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83.33% Esmée, oscura tempestad / Chapter 10: SECRETOS

Capítulo 10: SECRETOS

Poco a poco se fueron levantando los caballeros que rodeaban a las tres hermanas, aun agarradas de las manos y con el cabello todavia blanco, las princesas y la reina aun no terminaban de asimilar lo que habian vivido, la unica que tenia un poco de conocimientos sobre artes oscuras era Daphnee, sin embargo la reina aun no sabia sobre ese secreto.

- Hermanita, no tengas miedo, juntas podemos lograr lo que sea -. Dijo la pequeña amelia sosteniendole la mano fuerte mientras sentia el miedo que la invadia a su hermana.-

- Vamonos de aquí – Dijo Esmée tratando de subir a su caballo -. Guardias cierren la cueva jamas quiero volver aquí.

Asi fue como empezaron a galopar de vuelta al castillo, ya habian perdido tiempo, rescatando a Amelia, sin embargo era una pieza fundamental en la guerra que se avecinaba.

Cada dia el ejercito avanzaba, en el castillo Thomas era el encargado en la ausencia de la reina, desde que descubrio que el era su primo le habia entregado mas confianza que inclusive a su tio capeto. Se dejaba guiar mucho por la intuicion que poco a poco va desarrollando.

Pasaron varias horas, meditando sobre su caballo, la reina sentia solo el viento que le pegaba por la cara pero no decia palabra alguna, ni a su hermana gemela, que estaba de insistente en querer platicar con ella, Esmée hacia oidos sordos y se dejaba llevar arriba del corcel por las planicies que aun le pertenecian al reino.

Mientras iba galopando volvio a entrar en estado de trance y tuvo una vision clara, sobre la guerra, los pueblos de la costa, estaban totalmente destruidos, la mayoria de la gente muerta y los sobrevivientes se preguntaban porque la familia real a la que tanto tiempo le han sido fieles no hacia nada para protegerlos, ya no pudo continuar con la vision porque fue interrumpida por Daphnee.

- Hermana, todo bien-. Pregunto daphnee mientras la agarraba del brazo-. Que fue lo que viste.

- No vi nada.- Contesto Esmée con la cara palida y unas lagrimas le escurrian en los ojos, no queria asustar a sus hermanas con ese tipo de cosas-. Sigamos avanzando ya casi llegamos, miren se ve el castillo de Paris.

Al llegar a las puertas del castillo, los estaban esperando los principes quienes los escoltaron a la sala del trono real, donde los esperaban los regentes, generales y tambien un emisario del ejercito enemigo.

- Su señoria, he venido de tan lejos a buscarla y usted juega a las escondidas, es importante para su pueblo lo que tengo que decirle -. Dijo el emisario alzando la cabeza en forma de soberbia-. Rinda tributo al reino de españa y done las costas de su reino para que todos las personas que aquí habitan puedan seguir viviendo, nieguese y sus mujeres, e hijas seran violadas, y los varones seran vendidos como esclavos.

- ¿Quién te crees que eres para venir a amenazarnos con tales cosas? -. Dijo Daphnee mientras empezaba a elevarse por los suelos y a poner su cabello blanco-. Seras enjuiciado por la familia Faure-Dumont.

Antes que empezara a lanzar hechizos y energia por todos los poros de su piel, la reina Esmée la detuvo del brazo tratando de tranquilizarla.

- No es el momento de demostrar nuestro secreto-. Murmuro la reina al oido de su hermana, volteandose al emisario y diciendole-. Te concedere solo una cosa, tu muerte lenta, nosotros no negociamos con enemigos, somos el imperio Frances y si lo que quieren es guerra, eso tendran.

- Comete un error, no podran derrotar al reino español, somos mucho mas que ustedes -. Dijo el emisario mientras se daba la vuelta para salir por la puerta del salon real-.

- Guardias – Grito la reina mientras veia como los guardias le cerraban el paso al enemigo-. ¿Quién te ha dado permiso de irte?, veniste a amenazarnos a nuestro castillo, piensas que porque soy mujer le temo a un cobarde que manda a un zangano a decir las cosas. Te enjuiciaremos, te concedere solo una cosa una muerte rapida.

Mientras el emisario trataba de soltarse de los guardias la reina agarraba su arco de caceria, apuntaba directo al corazon y disparaba su flecha, cayo el emisario como un costal de papas mientras el estruendo de la caida hacia vibrar los espejos de colores del salon real.

