Aurora esquivó una espada que iba a cortar su mejilla y al retirarse balanceó su espada izquierda chocando con el escudo de su oponente y al oscilar su espada derecha está también fue repelida por el escudo.
Entonces el escudo brilló y liberó una onda expansiva que la alejó y ella al tomar distancia vio a su oponente.
Estaba en medio de varias carpas y lo estaban rodeando cientos de personas, mientras que su oponente la miraba con la seriedad digna de un militar.
Karsten era su oponente y ahora mismo estaba entrenando con ella y ese anciano de barba larga estaba equipado con una armadura de metal de cuerpo completo y un escudo de torre tan característico de la Orden del Espacio de la Iglesia del Tiempo y el Espacio.
"Hay muchas personas reuniéndose. Tal vez debamos terminar con el entrenamiento." Dijo el Anciano Karsten con seriedad y mirándola, agregó. "De igual forma no podemos entrenar como es debido."
Aurora se giró a la multitud que la estaban mirando a ella y al paladín Karsten.
Ahora mismo estaban en el Puerto Said la ciudad portuaria al nordeste de Egipto, y ella estaba entrenando con el único rango S del campamento de la iglesia, aparte de ella.
Había pasado unos días desde que todo inicio y si bien ella tuvo que viajar desde Alejandría hasta el Puerto Said la situación no había mejorado.
Su madre ayudó en Alejandría, pero los no-muertos no estaban despertando únicamente en esa ciudad, sino que aparecieron alrededor de todo Egipto.
Incluso ahora mismo ella escuchaba los ruidos de batalla y mayormente los cañonazos y los disparos que venían desde el centro de la ciudad y eso que ellos estaban en el exterior.
"Sí, parece que sí." Respondió Aurora mirando a algunos periodistas que no paraban de sacar fotos y acercándose al anciano, preguntó. "¿Necesita que haga algo? Ya me he adaptado ligeramente al rango S y puedo ayudar."
Ella se convirtió en un rango S durante ese gran evento que trajo tanta muerte y destrucción y si bien fue bueno, ya que la ayudó, la realidad era que ascender llevaba a tener que adaptarse a su nuevo poder y su madre la envió en la caravana que la trajo a esta ciudad.
"No es necesario. Los militares y los paladines están en la ciudad retrasando la infestación y nuestro deber es proteger y cuidar el campamento." Dijo el anciano y clavando su espada en el suelo generando una barrera espacial para impedir que sean escuchados, reveló. "La ciudad caerá. Los no-muertos son demasiado y aparecieron repentinamente. Mucho murieron durante las primeras horas y el primer día y esas pérdidas nos ha costado la ciudad."
A diferencia de ella, que vino de Alejandría en una caravana, Karsten estuvo presente en esta ciudad portuaria y se enfrentó a las momias y zombis.
Quizás esas momias no eran tan fuertes, al menos cuando se comparaban a rangos S vivos, pero fueron muchas y su aparición repentina significo que nadie estaba preparado. Muchos murieron durante las primeras horas y si bien ella con su madre se movieron rápido, aparecieron en muchos lugares a la vez y causaron demasiada muerte.
Lo peor fueron que aquellos que murieron se volvieron a levantar convirtiéndose en enemigos que no eran fáciles de derrotar.
"Incluso si lo derrotamos estamos perdidos. Cualquiera que muere se vuelve a levantar y aunque los investigadores están trabajando para descubrir lo que sucede, no han encontrado nada. Suponen que es una maldición, pero no están seguro y tampoco saben la forma para deshacerse de ella." Dijo Karsten con seriedad.
"¿Abandonarán la nación?" Preguntó Aurora sorprendida al darse cuenta a donde apuntaba el anciano.
Todo inicio demasiado rápido y se extendió aún más rápido por las diversas ciudades hasta que todo fue un desastre. Sin embargo, los gremios egipcios, el ejército egipcio, las iglesias que vinieron del exterior y el apoyo externo significaba que podían luchar y ganar terreno.
