a cerbatana era un arma usada solo por espías en la Francia medieval, ya que era un arma silenciosa.
Después del encargo hecho por el Rey Luca I, se dirigió al norte para poder alcanzar a la caravana real, pasando por las afueras del pueblo de Niza escucho un sollozo de una niña, que se escondía en unos arbustos cercanos.
Al ver al espía trato de esconderse arrastrándose con sus pies descalzos, empujándose del suelo.
-No temas, vengo en nombre del rey Luca I, que es lo que ha pasado en la ciudad, veo mucho humo – Dijo el espía estirando la mano para saludar-.
- Como poder confiar en ti, acabo de ver a mis papas ser asesinados.- Dijo la jovencita, escondiéndose-.
- Tengo el símbolo real.- Le dijo murmurando el espía, sacando de su bolso un collar que llevaba el sello de la casa Faure-Dumont.-Tienes que confiar en mi, o te mataran aquí sola
- Unos señores llegaron a matar a todos, logre escapar por debajo de la taberna hay un túnel que comunica al castillo, a los jardines reales y a los establos. -Dijo entre sollozos y murmullos-
- Ven acompáñame vamos a alcanzar al Rey Luca I- Dijo el espia
- Pero y ¿si me mata?- Dijo temerosa la jovencita-
- Porque habría de matarte, eres su súbdita
-Es verdad solo tengo miedo de lo que vaya a suceder- Dijo con voz temblorosa la jovencita-
Se pusieron en marcha hacia el norte y dejaron atrás la ciudad humeante de Niza.
Al llegar la noche tuvieron que acampar, en lo recóndito del bosque imperial de Lyon, entre los peligros que los acechaban estaban los ladrones, personas viles que se aprovechaban del mas débil, así que el espía decidió hacer un campamento para los dos encima de los arboles, atados con tan solo un par de lianas que los sostenían de caerse desde lo alto del bosque de pinos.
A la mañana siguiente, después de una noche en vela, retomaron su viaje hacia París para poder alcanzar a su majestad.
- ¿Como dormiste?- le pregunto a la niña
- Bien señor, y usted -Dijo la jovencita temerosa de que haya descubierto su oscuro secreto-
- No pude cerrar ojo por cuidarnos- Respondió el espía con voz sarcástica-
- No entiendo porque tanta preocupación por mi si solo soy una simple tabernera- Dijo la jovencita murmurando y apenada-
Se que no eres una simple tabernera, te reconocí desde el momento en que te vi, he sido espía por mucho tiempo y se guardar muy bien los secretos -Respondió riéndose-
- No se ha que se refiere- Exclamo la jovencita con voz suplicante y temerosa -
- No por nada conoces los pasadillos secretos del castillo, pero bueno pongámonos en marcha – Respondió el espía al momento que trataba de descender del árbol-
- No sabes nada de mi, todo son suposiciones que la gente ha hablado.- Reitero la jovencita murmurando-
- Si tu lo dices.
Ya en marcha pasaron por varias aldeas a paso sigiloso por los peligros que acechaban, dicen los historiadores de ese tiempo, que en el bosque imperial de Lyon se esconden varios tipos de fantasmas, y demás criaturas, sin embargo eso no era lo que le preocupaba al Espia que para nada era supersticioso, si no los vivos, bandas de ladrones bien organizadas dispuestos a despojarlos de su dinero y pertenencias, lo que no sabian es que ellos no llevaban consigo mas que un par de harapos sucios, la cerbatana, un arco, flechas y un poco de comida que les abria sobrado de la noche anterior.
Pasaron las horas cabalgando hasta que a lo lejos vieron la caravana real.
- Apresuremos el paso aun somos blanco facil- Exclamo el espia-
- Tengo miedo de llegar, no se que me vayan a hacer-. Dijo la jovencita murmurando-.
- Tiene que protegerte, y se que lo hara-. Dijo el espia-. Eres identica a tu hermana.
- No tengo hermanas -. Dijo la jovencita enojada-.
- Si, que las tienes, cuando lleguemos te daras cuenta de lo que te digo -. Contesto el espia riendo.
Al pasar por una planicie totalmente descubierta, sin nada de arboles para poder esconderse, el espia como era su costumbre volteo a ver y se dio cuenta que un grupo de avanzada enemigo los iba siguiendo, acelerando el paso, tratando de llegar a los arboles que se encontraban a unas cuantas millas de distancia de ellos, pasaron pocos minutos cuando escucharon el silbido de las flechas lanzadas por los enemigos, una de ellas logro atravesar al caballo, cayendo al suelo.
Daphnee, regresa -Grito el espia en un momento desesperado de pedir ayuda-
Agarro el bolso en donde llevaba el encargo de su majestad y monto la yegua de Daphnee
-Nos persiguen, ¿como nos alcanzaron tan rapido? -. Pregunto la jovencita-.
- Porque es una patrulla enemiga, los mandaron desde antes que hiciera el encargo del rey, vienen a sondear el terreno, aparte supongo que ya encontraron los dueños de estos caballos-. Contesto el Espia-.
- Hay que darnos prisa.
- Si, dejame llevar las riendas del caballo, tratare de hacer maniobras evasivas, para que no nos alcance ninguna flecha– Exclamoel espia con poco de dolor por la caida-. Saca de mi mochila un pañuelo blanco y ponlo en la lanza que esta atada al caballo, porque si no nuestro ejercito puede pensar que somos enemigos.
Los guardias divisaron a lo lejos uno de los caballos con una bandera blanca, y avisaron en ese momento al rey.
