Goku se despertó bruscamente notando que había sudor en su rostro. ¿Qué es lo que había estado soñando esta noche exactamente?
Gobernantes, monarcas, guerras, ser absoluto.. ¿todo aquello tenía algún significado oculto o simplemente era algo que había soñado al azar?
¿Realmente qué significaba esto?
Vio que el despertador marcaba las diez de la mañana, en una hora quedaría en casa de Tsubaki para aprender a cocinar y... pasar el tiempo.
Sin pensar más en su sueño se levantó de la cama, seguir indagando en lo que había soñado sólo supondría para él otro dolor de cabeza.
Tiempo después.
"Así no se hace Goku..."
"¿Eh? No entiendo Tsubaki"
"Ven un rato, que te enseño"
Goku se hizo a un lado mientras Tsubaki le mostraba cómo cortar cebollas, el azabache admiró la maestría con que se movía ella.
Había llegado a su casa hace unos minutos tras salir de casa, sin perder tiempo Tsubaki le dio un delantal y le llevó a la cocina para empezar.
Tsubaki vestía un kimono carmesí y tenía el cabello recogido en una cola, haciéndola ver muchísimo más hermosa de lo habitual.
-Humm... creo que lo entiendo -habló Goku asintiendo mientras tomaba un cuchillo para cortar la cebolla imitando los movimientos de Tsubaki, quien sonrió viendo cortar a su amigo.
-Para ser un novato cocinando no te manejas nada mal -le halagó Tsubaki con una sonrisa ya que Goku se adaptó rápidamente a trocear.
-Lo mismo digo... Tsubaki-san -respondió el azabache y Tsubaki le miró de mala manera al escuchar aquellas palabras- "Rayos, ¿qué dije?"
-¿Acaso me estás llamando cocinera novata Goku? -cuestionó Tsubaki mientras daba un paso al frente mirándole con sus ojos heterocrómicos.
-¡Claro que no! Quería decir que... -el pelinegro no pudo acabar su frase cuando sintió un escalofrío en su espalda viendo los ojos heterocrómicos de Tsubaki brillando misteriosamente- Qué rayos.
-Está bien, te prepararé el mejor plato del mundo -habló Tsubaki con una pequeña sonrisa determinada y Goku negó moviendo sus manos rápidamente ya que creía que era innecesario.
"Se supone que había venido para aprender a cocinar"- se dijo el pelinegro con una gota de sudor mientras veía a Tsubaki acelerar con el proceso, cortando cebollas a gran velocidad.
Goku tomó una pequeña silla cercana y se sentó al revés observando cómo cocinaba su amiga, no supo porqué una sonrisa se instaló en su rostro.
-Es la primera vez que alguien que no sea mi abuelo cocina para mí, en verdad te estoy muy agradecido -habló Goku sonriendo y Tsubaki se sonrojó mientras seguía cortando cebollas.
-También es la primera vez que cocino para otra persona.. -soltó Tsubaki y tenía razón, todo lo que cocinaba iba para ella y no para nadie más.
-Qué curioso, ¿no? Yo cociné para ti y tu estás cocinando para mí -habló Goku rascándose la nuca mientras soltaba una pequeña risa.
Tsubaki también soltó una pequeña risa y a Goku le pareció algo hermoso verla sonreír, lo hacía no con una elevada frecuencia por así decirlo.
-Deberías sonreír más a menudo, tu sonrisa es hermosa -habló inocentemente Goku sonriendo y el sonrojo volvió a reinar en el rostro de Tsubaki.
-S-si me estás haciendo cumplidos para distraerme y hacer una comida tan mala como la tuya definitivamente no funcionará -habló Tsubaki volviendo a cocinar y Goku parpadeó al oírla.
-¡Oye que eso ofende! -se quejó Goku alzando la mano y Tsubaki soltó una pequeña carcajada al escucharle- pero realmente lo digo en serio... tu sonrisa y tus ojos me parecen muy hermosos.
Tsubaki se sonrojó, no sabía porqué Goku la hacía sentir este tipo de cosas en su corazón...
-Tu sonrisa también me parece muy linda... -murmuró Tsubaki en lenguaje demoníaco que Goku logró entender perfectamente gracias a la habilidad 'comprensión de lenguaje' del sistema.
-Gracias... -susurró Goku con una sonrisa y Tsubaki abrió sus ojos, algo sorprendida de que Goku la hubiese entendido pero decidió ignorarlo.
"No es posible, tal vez sea mi imaginación"- discurrió Tsubaki negando, sólo loa demonios podían entender esa lengua y hasta donde ella sabía Goku no era un demonio... ¿no era así?
-Goku... -Tsubaki habló haciendo que el pelinegro se volteara a verla- Si hubiera algo muy importante que podría condicionar nuestra amistad se cara al futuro, ¿me lo dirías sin dudar?
No es que Tsubaki no confiase en él, pero el hecho de que no hubiera podido ser reencarnado en demonio a servicio de los Sitri le hacía pensar que no era un humano corriente, y ahora el que comprendiese lengua de demonios le hizo dudar.
Goku parpadeó sus ojos ante aquella pregunta inesperada, entendió perfectamente que Tsubaki se refería a que si era un humano normal.
Incluso él mismo dudaba de lo que era en estos momentos, tampoco podía decirle que tenía un sistema que le permitía hacerle más fuerte.
¿Por qué? No deseaba involucrarla en sus problemas, lidiaría con el sistema haciéndose más fuerte cada día y honestamente prefería mantener una amistad normal con Tsubaki.