No obstante, no tenía sentido si luchaban por unas tierras malditas.
"No lo sé. Es probable." Dijo el anciano y volviendo a tomar su espada, reveló. "Igualmente, nosotros viajaremos al este hacia Israel. Seremos uno de los cientos si no es que miles de caravanas que viajaran por tierra."
Aurora quedó en silencio.
Sentía que había algo más que esta 'calamidad' que llevaba a que el anciano estuviera serio. Entendía que su madre la dejara de lado, ya que luego de su ascenso ella necesitaba estabilizar sus habilidades, pero la situación era grave y ella podría aportar su ayuda en otra parte.
Ella aceptó el trabajo de cuidar a la gente, porque luchar en contra zombis, no era de su agrado. La sensación de cortar la carne, el olor a sangre y el acto de 'matar' le disgustaba, pero tampoco quería ser dejada de lado.
"Ayudaré y viajaré en las caravanas. No tengo demasiado que hacer y creo que mi ayuda será valiosa." Dijo Aurora con seriedad única en su voz.
Usaba su máscara que le cubría el rostro y para mostrar su seriedad tuvo que utilizar su voz que sonaba juvenil.
Aun así, ella hizo entender su punto… Quería la verdad.
"Bien. No sabemos lo que suceda en el viaje. En el mar los barcos serán protegidos por la fuerza naval europea y egipcia, pero en la tierra la situación es diferente." Dijo Karsten y enfundando su espada, reveló. "Jugadores. Ese es el peligro y la causa de todo."
Aurora quedó en silencio al darse cuenta de lo que verdaderamente sucedía.
La calamidad no-muerta era un peligro y no había duda de ello. Los no-muertos eran numerosos y si bien no eran tan hábiles al ser tantos, eran un verdadero problema, pero para ella no era suficiente para abandonar una nación.
Excepto que un grupo externo interviniera.
"¿El gremio The Eternal Guards?" Preguntó Aurora con seriedad.
Ese gremio fueron uno de los que provocaron desastre en Chipre y si las noticias que ella había oído entonces se estaban convirtiendo en un problema grave. Ellos estaban en varias naciones de estas tierras.
Desde Siria, Irak, Armenia, Georgia, Azerbaiyán, Irán y Afganistán. Incluso extendiendo su influencia en países como Pakistán y Turquía. Los jugadores fueron la razón por la cual países como Turkmenistán, Uzbekistán y Kazajistán se unieron a Rusia.
Tenían miedo a los jugadores y a los gremios y que el gremio más poderoso de jugadores tuviera influencia sobre los otros gremios daba aún más miedo, ya que Malik Zamora era el centro de todo.
¿Esto era lo que sucedía? ¿Los jugadores estaban al acecho y los influyentes no querían darles la espalda a esos individuos mientras se encargaban de esta calamidad?
"No lo pienses. Eso no es algo que personas como nosotros debamos encargarnos." Dijo el anciano y guardando su escudo, quitó la barrera y señaló. "Puedes volver. Te mantendré informada cuando necesite tu ayuda."
Junto a esas palabras, el anciano se alejó y fue rodeado por su sequito de secretarios que lo esperaban para informarle todo tipo de trabajos y situaciones de este campamento.
Ella era el segundo rango S de este campamento, pero era verdad lo que decía ese anciano… Ellos no tenían mucha participación en este asunto y eran solamente un anciano a cargo del trabajo de cuidar a la gente y una niña que no conocía el mundo.
"No necesitas pensarlo demasiado." Dijo Alice a su oído en un susurro que solamente ella escuchó.
"Lo sé. Aun así… ¿Qué les ocurrirá a ellos?" Preguntó Aurora pensando en sus nuevos compañeros.
Amber Bradley fue la jovencita que conoció durante este evento y ella perdió a sus padres, pero no fue la única.
