En una amplia habitación se encontraba Érica mirando diferentes figuras de hielo caminar alrededor de un cristal azul con el tamaño de una pelota de playa.
Este cristal mágico era el núcleo de la torre mágica que ella estaba ocupando y le permitía a los magos conectarse al cristal y organizar y diseñar los hechizos con mayor facilidad.
Tal ventaja le daba la torre llevando a que su progreso se acelerara de manera exponencial, pero esta era una de las varias ventajas que ella tenía.
"Aunque nos dediquemos días enteros en aumentar la dureza del hielo, el cuerpo de nuestro soldado no alcanzara el rango SS."
"Lo hará. La biblioteca de la Academia Merlín tiene hechizos de hielo de defensa que podemos aplicar al cuerpo y le daremos una resistencia lo suficiente alta como para compararse al cuerpo de un rango SS y también podemos hacerlo maleable."
"El gasto de energía mágica y el tiempo de lanzamiento aumentará si añadimos más y más hechizos."
"Este es un hechizo diseñado para ser lanzado antes de la batalla, no durante el combate. No importa que nos demores una o dos horas para lanzarlo."
"Tampoco debemos ser tan imprudentes. Incluso si una de nosotras no puede lanzarlo, tenemos que hacer que el hechizo pueda ser lanzado conjuntamente por todas nosotras. De esa forma podemos acelerar el lanzamiento y mantener la potencia."
Un debate estaba sucediendo delante de sus ojos y Érica vio a las diferentes figuras de hielo que eran sus clones.
Cerca de diez clones de hielo estaban en esta habitación debatiendo y arreglando el hechizo.
Aquel que había escrito las notas usaba magia de ilusión para crear clones de sí mismo y Érica hizo lo mismo con sus clones de hielo, llevando a que ella tuviera muchas manos y principalmente mentes que la ayudaban.
Tal ventaja le permitía acelerar la corrección de errores y problemas, pero también creaba complicaciones.
"No nos podemos poner de acuerdo." Dijo un clon de hielo y mirándola a ella, pidió. "Necesitas hablar con nosotras o no llegaremos a ningún lado."
El clon no sonaba para nada respetuosa y se escuchaba irritada.
¿Así era ella cuando las cosas no iban como quería? Érica recibió las miradas de sus clones creados con sus recuerdos, emociones, personalidad y más importante que todo su conocimiento.
Ellas eran conscientes, totalmente, sin ninguna restricción y a pesar de que era sumamente peligroso, esta era la mejor forma de acelerar su trabajo.
La lluvia de ideas era genial, pero cada clon tenía una perspectiva distinta a pesar de tener las mismas experiencias y eso llevaba a conflictos. En cierta forma era complicado estar de acuerdo en todo.
¿Aquel que escribió las notas y creó clones con magia de ilusión también tuvo este mismo problema? Ella veía las ventajas, pero las desventajas eran visibles y si bien diferentes mentes trabajando juntas aceleraba todo, era difícil cuando las mentes no se ponían de acuerdo.
Y aunque le costaba admitirlo… Érica era arrogante.
"Usaremos otros hechizos de hielo para aumentar la defensa, la potencia y la dureza del cuerpo. Estamos creando un hechizo prohibido que creara un rango SS. Incluso si todavía no tenemos la conciencia que lo ocupara, tenemos que perfeccionar el cuerpo." Dijo Érica y en calma, añadió. "Ya sea mago, luchador o algún tipo de espadachín. El cuerpo tiene que ser excelente. Versátil, duro y rápido."
"Pero el tiempo de lanzamiento…" El clon que se preocupaba sobre cuanto se demoraría lanzar un hechizo de ese tipo trató de hablar, pero los otros la miraron y ella levantó las manos en señal de paz. "Bien. Sin embargo, tienes que tener en cuenta de que si un día te emboscan y no tienes el hechizo lanzado tendrás problemas."
Érica al escuchar esa idea asintió. Ella comprendía que un hechizo con una alta duración de lanzamiento y preparación no iba a poder ser útil en batalla directas.
Los hechizos prohibidos eran del tipo que normalmente se demoraban mucho y si bien había formas de acortar el lanzamiento, entre más efectos tuviera el hechizo y más se incluyera, más largo sería y ella lo aceptaba.
Incluso si se demoraba horas enteras en lanzar el hechizo una vez que fuera lanzado y el soldado de hielo creado necesitaba permanecer por su cuenta de manera indefinida y lo haría gracias que la energía mágica que lo mantendría iba a ser del núcleo que ella había conseguido.
Justo cuando estaban por volver al trabajo, la señal de visita externa vino de repente.
