Capítulo 50: Capítulo 52: Una disculpa, otro tipo de bruja y un corazón puro.
Agatha había accedido a bajar de Aric tras ver llegar a los directores, pero en el momento que vio a Tedros acercarse salto sobre Sophie al más puro estilo princesa.
Sophie la sostuvo con facilidad, pero rodó los ojos y dejo caer los pies de su amiga.
— No eras tú la que decía que no te ibas a dejar intimidar por ningún chico.
— Está armado.
— Lady Lesso hizo que todos los estudiantes guardaran sus armas personales luego del "incidente con la gárgola", nadie está armado – Aclaro.
— ¿Qué? ¿Y por qué nadie me lo dijo? Creí que acabaría como la próxima piedra en la que reposaría la espada más famosa del mundo – se quejó mientras les devolvía a sus amigos su espacio personal.
Estos suspiraron aliviados.
— Supusimos que lo sabías – se disculpó Adam por todos.
—¿Y tú piensas que le tendría miedo si lo supiera? ¡Es solo un charlatán engreído que no encuentra otra cosa mejor que andar por ahí, medio desnudo, metiendo la espada donde no debe!
—…
Agatha vio cómo se la quedaban mirando sus amigos, o para ser exactos como miraban detrás de ella.
— Está detrás de mí? - preguntó.
— Si – confirmo la voz de Tedros tras de ella.
Sophie se maravilló de como esos dos se las arreglaron para caer en esta situación a pesar de los mejores esfuerzos de ella y una deidad.
Eso era talento.
Agatha volteó y enfrento al príncipe con la frente en alto.
Mientras el chico frente a ella no tuviera un cuchillo gigante al alcance de la mano, no había ninguna razón para temer.
Tedros se sorprendió de la fiereza en la mirada de la chica, parecía que era cierto que solo le temía a la espada, no a él.
Eso le ofendió un poco, pero lo dejo de lado.
— Me disculpo con usted lady Agatha – comenzó con una reverencia.
— ¿Por qué? - escucho que preguntaba la chica.
Tedros tomo nota para agradecerle a Rhian después por ser un gran amigo, si se hubiera disculpado antes de todo el análisis previo, probablemente las dos chicas lo habrían "Excomulgado" de su lista de personas decentes.
— Por dejarme llevar por mi propia vanidad y los rumores – comenzó – eso me llevo a actuar como un payaso ante mis compañeros y lastime sus sentimientos.
— Es decir, por presumir y asustarte – comento Japeth – y por creer en chismes de salón.
— Si – admitió Tedros – y por hacerle "vudú", como dijo antes, no fue correcto, herí a un niño inocente y luego presumí de ello porque un grupo de chicas me lo pidió y cuando las mismas chicas me trajeron el muñeco de tiro no me detuve a ver la apariencia hasta que ya había disparado la primera flecha y aun así disparé la segunda, fue cruel de mi parte y …
— Espera – coreo el grupo.
Tedros se detuvo y los miro con sorpresa.
— ¿Cómo que unas chicas te trajeron el muñeco? - pregunto Japeth.
— Parece que era para tu hermano, pero lo colocaron para que hiciera yo una demostración de tiro.
— ¿Por qué no ir al campo de tiro? – pregunto Sophie.
— Lo sugerí, pero insistieron en verlo inmediatamente – explico Tedros.
— ¿Justo allí? - Pregunto Rhian que se había acercado.
Él, Chaddick y los dos directores habían estado "supervisando" la disculpa.
— Si – confirmo Tedros confundido.
Todo el grupo (menos Tedros) se golpeó la frente con la palma.
— Muchacho – comenzó el director del mal – claramente esas chicas te emboscaron, quería dejarte mal ante Lady Agatha.
— ¿Qué?! - exclamo sorprendido Tedros – ¿por qué?
— Porque tú y Rhian han hablado con ella más que con cualquier otra princesa – contesto Japeth.
— Y porque han visto que Sophie es muy leal, si quedas mal ante Agatha, quedas mal ante ella – añadió Aric.
— Seguramente la emboscada era para Rhian, pero al verte saltar a "rescatar" a Agi, sonaron sus alarmas y decidieron improvisar - concluyó Sophie.
Tedros frunció el ceño y luego se golpeó el mismo la frente.
¿Cómo pudo caer en una trampa tan vil?