- Manden la cabeza al rey español – Dijo Esmée mientras trataba de tranquilizar su sangre que le hervia, inclusive sus mejillas se pusieron color rojo vivo, del enojo que sentia.- con ese mensaje sera suficiente, quiero que sepa todo el reino de Francia, que mientras goberne la familia Faure-dumont daremos la vida por ustedes, sigamos con la agenda que tenemos que tratar el dia de hoy.

- Siguiendo con la agenda que tenemos que tratar hoy, es el tema de las defensas y las tropas que tenemos-. Dijo el general de la guardia real-.

- ¿Cuántas tropas contamos con todos los regentes? – Pregunto Esmée-. ¿y cuantas tropas tiene el enemigo?, quiero un informe completo, ya.

- Mi reina ya lo tenemos, contamos con 15 mil tropas de infanteria, 8 mil tropas de caballeria, 12 mil arqueros.

- Quiero que manden una patrulla espia y llamen a mi primo Thomas para que vaya a recabar informacion, para ver cuanto tiempo tenemos hasta su llegada

- Señora, tambien mandaron un emisario, el imperio Ingles, para ver si lo de su matrimonio se podra realizar – Dijo un general con un tono preocupado-.

- Ahorita no me interesan esos asuntos – Contesto Esmée-.

- Señora es importante, podremos tener sus tropas tambien si usted accede a casarse con el principe Iker – Replico el general

- Tienes razon, que pase el emisario– Contesto Esmée asqueada por tener que casarse con quien no ama-.

- Soy yo, su majestad, vengo de parte del imperio ingles, para pedir su mano por el principe iker.

- Si acepto cuando podran llegar para concretar la boda-. Dijo la reina mientras se aguantaba las ganas de llorar por la frustracion de no poder decidir con quien se casa-.

- Mi reina minimo son 3 dias de viaje – Dijo el emisario con una cara de felicidad-. Sin embargo sabiamos que usted aceptaria y ellos llegan en un par de horas con la mayor parte de nuestro ejercito.

- Me parece muy bien, preparen todo, ire a dar un paseo-. Dijo Esmée mientras llamaba a sus hermanos para que la siguieran.

Bajo del trono, con su tunica larga de terciopelo color rojo carmin que le llegaba a los pies, a pesar de su molestia por lo sucedido minutos antes, disfrutaba siempre de una caminata por los jardines enormes del palacio.

Esmée iba caminando al lado con sus hermanos, quienes abrieron la puerta enorme para que pudieran pasar a uno de los jardines, que estaban divididos en tres regiones, la region de setos y plantas ornamentales, en donde le encantaba jugar a Esmée de chica, ese jardin conectaba con el laberinto donde tenian prohibido ir por su papa, ya que media demasiados acres y era muy facil perderse, asu vez conectaba con el jardin de caza, lugar donde el rey Luca I mando a llenar de venados para que pudiera enseñarle a sus hijos a cazar, sin embargo esos animles se convirtieron en una verdadera plaga.

Llegaron al lugar donde la familia real siempre se ha reunido para relajarse, una carpa los cubria de los rayos del sol, y la hermosa vista de los setos y rosales, daba una sensacion de descanso a todos los que se reunian ahí, era un lugar tranquilo y fresco, para poder tomar vino o una copa de agua.

- Hermanos, ¿gustan una copa de vino? – Pregunto Esmèe- Esto que les voy a leer junto con Daphnee es muy importante para todos

- Pero hermana nuestro papa nunca nos dejaba tomar alcohol – Respondio Amelia con la inocencia caracteristica de una niña-.

- Tu no Amelia tu aun estas muy chiquita – Dijo Esmèe con voz suave-.

- Hermana seguro que quieres que lea esta carta, son cosas que aun necesitamos asimilar, es mas ni yo he podido con esto aun – Dijo Daphnee sosteniendo la carta con sus dos manos temblorosas-.

