CAPÍTULO 103- Una nueva vida sin magia.
Zei apareció en una habitación vacía, en donde no hay ningún mueble. No hay absolutamente nada... Bueno, sí, hay algo en el suelo... O más bien, "alguien" en el suelo.
—¡¿Eh?!
Zei cayó al suelo por el susto que recibió al ver el cuerpo sin vida de un chico idéntico a Zei. Ese chico había consumido varios paquetes de pastillas y se cortó las venas.
Lo que más asustó a Zei, es que ese chico era idéntico a Zei, la única diferencia que tenían es que ese chico tenía un cuerpo más delgado y débil. Zei entrena mucho, por lo que tiene un cuerpo más fuerte y era más alto.
—¡¿Estamos en una realidad en donde estoy muerto?!
—Toca su frente.
—¿E-estás seguro?
—Aquí no existen los muertos vivientes, no tengas miedo.
—E-está bien...
Zei tocó la frente del chico.
—... Bien... Ya veo... Interesante... Es un poco triste... Sí, muy triste... Ya terminé de leer su mente. Sus recuerdos son muy tristes. Sus padres lo maltrataban, provocándole traumas. Era un chico tímido y solitario. Sufría acoso escolar y nadie lo defendía. Los profesores no lo apoyaban y solo encontraba paz y tranquilidad cuando estaba solo... Sus padres murieron en un accidente hace un año... Sin familiares... Sin amigos... Cansado de su vida, decidió suicidarse... Tenía 15 años, era más joven que tú.
—... Su vida debió ser más difícil que la mía... Al menos él logró suicidarse cuando lo intentó... ¿Será una coincidencia que se parezca a mí?
—... Sí... El hechizo que usé me permite buscar una nueva identidad para ti de manera automática... Zei, duerme.
—¿Por qué...?
Zei cerró los ojos y cayó al suelo dormido.
Fetoca salió de su nariz y volvió a su forma humana.
—¿Quieres hablar conmigo, niño?
El Dios supremo apareció frente a él.
—¿Niño? Conoce tu lugar, espíritu.
El Dios supremo aplaudió y la cabeza de Fetoca tocó el suelo en menos de un segundo.
—M-maldito mocoso.
—Tienes las agallas para llamarme así, espíritu.
El Dios supremo puso su pie derecho sobre la cabeza de Fetoca.
—Lame el suelo.
—M-maldito...
Fetoca comenzó a lamer el suelo.
—Zius te dijo que esperes y no obedeciste. Te dije que esperes a Kei, y tampoco me obedeciste. Estás actuando muy engreído, ¿no lo crees? No olvides tu lugar, espíritu.
—T-tengo derecho a...
—No hables y sigue lamiendo.
—...
—Sé que el Rey demonio era tu mejor amigo, por eso dejé que estuvieras dentro de Zei, pero no puedo permitir que te alejes de Kei, tu dueño original... Dos o tres años. En dos o tres años, Kei vendrá por ti. Tendrás la oportunidad de defenderte y quedarte con Zei, pero eso depende de cómo lo entrenes.
—¿Eh? ¿Nos estás dando una oportunidad para defendernos?
—Sí, pero con una condición. Una vida escolar normal.
—¿Qué?
—Me interesa ver cómo se desarrollará la nueva vida de Zei en un mundo sin magia. Quiero que Zei vaya a la escuela y me entretenga.
—¿Es todo?
—Sí.
—... Está bien... ¿Por eso creaste a este chico? ¿Para que sea la nueva identidad de Zei?
—Ya sabía que arruinarías mi diversión, por eso tenía preparado varios planes... Por cierto, no dejes que Zei se enamore de una chica. Me daría lástima que Zei muera enamorado.
—Esa chica, Kei, no creo que pueda matar a...
El Dios supremo aplastó con fuerza la cabeza de Fetoca, rompiéndole la nariz.
—Es un chico.
—... Ese chico no podrá matar a Zei. Zei posee la magia del Rey demonio y mi magia. No es rival para nosotros.
—Un consejo: "No juzgues a alguien sin conocerlo".
El Dios supremo desapareció y Fetoca se levantó del suelo.
