El joven se movió entre las mesas con gran destreza sirviendo los platos de comida que pedían los comensales del local.
-A ver la señora Juhee dijo que esta orden era para la mesa cuatro... -murmuró Goku mientras veía los números en las mesas para ubicarse.
Vio que una de ellas tenía inscrito el número cuatro en una pequeña tablilla y esbozó una sonrisa; por fin serviría los batidos de fresa.
-Aquí están los batidos que pidier... -Goku se enmudeció al ver a la chica que estaba sentada ahí, quien sonrió al ver a Goku ahí presente.
Era una hermosa chica que tenía el cabello recogido en un moño con dos mechones cayendo por los lados y vestía un vestido negro escotado que revelaba gran parte de su enorme busto.
La chica esbozó una enorme sonrisa al percatarse de la presencia de Goku, quien mantenía una sonrisa nerviosa instalada en su rostro.
-Abe-sempai... es un gusto tenerla aquí -habló Goku sonriendo con nerviosismo y recordando a aquella chica de temperamento eléctrico.
-¡Ufufufu así que trabajas aquí Goku-kun! -exclamó Kiyome juntando sus manos y a su vez sonriendo de forma juguetona- ¿Todavía diciendo no a la propuesta que te hice ohoho? -preguntó.
-Estoy bien en el club de kendō, te lo agradezco -se negó Goku amablemente y Kiyome frunció el ceño, pues no consiguió su objetivo.
Abe Kiyome era la capitana del club de tenis de la academia Kuoh. En varias ocasiones le había propuesto a Goku que se uniera a su club pero el chico había rechazado amablemente la propuesta.
Kiyome sabía el físico bastante desarrollado que tenía Goku y pensaba que podría ser un bien tenista si recibía un entrenamiento adecuado. Por esa razón pretendía tenerle en su club.
"¡Qué suerte tiene el club de kendo al tenerte!"- se quejó Kiyome soltando un suspiro. Habían cosas que ella no podía cambiar y ésta era una de esas.
-Si me disculpas debo irme Abe-sempai, tengo trabajo que hacer -habló Goku a punto de darse la vuelta pero Abe Kiyome le tomó del pantalón.
-¿No puedes quedarte un rato más? -preguntó Kiyome haciendo un puchero. Goku se rascó la nuca nerviosamente al ver aquella acción.
-Abe-sempai lo siento pero no puedo... -negó el pelinegro, tentado a usar su 'persuasión' sobre Kiyome, pues era mejor tomar medidas preventivas.
"Lo lamento Abe-sempai... pero debo hacerlo para estar seguro"- pensó Goku activando la habilidad del sistema que le permitía verificar superficialmente los estados de cualquier ser.
[Nombre: Abe Kiyome]
[Clase: Domador de bestias]
Títulos:
[Reina de las bestias]
[HP: 200/200]
[MP: 250/250]
"Así que tampoco es una humana normal... esto resulta bastante problemático visto de esta manera"- se dijo Goku viendo las ranuras que aparecían en el estado de Kiyome. Hizo bien en usar la habilidad.
Ding~
"Goku deja de parlotear tanto con tus fans, aquí tienes un nuevo pedido para la mesa diecisiete"
El ruido de la campana, que iba acompañado con la voz de Juhee, hicieron que Goku saliera de sus pensamientos, puesto que deseaba enojar a su jefa.
-Bueno Abe-sempai, nos veremos en otra ocasión -se despidió Goku evitando mirar el ceño fruncido de Kiyome, quien siguió tomando su batido.
Goku caminó hacia el mostrador donde estaba Hirimi, que también trabajaba en el local, y quien tomaba los pedidos... y ahí también estaba Juhee esperando de brazos cruzados.
Juhee era una mujer de mediana edad cuyo cabello plateado descendía como una cascada por su espalda y sus ojos azules brillaban con fuerza, era hermosa pese a sus cuarenta años.
Creó aquel local con su marido hace doce años, por desgracia enviudó hace cinco años y tuvo que encargarse y sacar adelante aquel negocio.
"¿Qué hice mal?"- se preguntó Goku al ver el rostro de Juhee, diablos sólo se quedó unos minutos hablando y ahora sería castigado.