- Si, si ya empieza a leer – Ordeno Esmèe-. No hay nada que juntos podamos realizar

Querida Esmèe y Daphnee

Todo esto que esta pasando es una fantasia, me acabo de enterar que venimos de una familia muy poderosa de los principios de la creacion de francia, me gustaria poder enseñarles todo lo que he aprendido hasta el momento, pero no es posible, lo primero que me gustaria explicarles, es el porque las separe, existen muchas personas empecimadas para que la profecia no se cumpla, y yo habia soñado cuando era joven que iba a quedar embarazada de 3 hermosas niñas, antes de que nacieran me entere de la profecia, asi que cuando di a luz me asuste mucho porque no sabia que hacer, tome la decisión mas dificil como madre, proteger a toda la familia, inclusive a tu padre, como se que a el le encantaba ir a las tabernas, por eso te deje a ti Daphnee a cargo de la madrota de ahí, una fiel subdita que juro defenderte y protegerte incluso hasta con su vida, cada una tiene un "poder especifico" juntas son invencibles, tambien quiero comentarte que mattias jugara un papel importante en defenderlas, no lo hagan a un lado, pero tienen que desarrollar sus poderes por separado, a la edad de 11 años empezaron a despertar de un sueño, en el cual todo era alegria pero en realidad asi no es la vida, tiene altas y bajas, estan por descubrir que es lo que les espera el destino.

Los hermanos quedaron atonitos al escuchar la carta no sabian que decir, ni que preguntar al respecto, solo agarraron la copa de vino que estaba ahí en una mesa de centro y bebieron sorbos lentamente mirandose los unos a los otros

Pasados unos minutos la primera en hacer comentario alguno fue Amelia.

- Entonces es por eso que yo veo cosas, cuando era mas chiquita tenia un amigo invisible, ¿entonces es real? – Pregunto Amelia con su caracteristica inocencia- pero ya tiene varios años que me abandono, ya no lo he visto, era muy amigable conmigo pero no queria a Esmée.

- No lo se hermana pero siento que estamos por descubrirlo – Contesto Daphnee abrazando a Amelia- ¿Qué te parece si lo descubrimos juntas?

- Daphnee, tienes que enseñarme a usar la alabarda, y yo te enseño a usar el arco- Dijo la Reina Esmée-.

- Porque a ti siempre te toca la mejor parte Esmée – Pregunto Adam-. No entiendo porque tu eres especial, aparte cual profecia, yo no he escuchado nada acerca de esas idioteces.

- Adam, que ingenuo eres, te la has pasado tratando de ser mejor que Esmée que se te ha olvidado lo que nos han enseñado tantos maestros, dice la profecia, que cuando una plebeya o una mujer de la realeza tengan 3 hijas, el mal que habita en la tierra se exterminara, algo asi no recuerdo bien, la verdad, eso lo lei hace mucho tiempo en unos pergaminos de nuestro antiguo consejero.- Dijo Mattias mientras sorbia su copa de vino

- Si ya sabemos todos que tu eres el presumido y el sabelotodo, pero a mi me importan otras cosas, como la cazeria y cosas de hombres, para eso tenemos eruditos que nos enseñan o nos resuelven los problemas- Replico Adam parandose de la silla enojado y caminando a pasos agigantados hacia el castillo-

Esmée se paro de las sillas he hizo un gesto a sus hermanos que seguian ahi acompañandola para que la siguieran por los jardines mientras cortaba una rosa y recitaba una famosa frase que le habian enseñado en la clase de estrategia militar "si vis pacem, para bellum", "si quieres la paz, preparate para la guerra".

- Mañana me caso hermanos – Dijo Esmée con una mirada triste, porque no es lo que ella queria-. No me caso por amor, mi corazon esta roto, porque todo lo que algun dia creia que iba a poder cambiar de esta monarquia no lo podre hacer yo, necesito realizar la alianza con el reino de inglaterra para poder vencer a los invasores.

- Hermana te entiendo – Contesto Mattias tratando de ser empatico con su hermana -. Sin embargo es necesario tu misma lo dijiste, recuerda que las alianzas son lo que mantienen a los reinos unificados, y ahorita mismo, mas lo que entendi de la carta no solo lucharemos contra cuerpo y sangre, si no con cosas que aun no logramos entender, no lo dice textualmente nuestra madre, pero tambien hay que mantener esto en secreto porque vez lo que les pasa a las que son catalogadas como brujas, las queman en la hoguera.

- Si mattias tiene razon, Esmée hay que irnos con cuidado sobre ese tema, yo creo que por eso mama tambien nos separo.

- Aun no me acostumbro a que me digas hermana, Daphnee – Refirio Esmée con un tono de desagrado-.

- Ni yo, pero eres mi hermana, y me alegra que por fin tenga familia.


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