Mientras la mente de Apolo deliraba con la infinitud del mismísimo tiempo, el pergamino no lo esperó y volvió a diluir las palabras escritas en sangre provocando que un nuevo texto comenzara a formarse sobre el documento confidencial:
"Para lograr estafar al tiempo debes seguir mis consejos, que si bien parecen simples, la gran realidad es que son mi vida misma: tú serás lo que yo nunca fui, tú serás lo que tú nunca pensaste que podías ser, tú serás lo que yo siempre aspiré y tú serás lo que tú nunca te atreviste a imaginar que podías ser. Tú serás yo y yo seré tú, porque el tiempo jamás logrará arrebatarme lo que me ha otorgado, hoy será el día donde aprendas de mis errores y hoy será el día donde le robaremos a un dios.
Recuerda atentamente, mi segundo consejo es el más simple para un plebeyo y es el más complicado para un noble, pues solo los humildes pueden aceptar su destino y tú, noble de cuna, deberás caminar con los pies de un plebeyo durante el transcurso de tu día más ansiado. Ese día tan soñado, donde planeabas con deleite gozar tu más grande honor, deberá convertirse en el día donde aprenderás lo que es la verdadera humillación y solo entonces abras ganado la verdadera batalla: la batalla contra el tiempo. Es por eso que mi segundo consejo es que seas tan humilde como un plebeyo cuando te acepten como mago: Pase lo que pase no reniegues de tu destino.
En cuanto a mi tercer consejo…(El pergamino seguía explicando cada uno de sus consejos)"