—Tsk... Debo investigar.
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Al día siguiente.
Zei, que está vestido con un uniforme escolar rojo, está caminando por las calles de una enorme ciudad, nervioso y preocupado.
—F-Fetoca, ¿está bien tomar la identidad de ese chico?
—Se llama Zei también, así que no hay problema. ¿Recordaste el plan?
—Sí... Odio a las personas malas, así que estoy de acuerdo con el plan.
—Perfecto.
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Zei entró a un salón de clases y se dirigió a una mesa.
—A ver... Penúltima mesa de la última fila... Aquí está... Oh...
—Es tan ridículo. ¿Realmente creen que esto es humillante? Qué ridículo. Este tipo de abuso no es nada humillante.
Había mensajes de odio e insultos rayados en la mesa de Zei.
—¿Qué pasa, Zei? ¿Vas a llorar?
Un enorme chico, que tenía sus piernas sobre una mesa, dijo eso mientras reía.
Zei dejó su mochila en el suelo y se acercó a ese chico.
—Vaya... Oye, cerebro de músculo. ¿En serio crees que esto me afecta? Son solo palabras. ¿Por qué no lo solucionamos con violencia? ¿O me tienes miedo, cerebro de músculo?
—¡¿Qué dijiste?!
El chico se levantó y Zei sonrió.
—Aparte de idiota, sordo.
Algunos estudiantes se rieron y eso enfureció al chico.
—¡Maldito!
Intentó golpear a Zei, pero él detuvo fácilmente su puño con su mano derecha.
—... Eso fue decepcionante.
Zei bostezó y comenzó a apretar con fuerza el puño de ese chico.
—Sabes, te investigué. Padres divorciados, una madre que quiere más a su nuevo hijo que a ti, un padre que no quiere verte y quieres llamar la atención siendo agresivo para no sentirte solo. Me das lástima.
El chico comenzó a llorar y se arrodilló. Zei estaba aplicando demasiada fuerza.
—D-déjame...
—Mal, muy mal. No, no. Debes decir: "amo Zei, por favor, ten piedad de mí".
—¡Prefiero morir!
—Oh, no te preocupes por eso.
Zei se agachó y acarició la cabeza del chico.
—Lo que pasará ahora, será mejor que verte morir. ¡Compañeros, ¿conocen la técnica del baño?! Es un golpe humillante. ¿Qué hace? ¡Miren!
Zei golpeó el estómago del chico, sacándole el aire. Comenzó a aplicarle magia a su estómago, provocando algo asqueroso.
Los gases del chico se escucharon y un asqueroso olor comenzó a salir de su trasero.
—¡Se hizo del baño! ¡Ahora tiene mierda en sus pantalones!
Zei soltó al chico y se sentó sobre su mesa con los brazos cruzados.
Las risas de sus compañeros se escuchaban fuertemente y eso hizo sonreír a Zei.
—Por cierto, los que intenten abusar de mí, recibirán el mismo castigo. Acabo de derrotar al segundo chico más fuerte de nuestro grupo. Consideren eso una amenaza.
—¿Segundo? Yo creía que él era el más fuerte. ¿Quién es el más fuerte?
La pregunta de esa chica fue perfecta para Zei.
—¿Por qué no lo comprobamos?
Zei se quitó la camisa y mostró su excelente cuerpo.
Los chicos lo miraban con admiración y las chicas lo miraban sonrojadas y muy excitadas.
—Descubramos quién es el más fuerte.
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Zei se reunió con el director de la escuela, pues se enfrenta a una posible expulsión.
—¡¿Cómo puedes explicar lo que pasó?!
Pero Zei ya tenía preparado un plan.
—Dereck, Izner, Yamauchi.
—¿Eh?
Zei sacó de su mochila algunas fotografías y se las mostró al director.
—Son los amantes de su esposa. Aquí está la evidencia.
El director observó con furia las fotografías.
—¡¿Q-qué?!
—Con tres al mismo tiempo... Eso me perturbó... Escuche, señor director. Si usted me perdona, puedo ayudarle a vengarse de ella.
—¿Vengarme?
—Sí.
—... Te escucho.