— ¡¿Qué rayo?! – exclamo el príncipe – ¿dónde decían que entrenaban a las brujas? Porque ahora mismo no lo tengo muy claro – comento a los directores.
El director del bien tenía cara de circunstancia y el del mal de controversia.
— Sinceramente – comenzó el director del mal – siempre he creído que hay brujas de los dos lados, solo que, de diferente tipo, en un lado están las arpías que pelean por sus propios propósitos sin importar las consecuencias y del otro las que estudian magia negra.
— …
Todos se le quedaron viendo un segundo hasta que los cuatro Nuncas rompieron en carcajadas ante la explicación de su director.
— Me quiero cambiar de escuela – se quejó Agatha – tengo precedente familiar de villana, mi madre es la maestra de afeamiento, ¿no puede ir a su escuela?
— Lo siento, pero parece que saliste a tu padre, porque tu alma está alineada con el bien – explico el director del bien – y parece que eres una de las muy, muy pocas princesas "reales" que tenemos este año, no hay manera de que cambies de escuela.
— En especial – continuo el gemelo del mal – porque tu nota en "comunicación animal" prueba que eres una persona 100% pura bondad, aunque entraras a castillo del mal, la magia te escupiría fuera, literalmente.
— Existe alguien que de verdad sea 100% bueno o malo? - pregunto Agatha con fastidio.
— Claro que no – contesto el director del mal – es una forma de decir que por instinto tienes una buena brújula moral, lo que otros ven como un deber para con el prójimo, tú lo ves como algo natural.
— Por ejemplo – comenzó el director del bien mientras se dirigía a los príncipes – ustedes 3, ¿por qué ayudaron al príncipe Jacob el primer día en el castillo?
— Como príncipes, caballeros y personas de bien es nuestro deber ayudar a quienes lo necesiten – respondió Tedros.
Rhian y Chaddick asintieron.
— ¿Por qué lo ayudaste tu Lady Agatha?
— Porque no estoy loca, llegamos juntos, no iba a abandonarlo en cuanto llegamos.
— Pero cuando las hadas te aseguraron que estaría a salvo, le pediste a Rhian que también lo vigilara, cuando su hermana lo encontró tú no te alejaste y de hecho también te preocupaste por Adam, estos días han estado bien atendidos, pero todavía está al pendiente de ambos chicos.
— Porque son niños, es natural asegurarse de que estén a salvo.
— Para la mayoría de las personas no es natural mi niña – explico el director del mal – es un deber que se inculca, para ti es natural, eso es lo que te hace especial.
— Yo no le veo lo especial – comento Agatha.
— Y espero que nunca lo hagas – dijo el director del bien – eso fácilmente se podría convertir en vanidad y nublaría tu juicio, que seas propensa a tomar la decisión más amable, no quiere decir que será la mejor, tengo dos torres destruidas y un jardín quemado para probarlo.
Sophie se aclaró la garganta.
—Creo que podemos aceptar las disculpas de Tedros y zanjar el tema – comento la rubia.
— oh, sí – acepto Agatha – Solo revisa mejor tus regalos por tu propio bien y por el mío.
— Trato – acepto Tedros y le extendió la mano.
Agatha se la estrecho.
— Y ahora – prosiguió Sophie – ¿qué trae por aquí a los dos directores?
— Los 2 alumnos más pequeños de nuestra escuela – contesto el director del bien – verán esta clase en una versión infantil, es decir, en uno de los jardines de la torre Honor que mi hermano encanto para que simulara un poco el bosque.
—!¿Por qué?! - se quejaron los niños.
— Porque en ese bosque – señalo el director del mal – hay bestias y monstruos de verdad que se los comerían de un bocado, al menos a los grandes los podemos salvar si sobreviven al primer mordisco.
—…
Silencio total.
— Eres la sutileza personificada – se quejó el gemelo del bien.
— Pero entendieron – se encogió de hombros el gemelo del mal – ¿Cierto?
— Cierto – confirmaron los niños y cada uno tomo la mano de su director.
— Que no les piquen las catarinas peques – se despidió Aric.
— Vuelve al menos con un brazo, que prometiste enseñarme esgrima – se despidió Adam.
— Estás criando a un convenenciero – le reprocho Aric a Sophie.
— Lo sé – contesto con un suspiro – nunca había estado tan orgullosa.
—…
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