Pasó un par de horas y salí de la sala de emergencia quería retomar mi experimento sobre la carne de jabalí. Pero primero debía de buscar a un experto. Si la carne era comestible era una cosa, pero también estaba el hecho de aprovechar cada parte de un animal. La piel se podía usar para hacer armaduras ligeras, guantes, botas, etc. Los huesos podían ser molidos para usarse como fertilizante, los tendones incluso se podrían usar para hacer un arco. Por lo que era fundamental el no desperdiciar nada.
Camine hacia el lobby buscando a Mario. Lastimosamente no lo encontré, pero sí pude ver a María que se acercó a mi sin dudarlo.
María: Leo, ¿Qué te trae por aquí?
Leo: Estoy buscando a Mario para que me ayude en un experimento.
María: ¿experimento? ¿Puedo preguntar de que se trata?
Leo: No es ningún secreto. Quiero saber si la carne se monstruo es comestible.
María: ¡!
María se llevó un susto y temblorosamente dijo.
María: ¿lo… lo vas a usar de conejillo de indias? *Glup
Al escuchar sus palabras casi me caigo para atrás como cierto personaje de una tira cómica que salía en el periódico todos los días.
Leo: ¡No! Estos días he estado saliendo a cazar y he atrapado unos cuantos jabalís. Solo quiero que Mario se encargue de realizar los cortes de la carne. Si el experimento tiene éxito se convertiría en una fuente de alimentos.
María: ¡oh! ¡mi mal! Discúlpame por pensar mal de ti. Vi a Mario subiendo las escaleras de camino a la terraza. Le gusta fumar arriba.
Con esas palabras dichas caminé y subí las escaleras hasta llegar a la terraza. Abrí la familiar puerta metálica llegando a un espacio abierto bien iluminado.
Frente a mí en el borde del edificio estaba Mario fumando un cigarrillo.
Leo: es una linda vista ¿no lo crees?
Mario: Leo ¿Qué haces aquí?
Leo: vengo a buscarte
Mario: ¿a mí?
Leo: Si
Le explique lo que quería hacer a Mario. Le pareció factible por lo que me pidió varios utensilios.
Saque una mesa de madera, un cuenco con agua, un trapo pequeño y un mandil.
Mario: Listo, saca el cadáver.
Con un movimiento de la mano saque un jabalí decapitado. Su cuerpo tenia señales de trauma ya que vi obligado a usar mis puños en varias ocasiones. Mario lavo su cuchillo de cocina, lo desinfecto con calor y luego lo volvió a afilar.
Mario: Listo
Empezó realizando un corte desde el cuello cercenado desprendiendo poco a poco la piel. La destreza de su mano era increíblemente alta realizando cortes muy precisos. Se ayudaba de sus dedos para desprender con mayor facilidad las zonas en donde no entraba el cuchillo.
Después de media hora la piel estaba extendida sobre un cordel. Antes de procesarla la piel se debía de secar.
Mario: Fue más difícil de lo que esperaba. La piel de este jabalí es mucho más gruesa y pesada que la de una vaca.
Mario renovó su espíritu después de un pequeño descanso y empezó a despedazar el jabalí. El lomo, las piernas, cachetes, orejas, tripas, etc. Todo fue limpiado y presentado sobre la mesa.
Mario: hiciste un buen trabajo drenando la sangre previamente.
Leo: No lo hice yo. Lo hizo Julia con una habilidad.
Mario: Oh. Llego el momento de verdad, ¿no crees?
Leo: opino lo mismo.
Saque un asador pequeño y carbón. Estas cosas estaban en la casa. Pensé en llevarlas en caso no hubiera gas. Encendimos el carbón muy fácilmente y colocamos un trozo de carne previamente sazonado con sal y pimienta.
El carbón chisporroteaba y la capa de grasa del corte se empezó a derretir muy lentamente. El olor era embriagador y adictivo. En caso de que la carne no sea comestible decidí utilizar el ojo de verdad en búsqueda de pistas sobre la carne. El sistema no me dijo nada de la carne ya que no era un objeto equipable.
Leo: ojo de la verdad
Sistema: carne de bestia mágica (F) – carne de un jabalí salvaje. Es segura para el consumo humano. Al consumirla puede aumentar ligeramente la recuperación y la fuerza del usuario.
Me lleve una sorpresa al leer los detalles del sistema. Era seguro comer esto. Había encontrado una nueva forma de conseguir comida. Al fin podía comer carne sin remordimiento a que se acabara la poca que tenía.
Poco a poco la carne ya había agarrado un color dorado por lo que la sacamos del fuego. Lucia increíblemente deliciosa, pero decidimos esperar un poco para que repose.
Diez minutos después estábamos listos para comer. Cortamos la carne en tiras y degustamos.
Mario: ¡Delicioso!
La explosión de sabor en tu boca te hacia casi adicto a su sabor. Era demasiado diferente a la carne convencional que habíamos estado comiendo hasta hace poco. Su suavidad y textura eran únicos. La carne estaba tan suave que parecía mantequilla.
Cuando nos dimos cuenta la carne ya se había terminado.
Mario: ¿asamos un poco más?
Leo: Esta bien.
Colocamos chuletas y costillas en el asador y esperamos para darles las vueltas. Este olor era embriagador.
Mario: Es una lástima que no tengamos cerveza.
Leo: no te decepciones tan rápido.
Saque un par de cervezas heladas del inventario y le entregue una. Al verla lagrimas caían de la cara de Mario.
Mario: Gracias
Los dos comimos hasta la saciedad. Estábamos completamente llenos y ya no podíamos comer ni un gramo más de carne o cerveza.
Empezamos la semana con dos capítulos hoy. El segundo capitulo se publicara en el paso del día.