—Tengo que salir, lisa.
—¿Qué sucede?
—Surgió un imprevisto en el Hotel y tengo que ir para allá.
—Te has vuelto tan malo mintiendo, Akira.
—Quédate aquí, ya mismo regreso.
—Avísame cualquier cosa, Akira.
—Lo haré, cielo—me besó antes de irse. Estaba actuando extraño, pero no lo obligaré a decirme lo que sucede. Si me miente es por algo, será mejor que me quede tranquila y confíe en él.
Akira
Llegué al hospital de volada, tengo que saber que fue lo que sucedió con la hermana de lisa.
—¿Qué fue lo que pasó, Doctor?
—La paciente sufrió un ataque de nervios y trató de escapar, pero la enfermera llegó a la habitación y la descubrió. Su actitud se tornó agresiva e intentó cortarse con un vaso de cristal. Tuvimos que interferir y administrar un calmante antes de que se saliera todo de control.
—¿Y qué hace un vaso de cristal en la habitación de una paciente? ¿No se supone que sean de plástico?
—No sé lo que sucedió, Sr. Akira.
—Pues más le vale que lo sepa. ¿Qué me aconseja sobre llevarla al centro?
—Hágalo lo más pronto posible, Sr. Akira. Podrán ayudarla en todo lo que ella necesita. Se va a recuperar más rápido y la van a monitorear todo el tiempo.
—Es una decisión que debería tomar mi esposa, pero dado el caso de no querer preocuparla, será mejor que la llevemos a un centro en otro estado.
—Tengo una lista de centros que puede servirle, Sr. Akira.
—Dámela, voy hacer todo para llevármela mañana mismo. ¿No tiene ningún problema para viajar, ¿Cierto?
—No, señor.
—Mañana mismo la sacaré de aquí. Vendré a primera hora, espero toda la documentación esté lista. Entrégame el papel con las clínicas y voy a decidir a donde llevarla.
—Venga conmigo— llegamos a su despacho y me entregó el documento.
—Voy a traer a varios hombres para que la vigilen hasta mañana. Espero no haya problema con eso.
—En lo absoluto, Sr. Akira.
—Gracias—salí de la oficina, tenía mucho por hacer, solo espero que lisa entienda y no complique las cosas.
Me encaminé al cuarto de mi padre, donde estaba con la madre de lisa.
—Permiso. ¿Cómo estan?— pregunté.
—Bien, ¿Y tú Akira?
—Bien. ¿Puede permitirme unos minutos con mi padre, por favor?
—Claro, ya salgo. Permiso—la madre de lisa salió y quise aprovechar para hablar con mi viejo y explicarle el asunto.
—No tienes que preocuparte por mí, Akira. Lleva a esa muchacha a donde debe estar. Voy a mantener a mi señora conmigo. Haz todo lo que tengas que hacer para solucionar el asunto, hijo.
—Cuando todo esto pase, quiero que nos mudemos a otro lugar, padre. Quiero casarme con lisa otra vez y adoptar a Lin.
—¿Qué? Quien te escuche pensaría que estás loco, Akira.
—¿Qué hay de malo con eso? Es mi hermano, ¿No?
—¿Qué estás tramando, Akira? Te conozco muy bien y todo lo que haces siempre hay una razon detrás.
—No todo lo que hago tiene que ser para algo malo, padre. No tienes que preocuparte por eso.
—Si vas a casarte con lisa otra vez, quiero que me permitas celebrar mi boda contigo también.
—¿Te vas a casar con ella?
—Cuando me recupere le voy a pedir matrimonio. ¿Podrías esperar por mi mientras tanto?
—Claro que si, viejo pervertido. Sería un honor tener una boda doble— reí.
—¿En qué estás pensando, hijo?— desvió la mirada.
—En nada en especial. Hablaremos ese tema más adelante, ahora me tengo que ir a resolver el asunto y hablar con lisa también.
—No te preocupes, ella lo entenderá.
—No me gusta causarle dolor. Sé que ha estado afectada por la situación de su hermana y no soporto verla así.
—Tu no tienes la culpa, ya todo se va a solucionar.
—Eso espero. Recupérate pronto, tenemos una boda que preparar, que eso te motive a mejorarte. Quien sabe si logres darme un hermanito—reí.
—¡Akira! — avergonzó y reí.
—Te dejo papá, cuídate —salí de la habitación.
Lisa
Han pasado largas horas y Akira no ha vuelto. Espero que no haya sido nada grave.
—Akira, ¿Cómo está todo?
—Tengo que hablar contigo, pero necesito que lo tomes con calma— eso me preocupa, no puedo negarlo. Akira me explicó lo que sucedió con lujo de detalles.
—Dios mío, pero ¿y qué vamos hacer?
