La armería estaba trabajando constantemente en las nuevas "armaduras". Los mismos herreros sabían que si no hubiese sido por la ayuda constante de Ultrior y Zitron, quien colaboraba casi a regañadientes, entonces las nuevas armaduras no habrían sido construidas jamás debido a que la tecnología extraterrestre de los Metales les era imposible siquiera de entender. Con el material que ellos habían conseguido de los soldados muertos de Corgana pudieron crear al menos diez armaduras, aunque el mismo Ultrior decía que eran Metales a control remoto antes que armaduras de combate.
Las mismas eran enormes construcciones metálicas que tenían un aspecto cuasi medieval; pero con leves diferencias. Sus cascos enormes tenían una cruz roja en el medio de su rostro, sus ojos eran del mismo color que aquella cruz. El cuerpo tenía un peto hinchado con la bandera de Holanda inscripto en el mismo y una enorme capa de color azul con el escudo de Huttentorg dibujado en el centro: Un Grifo enorme de color negro en un fondo amarillo sosteniendo una espada filosa.
El tamaño de aquella armadura llegaba a los 12 metros de alto y contaba con un asiento donde el soldado podría sentarse a manejar la armadura. Zyorg los llamaba Pilotos a aquellos seleccionados para comandar aquel enorme Metal de control remoto.
Sus brazos eran más cuadrados y un escudo gigantesco redondo, con la imagen del Grifo sosteniendo la espada, descansaba en su costado izquierdo. En el derecho tenían un mosquete capaz de tirar más de un solo rayo de plasma color amarillo, aquel arma tenía un color rojo oscuro.
Dichas armaduras metálicas color blanco con aquellas imágenes los hacían ver como una forzosa transición del pasado al futuro, al punto tal que cuando Víctor lo vio quedó maravillado.
- Nada mal Ultrior, nada mal- lo halagó Víctor con una placida sonrisa- pero ¿diez serán suficientes para ganar esta guerra?
- Contando a nosotros seis, si, somos suficientes para ganar la batalla- le contestó Ultrior largando un gruñido de queja
- En ese caso espero que no te moleste que le dé un nombre a estas maravillas del modernismo- le pidió Víctor con un tono de admiración más que claro, aquellas armaduras metálicas eran el sueño de aquel pensamiento moderno e industrial hecho carne. El futuro donde los hombres pelearían con el armamento más innovador y moderno jamás concebido por la mente humana
- Adelante, Zyorg no se veía tan interesado en eso como tú- le contestó Ultrior con indiferencia
- En ese caso- sentenció Víctor con una sonrisa, debido al placer de dicho honor, alzando sus brazos exclamando- los nombro ¡Los Cruzados de la Modernidad! ¡los Paladines del Metal!
- Me gusta ese nombre- rió Ultrior sintiendo un agrado y orgullo por el título que dicho humano le había dado a esas armaduras. En realidad, era un buen nombre para aquellas maquinas de defensa piloteadas por seres humanos
Zitron bajó de unas escaleras de madera que habían construido para poder trabajar en los controles para los pilotos que se encontraban en la misma cabeza de aquellos Paladines Del Metal.
Acercándose a donde estaban Víctor y Ultrior preguntó
- ¿Dónde está Zyorg?
- Dijo que debía hablar algo con mi prometida- susurró Víctor con una voz ronca debido al enojo que tenia ante aquello
- No se preocupe señor Van Torner. Zyorg, a pesar de ser un cobrizo, tiene programaciones muy educadas y sabe cómo tratar a los demás, sobre todo a las mujeres humanas, es muy poco probable que él se pase de la raya con su prometida- lo tranquilizó Zitron ; pero Víctor, sintiéndose más molesto, susurró
- No es por ella por quien me preocupo en realidad- dándole la espalda, se retiró del taller añadiendo- en realidad es ella quien me preocupa. Temo que le haga algún daño a Zyorg, que juegue con su corazón como si fuese un juguete ¡Él es tan inocente! y esta tan indefenso ante la maldad femenina que me preocupa lo que pueda pasarle por culpa de Elizabeth
Zitron y Ultrior se quedaron en silencio viendo como se alejaba. Después de un minuto aquel Jabalí de Plata, qué había estudiado por completo el comportamiento humano, preguntó muy confundido
- ¿Qué carajos?