-¡Señora Juhee fue ella quien me distrajo yo es-estaba sirviéndole un batido y como ella me quiere en el club de tenis trató de persuadirme pero yo me negué! -farfulló el pelinegro muy nerviosamente y su reacción no era para menos.
Juhee era terrorífica.
-A los niños malos se le debe castigar... -habló Juhee con los ojos cerrados mientras sonreía dulcemente, Goku tragó al ver aquella sonrisa.
-Suerte Goku -habló Hirimi mientras veía como un chibi Goku era arrastrado por Juhee hacia otro lado del local.
Hirimi solía ser coqueteada por varios clientes pero les ignoraba para hacer su trabajo de la mejor manera posible. Sin duda Goku todavía debía aprender mucho de ella.
Tiempo después.
Goku entró en su departamento soltando un suspiro. Varios chichones destacaban en su cabeza pues su jefa Juhee no tuvo compasión de él.
"La próxima vez aumentaré los puntos en mi ranura de suerte"- pensó Goku asintiendo. Ahora iba a estudiar un poco de lengua y literatura.
Entró en su habitación y colgó su abrigo detrás de la puerta, soltando un suspiro se sentó en la cama mientras retiraba sus zapatos y le llenaba una enorme sensación de alivio.
Pensó en lo mucho que habían cambiado los acontecimientos a lo largo de la última semana. Su vida entera había cambiado con la llegada del sistema, sus días eran más interesantes.
Así que decidió consultar sus estados:
[Nombre: Son Goku]
[Edad actual: 17]
[Nivel actual: 4]
[Clase: Desconocida]
Títulos:
[Aquel que superó la muerte]
[HP: 275/275]
[MP: 275/275]
Sus reservas mágicas habían aumentado debido a que aumentó de nivel. Él todavía no sabía cómo usar magia como tal pero suponía que tener altas reservas le beneficiaría de una manera u otra.
Lo mismo sucedía con la ranura de salud (HP). Ahora que sus reservas subieron bastante podría reducir enormemente el margen de daño recibido.
Todavía le intrigaba la ranura de clase, ¿a qué se refería? Cuando la usaba en otros seres aparecía la raza a la que pertenecían, como lo era el caso de Rias siendo demonio o Kiyome domadora.
De ser así, ¿por qué no aparecía que era un humano? ¿acaso era un humano realmente? No conoció a sus padres y eso le hacía pensar que no era un humano, ¿demonio? ¿ángel? ¿dios?
"¡No! Soy un humano, desde siempre he sido un humano y aunque no haya tenido padres tuve a mi abuelo que fue mi única familia"- habló Goku mentalmente mientras esbozaba una sonrisa.
Decidió consultar los otros estados para ver cómo iban. Ya lo había hecho esta mañana después de completar la Quest diaria pero a ver sí había recibido alguna sorpresa del sistema, como de costumbre.
[Fuerza: 27]
[Constitución: 15]
[Agilidad: 29]
[Inteligencia: 15]
[Sentido: 15]
[Carisma: 15]
[Suerte: 10]
"Todo sigue igual, tal vez deba aumentar los puntos de las otras ranuras"- pensó Goku ya que si estaban ahí era porque le serían de utilidad de alguna manera.
Mañana subiría aquellos puntos realizando la Quest diaria, que como de costumbre otorgaba seis puntos de estado, y aunque pareciera extraño hizo subir dos niveles a Goku.
Su fuerza y agilidad habían aumentado casi el doble de cuando se inició el sistema. Si seguía con este ritmo se haría increíblemente fuerte en cuestión de nada, pero prefería ir paso a paso.
También quiso mirar la pantalla de habilidades, de momento sólo poseía tres de las cuales una había puesto en práctica ya, la de 'persuasión'.
Habilidades:
[Divine Speed/Lv1]
[Voluntad Inquebrantable/Lv1]
[Persuasión]
[Compresión del lenguaje]
"¿Comprensión del lenguaje?"- se preguntó el pelinegro con una ceja alzada al ver la ranura. No se había percatado de la presencia de edta habilidad hasta ahora.
[Compresión del lenguaje: el anfitrión tiene la habilidad de entender a la perfección cualquier idioma, ¿desea ver las 6500 opciones posibles?]
Goku casi se cae de la cama al escuchar las palabras del sistema, ¿en serio tenía la capacidad de entender todos los idiomas del el mundo?