Goku sabía que tarde o temprano llegaría un punto en el que él tuviera que decirle la verdad y ser del todo sincero, pero de momento no quería pensar en eso, más bien disfrutar del momento.
-Claro, lo diría sin dudar -el azabache se vio obligado a mentir y Tsubaki asintió- ¿Y tú? Si algo pusiera en peligro nuestra amistad, ¿me lo dirías?
Goku sabía desde hace un tiempo que Tsubaki era una diablesa, pero ella no sabía ese dato y no la culpaba. Tsubaki no podría ir diciendo a todos que era una diablesa cuando eso debía ser algo privado, que había que mantenerse en secreto.
Así que quien no estaba siendo sincero era él, ya que no sólo le estaba ocultando lo que era él sino sabía que ella era una diablesa y se lo ocultaba.
-Te lo diría sin dudar -habló Tsubaki sonriendo y Goku asintió, por más mentiras que tuviera el fundamento de su relación como amigos.
Tsubaki se dio la vuelta negando ante sus pensamientos, sería mejor ocultarle la verdad a Goku... ¿hasta cuándo? Realmente no lo sabía y prefería no hacerlo, todo era mucho mejor así.
Tsubaki tomó un mortero y comenzó a machacar unos frutos para hacer una salsa, Goku al ver los débiles movimientos de ella frunció el ceño.
-No, si lo machacas tan débilmente no habrá salsa suficiente -Tsubaki oyó la voz del azabache detrás de ella mientras se acercaba a paso lento.
Cuando quiso reaccionar Tsubaki notó que su amigo Goku estaba detrás de ella tomando sus dos manos y usándolas como un marionetista para machacar los frutos en el mortero.
-Debes hacerlo así Tsubaki -comentó Goku pero aquellas palabras no fueron más que un cálido susurro que entró en los oídos de Tsubaki.
-Hmm... Goku, estás muy cerca... y esta posición es... -susurró Tsubaki sonrojada y Goku se apartó muy bien sin entender demasiado su reacción.
-¿Estás bien? Estas muy roja -habló Goku parpadeando mientras Tsubaki negaba intentando relajar sus nervios.
"¿Por qué me pongo tan nerviosa?"- se preguntó ella exhalando aire, mientras se daba ánimos.
-Ahora pondré el agua a hervir... así que esperaremos un rato -habló Tsubaki colocando el cazo que tenia agua en él sobre un infiernillo.
-Me muero de ganas por probar ese plato -mencionó Goku tras oír los rugidos de su estómago y Tsubaki sonrió al escucharle.
-Como invitado mío que eres debería mostrarte mi humilde hogar, la otra vez no pude porque fue una ocasión bastante... especial -habló Tsubaki recordando aquel día con una ligera mueca.
-Claro, no hay problema -asintió Goku con la curiosidad innata de un niño, Tsubaki sonrió ya que le gustaba mucho esa parte de Goku.
Más tarde.
Goku sonreía viendo cada detalle del templo donde vivía Tsubaki, habían pinturas antiguas bastante llamativas junto a jarrones antiguos.
"Wow... es increíble"
El pelinegro murmuró bastante impresionado viendo una naginata en la pared de un cuarto, las naginatas eran armas parecidas a alabardas pero con la diferencia de que eran armas de corte.
-¿Te gusta esta naginata? -preguntó Tsubaki con una sonrisa al ver el rostro alelado de Goku, quien asintió; era la primera vez que veía un arma así.
Tsubaki para impresionar todavía más a su amigo tomó aquella naginata en sus manos y la balanceó con la técnica de una gran maestra.
-Aprendí naginatajutsu cuando era niña, y aparte de eso es un arte que se lleva practicando en mi clan desde hace generaciones... -habló Tsubaki con una sonrisa mientras miraba la naginata.
Tsubaki sonrió recordando los momentos en que su abuela le enseñó el bello arte del naginatajutsu, ahora podía decirse que la diablesa era una experta en aquel arte.
La naginata fue utilizada por los ashigaru, soldados de infantería, y los sōhei, quienes eran los monjes guerreros de la época feudal.
Pero en el periodo Sengoku y y en el periodo Edo pasó a ser un arte de las damas de familias samurái que eran llamadas onna-bugeisha.
Como tal el naginatajutsu fue un arte pasado a través de los cinco clanes principales, siendo los más destacados los Shinra y los Himejima.
-Es increíble, ¿la puedo tomar? -pidió Goku con una sonrisa ya que quería sentir una naginata en sus manos y evaluarla de manera personal.
Tsubaki le extendió la naginata y Goku la tomó tranquilamente en su mano derecha, balanceándola mientras la analizaba un poco.
-Con una naginata tienes mayor rango de alcance a la hora de atacar, pero con la ligera desventaja de que su peso y tamaño hacen que la velocidad de reacción sea menor que usando una espada o una daga -habló Goku observando la naginata.
-¿Todo eso lo has sabido sólo mirándola? -preguntó Tsubaki más que alelada y Goku se rascó la nuca sonriendo nerviosamente.
-Llevo años practicando kendo así que tengo algo de experiencia en el tema -respondió Goku y Tsubaki asintió- "Sin contar que tengo el sistema"
Goku se estaba acostumbrando poco a poco a las dagas ya que se ajustaban más a su estilo así como las espadas que usaba en el club de kendo.
Varias veces probó usar una lanza pero nunca le terminó de gustar, por eso en estos días se enfocó en dominar por completo las dagas.
Tsubaki permanecía sorprendida por el hecho de que Goku supiera tanto, es como si hubiera vivido un combate real en primera persona... aunque ella creía que no era así...
Al menos de momento.