—Mañana mismo nos vamos a ir. Nos llevaremos a Kaori y a Lin. Vamos adelantarnos a mudarnos, lo íbamos hacer de igual manera. Estaba realizando todo por llamada. Mañana a primera hora pasaremos a buscar a tu hermana para viajar y llevarla al Centro. Me comuniqué con el Centro y es uno de los mejores, podrá salir de esto y además estarás cerca para apoyarla.
—Gracias por todo, Akira. Siempre estás pendiente de todo y has ayudado mucho a mi familia. No sabes lo agradecida que estoy contigo.
—Demuéstrame cuán agradecida estás. Quiero que te mantengas tranquila, sé que te va a costar, pero quiero que tengas en mente que no estas sola, princesa. Haré todo lo que está a mi alcance para verte sonreír. Vamos una sonrisa para mí, ¿Si?— puso sus manos en mis mejillas, obligándome a mirarlo. Sé que se está esforzando mucho, yo también debo hacer lo mismo. Lo miré fijamente y sonreí.
—Te amo, Akira—Akira sonrió y me besó.
—Te amo, preciosa. Aún tengo asuntos que atender, estaré en el estudio. Si quieres puedes ir preparando todo lo de Kaori y Lin para mañana.
—Akira, prométeme que no nos vas a dejar solas como la otra vez.
—No tengas miedo, tonta. Eso no volverá a ocurrir nunca más. ¿Cómo voy a dejar a mi reina peligrosa sola? Será para que me encuentren por las moscas.
—¡Tonto!—Akira comenzó a reír.
—Prepararte, linda—me giró para darme una nalgada y que me fuera.
—¡Pervertido! —subí a la habitación de los niños y comencé a preparar las maletas de ambos.
—¿Para dónde vamos, hermanita?
—Es una sorpresa. ¿Qué tal si me ayudas?—Lin sonrió y me ayudó. Al terminar lo recompensé con un helado para los tres. Akira estaba ocupado, así que no lo invité, pero le guardé un poco.
Akira estuvo toda la tarde y parte de la noche en el estudio. Ya Kaori y Lin los había recogido a dormir. No quería interrumpirlo, pero quería aunque fuera verlo. Busqué el helado y lo llevé a su estudio.
—Oh, ¿Me extrañaba mi corderito?
—¿No te interrumpo?
—Para ti siempre estoy disponible, preciosa.
—Puedes seguir haciendo lo que estabas haciendo. Te traje un poco de helado, no sé si te apetezca. Lo guardé para ti — me acerqué y Akira me hizo seña para que me sentara encima de él.
—¿Me lo darás tu?— ¿Cómo es que para algo tan sencillo con mi esposo me ponga tan nerviosa? Llevamos tiempo y es como si fuera la primera vez que lo hago. Me sentía un poco avergonzada. Serví un poco de helado en la cuchara y la acerqué a su boca.
—Di Ah—Akira abrió su boca. Parece como si estuviera alimentando a un niño, es tan lindo.
—No me gusta, siento que algo le falta— puso una cara de disgusto.
—¿Eh? —miré el helado y la cuchara—. ¿Qué podría faltarle?
—Pruébalo— Akira cogió la cuchara, sirvió el helado y la acercó a mi boca. Abrí mi boca para probarlo, pero no siento que le falte nada. Sentí los suaves labios de Akira en los míos. ¿Así que me estaba tomando el pelo y como una tonta caí?
—Ese era el ingrediente que hacía falta, aunque creo que le hace falta algo más dulce —pasó la cuchara en mi cuello y lo lamió lentamente—. Tu cuello le da el último toque dulce, ¿No crees, corderito?—se me erizó la piel nada más por eso.
—No juegues con fuego, Akira—le arrebaté la cuchara y la pasé en sus labios para lamerlos y besarlos. Sus suaves jadeos eran muy sexy. Sus labios eran muy dulces y no solo por el helado, no me puedo cansar de esto. Pasé la cuchara por su cuello para tomar venganza por lo que me hizo.
—¿Está caliente mi corderito?
—Tu empezaste, tonto—lamí lentamente su cuello dejando escapar suaves jadeos cerca de su oído, a lo que Akira respondió sin decir una sola palabra, su parte baja habló por si sola. Lastima que el teléfono sonó y interrumpió nuestro acercamiento.
—¡Mierda!—Akira se molestó, ya he perdido la cuenta de cuántas veces ha tirado el teléfono contra el piso por su molestia. Para evitar que lo hiciera nuevamente, me levanté de encima de él.
—Luego seguimos, querido— caminé a la puerta
—¿Y a ti quien te dio permiso de levantarte?
—No lo necesito, darling—le tiré un beso en el aire y un guiño, antes de salir del estudio. Esto quizás me salga caro luego, pero no importa, se lo merece por provocarme y tomarme el pelo.