Prim: "Entonces... ¿visitaremos a Maia-sama?"
Alexander: "Bueno, esa es la idea."
Alicia: "Aunque personalmente, me interesa saber más de nuestra inconsciente invitada."
Kaguya: *Ahem* "Yo pienso lo mismo que Alicia-sama."
...
Alexander se encontraba caminando el no tan corto tramo, que existía para llegar a la Cuarta Fortaleza, junto a Alicia, Prim y Kaguya.
Decidió que sería lo mejor, ya que ellas eran las Princesas Caballero de las anteriores Fortalezas.
Y así sería mucho más suave, su llegada a la ciudad.
Estaban hablando un poco, mientras todas iban bastante apegadas a Alexander, vestidas de ropa normal, no como con la que se habían criado, y él mismo se encontraba en su Modo Kakashi-sensei.
Y Alicia junto a Kaguya, a diferencia de Prim, estaban más interesadas en saber acerca de su nueva visitante en Asora, que tener una charla ocasional.
Alexander también estaba todavía un poco aturdido con lo que había pasado hace unas horas.
En el momento en que recibió una Tarjeta de Invocación de Personaje, del Gacha, él sabía que se trataba de la transportación de alguien desde el gran Multiverso, hacia allí.
Podía ser literalmente cualquiera.
Cualquiera, de entre millones de historias, y billones de personajes.
Lo que sea que se considerara un personaje, podría salir de allí.
Pero él nunca se imaginó...
Definitivamente nunca lo hizo...
Que sería una de las Waifus que más el mismo había llegado a querer, en su corazón Otaku.
Sabía perfectamente, todo lo que recordaba haber buscado de Aki Nijou.
Cuando la sostuvo con sus manos, sintió como si fuera un Fanboy tocando a una Estrella. Y bueno, en un sentido así era. Sólo que una Estrella con una piel muy suave y agradable, en este caso.
Había visto el Anime de Maken-Ki, más de 10 veces, y también, definitivamente, no había sido la pobre trama o la historia de redacción de ese Mundo, lo que lo atraía.
Siendo un Anime algo viejo, y completamente dedicado al Fanservice, su historia era algo... inmadura, por decir menos, pero entretenida.
Y lo único, por lo que Alexander no olvidaba a ese Anime, era por sus Waifus.
Principalmente la gran capacidad, pechonalidad, y desarrollo de los personajes de la Academia, y del Mundo en general.
Y de la Milf favorita de Alexander, Aki Nijou.
Bueno, como sea, Alexander intentaba imaginar lo que sucedería más adelante, ahora que Aki Nijou había sido invocada por su el Gacha de su sistema.
Por ejemplo, podría enseñar tanto el Anime, como el Manga, a sus Esposas, y a la misma Aki Nijou, ya que estas habían visto como la reconoció. También existía la ruta de no decir mucho, pero Alexander aparte de que sabía que no podía mentirle, inconscientemente, a sus Esposas Elfas oscuras, él quería ser honesto tanto con ellas, y como con Aki Nijou.
Las primeras, porque las amaba y porque estas no sabían nada de Maken-Ki, y la última, porque el azar Multiversal había decidido darle la oportunidad de estar junto a una de sus más queridas Waifus, y que en el futuro, más que ahora mismo, la amaría. Y esto si ya no lo hacía... el Amor era algo muy raro... algo que se manifestaba de formas tan diversas y tan especiales, que no tenía comparación.
Si bien él siempre podía visitar ese Anime, para buscarla, y conquistarla, demoraría un poco, ya que tenía otros planes, antes de eso.
También, sabía que desde el momento en que ocurrió la transferencia Multiversal, automáticamente el Universo de Maken-Ki, se encontraba en una "Pausa", siendo exactamente como sonaba. Así es como funcionaba el Gacha.
Por lo que tendría que ir allí.
Pensando hasta aquí, también recordó a las demás Waifus de ese Anime, y mayormente, a la segunda persona que más el mismo quería conocer, Minori Rokujou, la Directora de la Academia, y otra Milf, bastante enérgica, de la cual, era Fan.
En fin, ahora mismo Aki Nijou estaba desmayada en una de las habitaciones de la Mansión Nothing, siendo atendida por Chaia.
Ya sea de el aire extremadamente puro que había en Asora, la magnitud de la Energía que abundaba en la atmósfera del mismo, la transferencia de un Plano completamente diferente hacia otro, o un cuerpo algo débil, Aki Nijou se había desmayado, pero no estaba en un gran peligro, para nada, sólo estaba inconsciente, y estaría así por unos días. Tiempo que Alexander pudiera haber reducido de varias formas, pero que no lo hizo sólo porque no estaba completamente seguro acerca de si eso sería lo mejor en este momento.
...
Prim: "¿Alex-sama?"
Prim lo llamó al ver que se quedó callado por un momento.
Alexander: "Lo siento, estaba organizando mis pensamientos."
Alicia: "Entonces..."
