Estaba en la librería con Pacho, le estaba ayudando a poner todo en orden pero ya lo estaba, no entiendo cómo ese viejo mantuvo todo tan organizado en mi ausencia.
— Paula viene los fines de semana a organizar el almacén— me cuenta Pacho al verme desocupada, sentada en una de las mesas con un libro en mano— Viene más tarde, por si la quieres ver.
— No, ya me voy— digo poniéndome inmediatamente de pie, Pacho me mira y yo solo sonrió— Va a ser incómodo.
Lo que no quiero decir es que me muero por verla, pero se que lo mejor para nosotras es no vernos porque yo la lastime y nunca di ninguna explicación, y porque pienso que ella va a estar mejor sin mi.
— Voy a la bodega por los libros— digo antes de dirigirme a la bodega a coger los libros que Pacho me regaló.
Al entrar, me encierro con candado para buscar los libros y chismosear otro cuántos para poder saber que leer cuando termine los que me voy a llevar.
Pero mi mente no se centraba, porque Paula iba a estar aquí en un rato, dándome la opción de verla o de escapar y yo moría por verla, quería hacerlo como nadie se imagina pero tenía miedo de su reacción, de que verme le llegará a doler, no quería hacerla llorar.
Pero cuando salí de la bodega la vi, hablando con Pacho demasiado feliz. Su cabello tenía un corte mullet que le llegaba a la nuca, tenía puesto un lindo vestido de girasoles haciéndome recodar cuando me regaló diez girasoles. Me escondí de nuevo en la bodega, lo más rápido que me lo permitió mi cuerpo, con el corazón latiendome totalmente rápida, demasiado rápido que mis manos temblaban y sentía las piernas flácidas y débiles.
— Me gusto el libro— dijo Paula a Pacho, con su característica voz tranquila— Llámame Por Tu Nombre— dijo y reconocí de inmediato el libro— Me recuerda a alguien.
Luego de eso no pueda escuchar más, además estaba intentando reponerme de mi estado de shock luego de verla, porque me había afectado. En ese momento me di cuenta de la fuerte impresión que tenía Paula en mí y eso me aterro, el sentimiento había sido más fuerte lo que alguna vez pensé.
La puerta de la bodega se abrió, mostrándome a Pacho con una sonrisa en sus labios, se que ese viejo sabía que yo sé qué Paula estuvo aquí, así que intento actuar con naturalidad, como si no me importara.
A veces pienso que si actuó así, en algún momento de verdad me dejara de importar y eso es lo que deseo, o quiero convencerme que deseo.
— Ya se fue— me dice el viejo, yo recojo los libros y salgo de la bodega— Si corres, es posible que la alcances.
— No quiero hacerlo— miento, porque si quiero correr tras ella.
— Ni el señor Darcy era tan terco— me regaña Pacho, haciéndome reír.
— Darcy era un fuck boy refinado— digo yo, porque si lo era— Yo solo soy una tonta que busca superar.
— Oliver te queda—
— Oliver se aprovechó del desequilibrio de poder que había en su relación con Ellio— refutó yo— Yo solo la estoy dejando avanzar, la dejo libre porque ya lloró mucho por mi.
— Te vas a arrepentir— predice él y yo solo sonrió, porque desde ahora ya me estoy arrepintiendo.
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