"¿Quién mierda es ahora? ¿No dijimos que nadie nos interrumpiera?" Cuestionó un clon de hielo sonando molesta.
Otros clones se rieron y Érica también sonrió.
Los clones de hielo curiosamente no eran exactos a ella. La razón no era que la 'replica' de su consciencia fuera diferente, sino que ellas tenían una vida útil corta y por ende no necesitaban limitarse.
¿Para qué ser respetuosa cuando morirían en unas horas? Y tal idea se extendía a cada aspecto de sus cortas vidas, lo que las llevaba a ser muy directa.
"Iré a ver. Sigan trabajando." Pidió Érica y sus clones, simplemente agitaron sus manos con indiferencia para que se fuera.
Ella les dio una mirada y al escucharlas volver a debatir sobre los siguientes pasos del hechizo, salió de la sala y al entrar al pasillo de la torre mágica, suspiró al cerrar la puerta.
Los clones eran ella y Érica se tenía confianza en sí misma, pero también no podía ser ingenua. Ya había sido traicionada por el lancero de hielo y la probabilidad de que uno de sus clones la traicionara estaba presente.
Ella había puesto varias soluciones para evitar la traición y una de ellas era la autodestrucción en caso de que buscaran dañarla y a pesar de que sus clones no sabían de tales medidas, probablemente lo suponían.
Sin embargo, los clones en sí mismo no eran lo que la hicieron suspirar, sino que otra razón.
"¿Él utilizó magia mental o alguna otra magia?" Murmuró Érica mientras caminaba a la entrada.
Ella estaba pensando en el hermano de Aurora y Alice, aquel que escribió las notas las cuales le ayudaron a continuar en su hechizo, y ese mago había creado clones que lanzaban hechizos sin gastar su propia energía mágica. Ella utilizó ese conocimiento para sus soldados de hielo, pero ahora que veía el potencial de los clones quería más.
Los clones eran útiles, pero ella creía que ese hombre había logrado ir más lejos que simplemente hablar o conectarse mentalmente con los clones.
Érica contuvo su deseo de averiguar la verdad… Ella quería ir a preguntarle a la Luz de Plata o incluso a Aurora y Alice para averiguar si ellas sabían sobre qué clase de magia manejaba ese hombre, pero ella no podía hacerlo.
La Luz de Plata había desaparecido y las hermanas daban la impresión de que no conocían a su hermano o lo ignoraban por completo.
Mientras ella suspiraba de vuelta, la puerta volvió a sonar y esta vez ella sintió un poco de irritación de que la molestaran.
Ahora mismo estaba en unas de las torres mágicas que le había dado la Directora Meredith y Érica había rechazado todas las conferencias e incluso asistir a fiestas de aristócratas o ir a ver a la Reina y lo hizo con la idea de centrarse completamente en su hechizo.
Así que estaba enojada de que la molestaran y más cuando había silenciado a la mayoría de sus contactos en el reloj holográfico.
Con una expresión seria y casi fría, ella abrió la puerta y se detuvo al ver a su padre en la entrada.
"¿Sucede algo, padre?" Preguntó Érica tragándose las malas palabras que querían salir de su boca.
Dejar la habitación de los clones significaba perderse el desarrollo de su hechizo y si bien luego podía ponerse al día con ellas o incluso usar las conciencias almacenadas para leer los recuerdos, no iba a ser lo mismo que estar presente.
Su padre, tan serio y solemne como siempre, sacó un anillo espacial y se lo entregó.
"El núcleo de rango SS. Ha sido limpiado y perfeccionado. Los especialistas han aplicado diferentes encantamientos que permiten que el núcleo recupere la energía mágica y ser reutilizado tantas veces como sea necesario." Dijo su padre y en calma, añadió. "También han hecho los arreglos que pediste."
Érica tomó rápidamente el anillo y sacó su núcleo de rango SS.
La Cocatriz que ella asesinó usando a sus clones tenía un núcleo del tamaño de una pelota de futbol, pero el tamaño era por las defensas naturales que se formaban para protegerlo y lo valioso salía a la luz una vez que era refinado y tratado por especialistas.
En este punto lo que quedó fue una esfera del tamaño de un puño de un hombre promedio y por toda la superficie tenía encantamientos y toda clase de círculos mágicos.
Este era el centro de su hechizo y como ella quería que el núcleo fuera reutilizado, pidió que los encantadores grabaran el núcleo de tal forma que pudiera recuperar la energía mágica… Básicamente, lo convirtieron en una potente batería auto recargable.
Y aunque no tenía la capacidad de recuperación de energía mágica de un mago talentoso, la Cocatriz tenía una alta capacidad de energía mágica y el núcleo lo mantenía. Diferentes núcleos tenían diferentes capacidades y ella obtuvo uno decente para su objetivo.