Alicia intentó continuar la conversación, mientras Kaguya y Prim también estaban muy atentas, ya que esa chica que había sólo aparecido, era extremadamente hermosa y más dotada que cualquiera de ellas, incluso más que Chaia. Aunque sin embargo, sus mentes eran demasiado liberales, ya tenían un plan por "aquí", y por "allá", para esta nueva... ¿hermana?
Alexander: "Si, es exactamente como decía el sistema, Aki Nijou es un personaje que yo conocí en una historia."
Alicia: "Hmm, ya veo, es así mismo como sería la pequeña Shouko, entonces."
Alexander asintió, al ver como Alicia todavía tenía a Nishimiya Shouko, muy presente al igual que él.
Kaguya: "No importa cuántas veces lo escuche... el poder de viajar a cada una de las historias que conozcas, definitivamente es algo maravilloso..."
Alexander: "Bueno, tu hombre es así de sorprendente."
Alexander habló con confianza.
Kaguya: "Hehehe~ Si, mi hombre es únicamente el más sorprendente de todos."
Kaguya sonrió un poco.
...
El grupo de cuatro siguió su camino, mientras lentamente la pequeña atmósfera del grupo se ponía relativamente rosa, y se podía distinguir vagamente los contornos de corazoncitos que rodeaban al grupo.
Después de un tiempo, por fin llegaron a los Muros de la Fortaleza, o más específicamente, a la puerta ubicada en medio de ellos.
Era algo anormal, pero la gran puerta estaba completamente desierta, siendo custodiada solo por un mujer caballero, por lo menos en la parte exterior de la puerta.
"¡Alto!"
Esta guardia femenina gritó mientras sostenía la empuñadura de su espada guardada en la vaina.
La guardia rápidamente vió que se detuvieron, y entonces los miró analizándolos.
"... ¡¿Alicia-sama?! ... ¡¿Prim-sama?! ... ¡¿Kaguya-sama?!"
El shock, o los varios shocks que su cara demostraba en este momento, eran completamente correctos.
La vista de Tres Princesas Caballeros, junto a un hombre misterioso y elegantemente enmascarado, visitando las puertas de una Ciudad, era definitivamente algo que no se ve todos los días.
.......
Maia, la Cuarta Princesa Caballero, ahora mismo estaba haciendo algo un poco...
"Huhh~"
Recostada sobre su escritorio, con su cara pegada completamente a diversos papeles allí, mientras dejaba su saliva correr todo todo el lugar...
Si, estaba dormida.
Aún así, era posible distinguir su cabello corto y ligeramente rojo, más débil que el escarlata, y con un pequeño tono rosado, alborotado por todo el lugar.
También sus grandes pechos de Copa E, se encontraban presionados en contra la mesa.
Su piel era blanca, blanca como la nieve, y en general...
Al igual que las demás Princesas Caballeros, ella era muy hermosa.
Pero, también a diferencia de las demás, Maia era la única Princesa Caballero, que había sido elegida aún... sin ser de cuna noble.
...
Huérfana de guerra, se podría decir. Siempre estuvo prácticamente sola, llevando una vida muy difícil... hasta el momento en que aprendió a sobrevivir.
A temprana edad se unió a los ejércitos mercenarios, resaltando, al tiempo después, por su gran capacidad de combate.
Si bien la primera vez que estuvo en un campo de guerra, especialmente contra bestias mágicas, se desempeñó de mala manera casi perdiendo la vida varias veces. Sus compañeros mercenarios la ayudaban, tenía la suerte del destino con ella, o sucedían cosas raras. Como sea, ella sobrevivió.
Después de eso, la siguió una fuerte racha de victorias que demostraron lo especial que Maia era, logrando que rápidamente se saliera de las filas mercenarias. Y por supuesto, igual que otras, Maia fue elegida Princesa Caballero de Eos, basándose principalmente en su gran capacidad de combate.
Siendo superada sólo por tres personas, tres de sus ahora, compañeras.
Pero... ella tenía algo muy único...
Si.
Era simplemente una cabeza de aire a la cual le salía humo de sólo ver los papeles en su escritorio.
...
"¡Maia-sama!"
Eleonora, la segunda al mando de la Cuarta Fortaleza, una mujer muy madura y de encanto Milf que vestía una armadura ligeramente diferente, aunque igual de reveladora que las demás, entró por la puerta mientras llamaba a su líder con rapidez y algo exaltada.
"..."
Vió que su superior dormía, y una pequeña vena se le notó en la frente.
Tomó un papel, que no se sabe de donde lo sacó, lo envolvió en un rollo, y...
*Pakhh*
"Eh, eh uhh, ¿eh?"
Maia levantó su cabeza instantáneamente mientras abría ligeramente los ojos y no llegaba a formular las palabras.
Eleonora ocultó el papel como si nada, y después puso la misma expresión exaltada que traía, para decir:
"Maia-sama, ¡tiene que ver esto!"