Aurora suspiró al pensar en la gente y caminó de regreso al campamento.
"¡Buena batalla!"
Ella al retirarse escuchó que alguien del público que antes estaba viendo le gritó eso y ella se rascó la mejilla al ver que una mujer la saludaba.
"Gracias." Respondió ella antes de retirarse y a pesar de que escuchó la risa a su espalda y los comentarios que decían que ella era tímida, ella huyó un poco avergonzada.
Cuando empezó a salir usando el disfraz que tenía puesto y este conjunto queriendo ser heroína no había imaginado que llegaría el momento en el que la reconocieran y ahora mismo la estaban reconociendo y algunos lo alababan por sus acciones.
Ella estaba orgullosa, pero también avergonzada.
Al huir y alejarse entre las carpas, ella volvió a relajarse cuando escuchó en una de las carpas más grandes risas y ruido y luego vio a varios niños corriendo jugando entre ellos.
Uno de ellos chocó con ella y Aurora lo sostuvo antes de que cayera.
"Perdón, ¡Gran Heroína!" Dijo el niño inclinándose antes de huir.
Ella agradeció que llevaba una máscara, ya que por dentro estaba avergonzada de que alguien la llamara 'Gran Heroína' con ese tono tan respetuoso que el niño había utilizado.
Sabía de quien era la culpa de ese título y ella seriamente caminó entre los niños en dirección a la carpa principal y luego en el interior vio a un dúo rodeando a Amber.
"Ella es la Cardenal Najjar. El video fue grabado en la capital en donde ella ascendió al rango SS y dicen que ayudó a que muchos huyeran."
La joven que habló fue Nadia y ella estaba usando el reloj holográfico que Aurora le había dado para trasmitir el video de una mujer torciendo el espacio al enfrentarse a miles de no-muertos.
Se lo estaba mostrando y narrando a Amber que estaba mirando el video y al otro lado estaba un niño silencioso que asentía por las palabras de su hermana.
"Nadia deberías ser como tu hermano Selim." Dijo Aurora poniendo su mano en los hombros de la joven y al ver que ella se tensaba, ella reveló. "Volví a escuchar a otro de tus amigos que me llamaba 'Gran Heroína'… Supongo que has estado compartiendo tu historia."
La jovencita se sorprendió y ella se rio al verla y la tiró para que se sentara entre ellas. Aurora simplemente se dejó llevar y cayó en el sofá mientras Amber le daba un espacio al igual que Nadia.
"¡Creo que es necesario hablar de la Gran Heroína que nos salvó a todos!" Anunció Nadia con orgullo y riéndose malvadamente, se giró a Amber y susurró. "Aunque esta vez no fui yo."
Aurora se giró sorprendida hacia Amber.
A diferencia de cuando todo inicio, la mirada de Amber se mostraba más brillante y más ahora que el rubor se extendía por su pálido rostro y ella mostraba una mezcla de vergüenza y tímida por ser mirada.
"¿De verdad?" Preguntó Aurora con un tono serio y vio que detrás de Amber, Selim se estaba riendo.
La razón era fácil cuando uno veía su máscara en donde dos ojos enojados aparecieron como si fueran emoticones y Amber se avergonzó y se retorció antes de asentir.
"Si…" Murmuró Amber y como si no quisiera ser cuestionada, exclamó. "¡Pero solo dije la verdad!"
Ella hizo un ligero puchero y Aurora sonrió.
"¿Y cuál es esa verdad?" Preguntó Nadia ocultando su risa.
"¡Que la Primera Heroína fue increíble!" Exclamó Amber en respuesta y volviéndose roja, murmuró. "Que tu sonrisa me salvo."
La voz y la sinceridad detrás de esas palabras dejaron en silencio a Aurora y ella sintió como los ojos verdes de Amber brillaban sutilmente y la volvían a mirar.
"Yo…"
"Está bien." Dijo Aurora y golpeando su máscara para revelar la parte inferior de su rostro, declaró. "No necesitas decir que soy hermosa. Ya lo sé."
