Capítulo 22: Mi primer entrenamiento con los futuros Líderes osos IIII
Me tarde 10 minutos en calmar mi cuerpo y dejar que los caballos me inspeccionaran y ver cuál me aceptaba, el líder me miraba fijo pero ya no era de amenaza sino de curiosidad al igual que un caballo todo gris con cabello blanco y un rombo blanco en su frente, no recordaba si era el mismo que salve esa vez, decidí dar una vuelta cerca de ellos y así les daba su espacio.
Mientras soplaba una fuerte brisa sentía como me miraban pero aún no hacían contacto, luego de un rato que casi me daba por vencida y ya estaba cansada de estar agachada decido alzarme e ir de nuevo donde el Jaguar como sentí que me ignoraban use mi magia y invoque algunos salmones dentro de un cubo de agua, al intentar subir oí un trote de caballo y por curiosidad decidí voltear en dirección a ellos y ver que pasaba, el caballo gris estaba detrás de mi y me miraba fijamente.
El caballo me acepto y le hice un gesto de subir conmigo, por manía mía le conté que me pensaba llevar los Jaguares y el anzuelo era el salmón, lógicamente este relincho y se detuvo en seco, sabía que le era mala idea pero no me iba a echar para atrás en lo que había decidido, así que llegue arriba y la madre Jaguar me miro fijamente y mientras sacaba el salmón le dije
Yo: quiero cuidar de ti y tus crías, ven conmigo.
Ella me miro fijamente y luego sus crías, no se acercó a mi de manera rápida ya que no era decisión fácil y más aún confiar en un humano pero poco a poco accedió y se acercó a mi, le di comida a ella y las 4 crías y con mas salmón los hice bajar y que siguieran los rastros de pan 'aunque era salmón', el caballo me miro con un gesto de 'lo veo y aún así no lo creo… ¿Qué clase de humano eres?'.
Este decidió ir de último ya que en parte no se sentía seguro de tener un predador detrás de el, conseguí un excelente terreno cerca de casa y al ver las hadas le conté lo ocurrido y les pedí permiso para tener los Jaguares bajo mi cuidado, con algo de magia hicieron una cueva cómoda para la madre y los jóvenes, sabía que me tocaba entrenar a los más jóvenes a no cazar los osos o robar su comida.
Isaac al saberlo enseguida los quiso conocer y más rápido aún luego de oír la historia, el caballo se sentía más cómodo estando en frente de mi casa, con algo de madera le hice un establo algo amplio mientras pensaba que nombre darle.
Ya luego de una semana de tener tal adopción había de pensar en un nombre no sólo para el caballo sino para los Jaguares, como el caballo era macho lo llame Trueno por su mezcla de colores, a la madre Jaguar decidí llamarla suerte ya que eso había obtenido al no ser lastimada por ella.
Y a sus crías los 2 machos ágil y garras y a las hembras pecosa y princesa, esta última porque apenas entraba en la casa buscaba las joyas y luego quitárselas era una odisea.
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