clienta habitual. Pero como Gerente, tiene que apagar el incendio, de lo contrario, él sufre.
—Señora Xu, por favor calme su ira. Es culpa de mi personal por no poder distinguir el monte tai. ¡Muestre misericordia, señora Xu! —El Gerente suplicó en nombre de su vendedor.