Ella reveló un lado arrogante, ya que vio que Amber estaba volviendo a pensar sobre su madre fallecida y ella no quería que volviera a llorar y no deseaba que ella se desanimara. No cuando parecía esforzarse para seguir.
Y eso lo estaban haciendo todos aquí.
Nadia y su hermano Selim también perdieron a sus padres y aunque Nadia mostraba confianza y sonaba orgullosa, ella ocultaba su dolor para evitar que su hermano Selim se sintiera solo y ella fue de ayuda para Amber y para todos los niños que estaban en este grupo.
Niños de doce, trece, catorce o quince años que perdieron a sus padres, sus hogares y quedaron solos… Ellos estaban aquí tratando de mantenerse en pie y continuando y eran ellos lo que le daban fuerza a ella.
Para no mostrarse débil y tampoco para abandonarlos.
"Probablemente, viajemos al este en unos días. ¿Supongo que me acompañaran?" Preguntó Aurora y viendo que Amber asentía de inmediato, sonrió. "No necesitan estar preocupados, estarán en las manos de la mejor heroína."
Los labios de Amber temblaron sutilmente y Nadia le apuntó de inmediato.
"Me parece que se está riendo. ¿No crees en nuestra señora y salvadora?" Cuestionó Nadia con un tono digno de un profeta alabando a un santo.
¿Estaba tratando de crear un culto? La sonrisa de Aurora tembló al no saber cómo responder a esa declaración tan altiva de su nueva amiga y probablemente creyente.
Lo peor era que su hermano Selim estaba asintiendo, prácticamente siguiendo a su hermana en su alocado juego.
"Lo siento. A veces pierdo el rumbo." Murmuró Amber siguiéndole el juego.
"Ya, ya dejen de bromear." Dijo Aurora altivamente y mirando a Nadia, pidió. "Ve a buscar a los demás y diles que traigan sus útiles. Hoy nos pondremos al día con el estudio."
"¿Estudiar otra vez?" Gruñó Nadia mientras se levantaba y cuando ella la miró, desvió la vista y murmuró. "Ya no me está gustando esta religión."
"A mí sí." Murmuró Selim al escuchar sobre el estudio y huyó de su hermana cuando ella lo llamo 'traidor'.
Aurora simplemente sonrió al verlos huir y luego su sonrisa creció al escuchar cómo Nadia llamaba a sus compañeros para que vinieran a estudiar.
Ella había dejado la escuela por unos días, pero su madre le pidió que se mantuviera al día con su estudio y como le parecía aburrido, ella prefirió estudiar con todos… Básicamente, obligar a que otros sufrieran a su lado en el estudio.
Lo bueno fue que su madre apoyó su idea y le enviaba videos holográficos para que ellos vieran y completaran diferentes tareas siguiendo la edad de cada uno de los niños de aquí.
"¿Te encuentras bien?" Preguntó Amber sacándola de sus pensamientos.
Aurora miró a la joven y al recibir la mirada tan seria de la joven y ver los ojos verdes brillando, controló su expresión lo mejor que pudo.
Era la parte inferior de su rostro lo que tenía que controlar, así que fue fácil, pero…
"Te ves preocupada." Murmuró Amber y acercándose a ella, movió su mano para tomar la suya.
Aurora se congeló no por el tacto, sino que por la forma que Amber la estaba leyendo. La facilidad con la que sacaba sus emociones era algo único de ella.
Nadia era avispada e inteligente, pero Amber tenía algo en ella que era difícil de evitar… Nada raro cuando los psiónicos eran únicos a su modo y Amber era una de ellas.
"Estoy bien. No es nada importante." Respondió Aurora volviendo a dar su sonrisa.
Se acostumbró a dar la sonrisa de que todo iba a estar bien y a ocultar sus preocupaciones y tenía preocupaciones.