Quizás no el mejor para un soldado de hielo, pero suficiente para un fuerte rango SS.
"Me retiraré ahora." Dijo su padre y cuando ella levantó la cabeza para disculparse, el hombre le dio una pequeña sonrisa. "Entiendo a los magos. La Reina es similar cuando la interrumpen en su investigación. Por tal razón entendió que no quisieras asistir a la fiesta de celebración."
Érica agradeció y luego volvió a suspirar al ver que su padre se iba.
Entonces, al volver a entrar volvió a sellar toda la torre mágica y volvió a su habitación.
La Directora Meredith le había dado esta torre y ella no la había molestado y fue similar con Cécile con la cual ella tenía muchas maneras de cooperar y si lo que decía su padre era cierto, la Reina Margaret también fue permisiva.
Cada una de ellas eran magas y entendían que el trabajo era lo principal.
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En el espacio púrpura ilimitado se encontraba una torre y Clémentine entró al interior viendo a diferentes monjes que iban y venían en la sala de bienvenida y luego al ver la gigantesca llama en el medio de todo se acercó.
Ella había venido varias veces desde la reunión con sus amigos, pero esta era la primera vez que el Fénix había estado presente.
Clémentine se acercó con rapidez y emoción, pero entre más se acercaba más dudaba sobre si hacer o no su petición.
Ella recordó lo que le mencionó Alice y la idea que dio a entender… A lo que se enfrentaban sus amigas eran situaciones que superaban a un rango S.
Enemigos con mayor dificultad y por ende un mayor peligro y Aurora casi terminó muriendo al enfrentarse a tales enemigos.
A ella le encantaría ayudarlas en este momento, pero si lo que Alice dijo era cierto, entonces la situación era compleja… Y si uno pensaba en los dioses de lo que esa glotona habló, entonces mucho más grande lo que imaginaba.
Aun así, pensar en la complejidad de ese asunto no la hizo dudar, ni cuestionar, sino que la motivo para acercarse a la llama.
"¿Estás ocupada?" Preguntó Clémentine a la llama y respirando con determinación, reveló. "Me gustaría un momento para hablar."
El fuego púrpura se extendió hacia ella y al segundo después, ella se encontraba en una espaciosa sala abierta en donde en el sofá se encontraba la dueña de la torre.
El fénix estaba en la forma de una figura femenina y al frente de ella estaba la proyección de la revelación sobre los crímenes de varios héroes y el encubrimiento del gremio que últimamente estaba dando de qué hablar.
"Habla." Dijo Fenghuang en calma.
Clémentine respiró hondo otra vez y miró directamente a la mujer y se decidió.
"¿Me puedes enseñar como ascender de rango?" Preguntó luego de titubear durante un rato.
Ascender de rango… Ella podía ir a ver a su padre que era un rango SS para aprender sobre como ascender de rango, pero al final decidió venir al Fénix.
La razón era que, si iba con su padre, él le preguntaría la razón de su deseo de avance y ella no quería mencionar que lo estaba haciendo porque quería ayudar a sus amigas en una situación que podía ser muy peligrosa, así que vino aquí.
"Es repentino tu pedido, pero te enseñaré." Respondió Fenghuang y cuando ella la miró con sorpresa, la mujer simplemente se encogió de hombros. "Eres hábil y capaz y lo suficiente merecedora como para recibir mi enseñanza."
Clémentine no supo que responder, pero la mujer soltó una risa.
"Le he enseñado a muchos. La mayoría son monjes que me ayudan en mi tarea, pero muy pocos tienen potencial." Dijo la mujer y luego, revelando una sonrisa, añadió. "Y tampoco soy humana, así que no trates de entenderme con ideas preconcebidas."
Fue por las últimas palabras que Clémentine finalmente sonrió.
Su padre podía guiarla, pero no sabía cómo lo recibiría si le contaba la verdad, pero Fenghuang lo aceptó de inmediato cuando era raro que alguien enseñara a otro como ascender al rango SS.
A veces solamente el maestro y la aprendiz se le decía como y algunas veces otros aprendían por su cuenta o era público, pero para los psiónicos como ella era raro que otro le enseñara abiertamente.
Sin embargo, debió haber esperado que el Fénix la recibiera, después de todo había recibido a cientos de monjes antes y tenía un templo en donde enseñaba a otros.
Clémentine sonrió más decidida… En lo que fuera que Aurora y Alice estuvieran involucradas, ella se haría lo suficiente fuerte como para ayudarlas.
Ya no quería quedarse detrás.
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