"¡Ahora aprobaré las clases de inglés!"- exclamó Goku saltando de felicidad. Aquélla era una carta trampa que podría usar a su favor en sus clases.
Goku se volvió a recostar en la cama y cerró sus ojos por unos instantes. Cuando los abrió de nuevo vio varias letras flotando en el aire.
"¿Un mensaje nuevo?"- se preguntó Goku con bastante curiosidad, hasta que decidió abrirlo.
[Nivel cuatro ha sido desbloqueado]
Recompensas:
[Recompensa 1: +6 puntos de estado]
[Recompensa 2: Ítem oculto]
Recordaba haber leído aquel mensaje, pues usó aquellos puntos para distribuirlos entre las ranuras de fuerza y agilidad, como de costumbre.
Pero lo que le sorprendió es la segunda recompensa. Abrió sus ojos al ver una llave dorada en una pantalla que le mostraba el sistema.
[Llave de Mazmorra]
[Rareza: Rango D ]
Tiipo de rareza:
[Llave para acceder a una mazmorra instantánea]
[Es utilizable en la estación de metro de Kuoh]
"¿Llave para acceder a una mazmorra instantánea? No será..." - se preguntó el joven de cabello azabache recordando la vez que el sistema le penalizó.
Lo recordaba perfectamente: acabó en una especie de mazmorra siendo perseguido por un golem gigante, que casi terminaba con su vida.
-Para qué acceder a una mazmorra si no he sido penalizado... -murmuró Goku, desconociendo que la respuesta a su pregunta estaba en sus propias palabras.
Para subir de nivel era necesario cumplir las Quest diarias, ¿pero y si acceder a mazmorras como ésta también servía para poder subir de nivel?
Aquella era una teoría por la que valía la pena arriesgarse, además cuando salió de la mazmorra de penalización recibió una recompensa, así que aquí podría recibir una mayor.
-Estación de metro, ¿eh? Podría echar un vistazo a la mazmorra -mencionó Goku con una sonrisa. Iba a empezar otro difícil desafío por fin.
Tiempo después.
Goku estaba frente a la puerta de entrada al metro de Kuoh. Parecía estar cerrada con un enorme candado y eso que apenas eran las ocho de la tarde, supuso que hubo una huelga de nuevo.
-¿Cómo voy a entrar si está cerrada? -preguntó Goku observando la cerradura y es cuando su mente se iluminó. Tenía la llave que vio en la pantalla del sistema.
El pelinegro insertó la llave dorada en la ranura del candado para poder abrir la puerta del metro. En cuestión de segundos lo logró y se adentró por completo, y entonces la llave desapareció.
-¡Ha desaparecido! ¡¿Cómo voy a salir de aquí?! -se preguntó Goku al ver lo que estaba sucediendo. Otra vez su suerte hizo de las suyas.
Cuando Goku usó todas sus fuerzas para intentar salir, llegó otro mensaje de voz del sistema que hizo helar su sangre.
[El anfitrión no puede salir de la mazmorra]
[Derrota al jefe o usa una piedra de retorno]
"No, si quiero ser más poderoso no debo retroceder ante desafíos como estos"- se dijo Goku apretando con fuerza sus puños. En sus planes no contemplaba la retirada.
Los alrededores de la zona comenzaron a convertirse en un Dungeon como la última vez, sólo que aquí parecía más grande.
La estación se había transformado, combinando su interior natural con elementos de una jungla, que parecían bastante realistas.
Las paredes estaban cubiertas de enredaderas, y el hedor de cadáver podrido golpeó las fosas nasales de Goku. Desde la distancia, incluso escuchó algo parecido al llanto de un ser.. ¿un animal?
"Si quiero salir de aquí debo derrotar al jefe, pues entonces manos a la obra"- discurrió el pelinegro comenzando la marcha. No tenía armas, pero sí buenas habilidades.
Comenzó a caminar explorando los alrededores de la mazmorra... y justo entonces tras oír el crujir de una rama se giró sobre sí poniéndose en guardia.
"...."
Goku abrió sus ojos al ver a decenas de licántropos yendo lenta y ferozmente hacia él.
¿Diez capítulos? ¡Wow! Gracias por el apoyo chicos, seguro que en unos días estaremos rozando los 50 capítulos :*)