Ambos se movieron a la vez. Xenón abrió su boca largando su ataque de plasma mientras que Zyorg daba un salto apuntando con su brazo a Xenón. El plasma salió de su boca; pero falló en su objetivo, el laser de Zyorg no falló, el cuerpo de aquella iguana azul de Metal recibió un daño terrible; pero él no se movió. Zyorg aterrizó en el suelo dándole la espalda. Sonriendo, pensaba que tenía el combate ganado, sin embargo Xenón le espetó:
- ¡No me dé la espalda en un combate de honor Comandante!
Sin que pudiese tener el tiempo necesario para darse vuelta, Zyorg, sintió como un misil impactaba en su cuerpo obligándolo a caer al suelo. La espalda de Xenón se había abierto y esta tenía un compartimiento para cuatro misiles. Uno había sido lanzado dando el proyectil en el blanco, solo quedaban tres y Xenón no pensaba desaprovecharlos para nada.
Elizabeth furiosa y aterrorizada por ver aquel impacto, sabiendo que no podía hacer nada salvo mirar, exclamó:
- ¡ZYORG!
- No intervengas… Elizabeth- gimió Zyorg levantándose, como podía, del suelo- es una orden
- ¿Acaso necesitas la ayuda de un primate?- rió Xenón con malicia- ciertamente eres patético Zyorg
- Ella no es un primate- le respondió Zyorg sacando su cañón de plasma sorpresivamente- ¡es mi amada amiga y no necesito su ayuda para vencerte!
Disparó su plasma al rostro de Xenón quien no perdió tiempo y contraataco abriendo su boca lanzando su propio ataque. Ambos plasmas amarillos se golpearon e intentaron llegar a su destino empujándose el uno al otro durante unos angustiantes minutos. Todos los Guardianes del Metal miraban, con impotencia y desesperación, como el plasma de Xenón era más fuerte que el de Zyorg. Uno de los misiles de aquella iguana salió disparado golpeando el hombro de su contrincante. Lanzando un gemido de dolor, Zyorg, se hizo a un lado a la vez que Elizabeth movía su cabeza a un costado, cerrando sus ojos y con su boca temblando de ira, para no ver como su amado era destruido lentamente en ese combate sin sentido.
Los ojos de Ultrior mostraban no solo un interés en el combate, sino una leve esperanza de que Zyorg ganase aquella batalla. Solo así sabría si la causa de su comandante era justa o incluso digna de pelear al punto de dar todas sus funciones primarias por ella.
Xenón cerró su boca. Una sonrisa de victoria se dibujaba en su rostro, finalmente estaba ganando una batalla de honor. Su esposa decía todo el tiempo que él no tenía lo necesario para pelear, que solo era más un mueble que un General al mando de Corgana; pero ahora estaba pateándole el trasero en combate a Zyorg. Aun si esa batalla conllevaba su exterminio, la felicidad de estar venciendo al líder rebelde no sería arrebatada tan fácilmente. Sería desconectado con ella.
Zyorg sabía que no tenía otra opción. Debía emplear su tercer tipo de ataque y aun así no deseaba usarlo. No delante de Elizabeth, quien pensaría lo peor de él si llegaba a sacar su ataque secreto, al ver que el tercer misil salía de la espalda de Xenón, supo que no tenía otra opción.
El misil estuvo por golpearlo; pero el filo de una espada, cuyo filo era más fuerte que cualquier otro metal conocido al punto de poder cortar el acero como si fuese mantequilla, rebano aquel misil en dos haciéndolo explotar en el aire. Todos estaban en silencio y Xenón se veía aterrorizado
- ¡La Magnus!- murmuró en voz baja debido al terror que sentía
- ¡Hijo de un Virus!- gruñó Ultrior sonriendo, con una risa añadió- ¡al final si la habías encontrado desgraciado cabrón!
- ¿Qué es eso?- preguntó Elizabeth sorprendida
- La espada del dios Titanium- le contestó Zitron con un tono de orgullo- los códigos sagrados dicen que le perteneció a nuestra máxima deidad. Una espada de un filo tan grande que de un solo golpe podría cortar a la mitad una flota entera
- Zyorg la buscó hace unos años atrás, creía saber en dónde estaba- le contó Lition también emocionado ante lo que veía- pero después de un mes de búsqueda, él mismo nos dijo que no pudo hallarla
- Al parecer si lo hizo y nos mintió- dedujo Ultrior sonriendo- Xenón tiene sus minutos contados
- ¿Y eso no es hacer trampa en un combate de honor?- preguntó molesta Elizabeth
- No- sentenció Ultrior con un tono severo- la espada no es una entidad pensante. Por lo que no está recibiendo ayuda de nadie en este momento, sigue siendo un combate de uno a uno, incluso existe la posibilidad de que dicha espada podría ser usada en su contra
Sonriendo Zitron añadió
- No es un deux ex machina, solo una opción de combate
- ¿No es un qué?- preguntó Elizabeth confundida
- Ya sabes, del latín "dios sobre la maquina" del teatro griego- le explicó Zitron, al ver la mirada de confusión de Elizabeth, añadió- no importa, luego te lo explico
Xenón dio unos pasos hacia atrás viendo como Zyorg lo apuntaba con su cañón de plasma. Él no dijo nada y atacó. Abriendo su boca, Xenón, respondió a dicho ataque de inmediato con su propio cañón de plasma, lanzando de forma repentina los dos misiles que tenía resguardados. El plasma amarillo se mantuvo chocando constantemente sin que ningún lado cediera. Sin embargo la espada de Zyorg cortó con rapidez los dos misiles. Esbozando una sonrisa, Zyorg, dijo
- Aumentando la potencia- tras decir eso, el plasma creció de tamaño y empujo el fuego de Xenón hacia donde estaba su portador
¡No era justo! Estaba por ganarle, estaba por demostrar su utilidad en el combate; pero esa mísera rata de Zyorg no había usado todo su poder con él, solo estuvo jugando todo ese tiempo. Sin poder hacer nada Xenón vio como el plasma de su enemigo superó el suyo propio y le golpeó en el rostro destruyendo una parte del mismo. Xenón cayó al suelo con sus funciones todavía activadas; pero, al parecer, no por mucho tiempo. La Magnus le cortó la pata trasera derecha para que no pudiese escapar, con su pie, lo puso panza arriba y acercó su espada a donde estaba el pecho. El combate de Honor había terminado, era hora de dar el golpe de gracia al perdedor.
Zyorg debía matar a Xenón como lo indicaban las reglas de dicho combate.