- ¿Quién sera el que se aproxima? – Exclamo el Rey
- No se papa pero trae la bandera blanca, ¿y si es una treta del enemigo?-. Cuestiono Esmée
- Manden una patrulla a dar alcance inmediatamente a ese jinete – Dijo Luca I
- En seguida su majestad.- Dijo el comandante ordenandole a doce jinetes que les cerraran el paso-.
Al cabo de unos minutos dieron alcance al espia a la invitada de honor.
- Detente ahí ¿quien eres? – Cuestiono el Jinete
-Soy primo de los principes mi nombre es Thomas y sobrino del rey, me mando a matar al traidor del reino, mira mi insignia real, trabajaba encubierto para el Rey Luca I y mi madre fue la señora de Marseilla en tiempos de la ultima guerra, pido audiencia con su majestad.- Dijo Thomas mientras miraba por su hombro-. Dense prisa, porque nos pisan los talones
- ¿Quien es la chica? Esta muy bonita – Cuestiono un jinete-.¿es una plebeya?.
-Ni se te ocurra tomarla o te corto la mano -Exclamo Thomas sacando un cuchillo de su bolsillo- Vamonos que nos vienen siguiendo
- Tranquilo, es tu chica, vamonos escoltas por ambos lados- Ordeno el comandante de la patrulla-.
Al llegar al campamento real, el Rey arrivo con tal agresividad que hizo a todos a un lado.
- ¿Como supiste que era un traidor?-. Cuestiono el Rey
- Fue muy facil, estando en el castillo de Lyon, tu me encargaste vigilarlo debido a tus sospechas, yo conocia todo el castillo porque ahí pasabamos el verano, me oculte en su alcoba antes de que se despertara, al momento de no encontrarlos por todo el castillo y ver que no habia nadie el se confio y empezo a recriminarse solo, sobre si lo habrian descubierto o porque se habian marchado, aparte antes de que me fuera de donde deje su cuerpo, encontre estas cartas.
- General lealas porfavor pero en mi casa de campaña, Esmée y principes acompañenme, Amelia ve a jugar con tu niñera.- Ordeno el Rey
- Pero papa tambien soy parte de esta familia.- Cuestiono la hija mas pequeña del Rey
- Si pero estas muy pequeña, Thomas ve a buscar a capeto y sus caballeros tambien los quiero aquí en la tienda, te espero a ti y a la invitada tambien.
- Como ordene su alteza
- Papa, ¡se ve que le tienes grande estima!, el no es un subdito normal.- Afirmo Esmée
- Me impresionas hija mia, eres muy perspicaz, no, ¡no lo es!- Exclamo con un tono de melancolia el Rey- El es tu primo Thomas, hijo de los regentes de marseille, murieron en la ultima gran guerra.
- ¿Mi primo? Pero si conocemos a toda la familia o bueno eso creia -Respondio con incredulidad la princesa- ¿Por qué no me habias platicado de el, se supone que sere tu sucesora, deberias de tenerme confianza?
- No, no la conoces, hay secretos que por años me han torturado y ya casi es momento de develarlos, aparte algun dia entenderas que es mejor guardarse algunos de los secretos por el bien del reino.
- ¿De que secretos hablas? ¡ me estas asustando! -Contesto con tono de incredulidad e ira- Pense que nos contabamos toda la verdad.
- Pronto lo sabras hija, Pronto lo sabras -Respondio el Rey Luca I dando un suspiro al aire-
Daphnee penso que el Rey no se habia percatado de su presencia, al ver todos corriendo por todos lados, le surgio la ide de intentar escapar, fue directo al establo improvisado, donde se encontraban todos los caballos,tomo algunas provisiones y las guardo en un morral viejo que traia consigo, un arco y flechas, sin embargo no sabia que ella era la invitada de honor ese dia, no se percato de la presencia de un hombre que la estaba observando, poco a poco se fue acercando a la jovencita para sujetarla del hombro muy fuerte.
-¿Quién eres?, dejame ir.- Dijo la jovencita intentando convencer a su captor de soltarla-. No he hecho nada, regresare todo lo que tome de mi morral
-Soy tu unico amigo, bueno contando al Rey soy tu segundo amigo-. Contesto Thomas riendo a carcajadas por haber sorprendido a la invitada-.
-Eres tu, que susto me diste, si sabes la verdad me colgaran por eso, dejame ir.-Suplico la jovencita-. Soy la hija bastarda de esta familia.
- ¿Hija bastarda?-. Cuestiono Thomas-. ¡No notaste tu parecido con el de la princesa!, aparte aunque fuera eso cierto no te puedo dejar ir el rey exije tu presencia en su casa de campaña.
- No note mi parecido con ella, aparte pense que no se habia dado cuenta de mi presencia.- Exclamo furiosa Esmée-. Que comparaciones son esas, si te escuchan nos colgaran a los dos, no podemos hablar asi de la futura reina, soy una simple plebeya
- Por dios, si eres identica a tu madre.- Exclamo Thomas-. La reina Anette
- Soy hija de unos taberneros de la ciudad de Niza, no se de donde sacas tales afirmaciones,
- Si claro, esa es la historia que te contaron, pero la verdad es que eres de la realeza.- Dijo Thomas mientras sonreia burlonamente
- No digas tonterias, de la realeza ¿yo?- Exclamo la jovencita en son de burla-
- Bueno el punto es que no te puedes ir y me mandaron a vigilarte, eres la invitada de honor por estos dias.- Dijo Thomas mientras reia- Es mas si mal no me equivoco tu nombre es Daphnée Faure Dumont, hermana de los principes y mi prima.
Daphnee conocia la verdadera historia y no porque se la hayan querido contar, si no porque habia leido unas cartas que le habian mandado a su familia.adoptiva.