A ella le encantaría enviar a sus nuevos amigos en barco hacia alguna iglesia de Europa o incluso a Inglaterra donde ella vivía, pero ellos no irían y no querían separarse, especialmente con Amber.
Como si fuera poco, ellos ya no tenían padres y la mayoría de los niños ya no tenían tutores ni cuidadores, lo que significaba que estaban solos.
Aurora reflexionando sobre qué hacer para ayudarlos. ¿Debería pedirle a su madre que creara un orfanato? ¿Qué le enviará a uno de los orfanatos de las iglesias? ¿Debería ella pedirle a James si conocía un orfanato para sus amigos? Aurora no quería abandonarlos y aunque era difícil, quería apoyarlos.
Ella no podía entender la dificultad que ellas estaban viviendo. No podía comprender la dificultad de perder sus hogares ni la familia, pero al menos quería ayudarlos, aunque sea a llevar ese peso o alivianarlos quitando preocupaciones.
Después de todo, ella tenía las herramientas para ayudarlos ya fuera con sus padres o ir por su hermana y James.
"Gracias por el duro trabajo." Dijo Amber y apretando su mano, se quedó en silencio y luego murmuró. "Y anímate."
Ella le dio un empujón suave y adorable, casi lindo. Era el típico 'anímate' de alguien que no sabía qué decir ni encontraba el modo de poner su deseo de que alentarla en palabras.
Aun así, a los oídos de Aurora esas palabras la energizaron.
Su mente, que antes había estado llena de todo tipo de preocupaciones, se calmó y ella se rio suavemente y abrazó a Amber, que no supo cómo reaccionar.
Aurora era una niña. Tenía 12 años y no podía comprender la magnitud de todo lo que estaba sucediendo y tampoco comprendía ni las decisiones de los adultos o los planes de los jugadores.
Ella se estaba esforzando para actuar como una hermana mayor para aquellos que la necesitaban y para ser un pilar para todos lo que la veían. Ya fuera Amber, Nadia o su hermano Selim o cualquiera de los otros niños que ella había conocido durante estos pocos días.
Y también para todos los adultos cuyas vidas dependían de ella y tal carga a veces la superaba, agobiaba y aplastaba de tal modo que no podía respirar.
Aun así…
"Si me animare." Dijo Aurora al recostarse en el sofá con Amber en sus brazos y sintiendo que ella le devolvía el abrazo, se apartó y anunció. "Y trabajaré más duro."
¿Por qué ella quiso convertirse en una heroína? Al principio quiso ser como su padre. Alguien reconocido que salvaba a las personas y que era alabado como un héroe, pero ahora, al ver Amber mirarla tímidamente asintiendo, lo supo.
La fama, el reconocimiento o incluso el agradecimiento no era su objetivo, tal vez animaba y la alentaban a continuar, pero no era la verdadera razón.
"Sí, esfuérzate." Alentó Amber esta vez con mayor energía.
La manera tímida con la cual ella la estaba animando hizo que Aurora se riera entretenida y al ver que ella se sonrojaba de vergüenza, su sonrisa creció aún más.
"Tienes una voz encantadora, ¿lo sabías?" Preguntó Aurora y viendo que la jovencita se sonrojaba aún más, mencionó. "¿Has pensado en cantar? Estoy seguro de que con tu voz alentaras a muchas personas."
Amber no supo que responder ante su comentario y Aurora se rio aún más y la levantó para que fuera a buscar los útiles para la clase de hoy.
Entonces al salir y al verla a ella huir, Aurora se quedó en silencio sintiendo el sol en su rostro.
"Ella utilizó energía psiónica." La voz de Alice sonó en sus oídos y Aurora, que estaba sonriendo golpeó su máscara mientras mantenía la sonrisa.
¿Lo estaba? Ella no sintió la energía psiónica de Amber y solamente sintió el aliento y el deseo de su amiga para ayudarla y levantarle el ánimo.
Y al final eso era lo único que importaba.
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