Cuando uno subía a lo más alto de los acantilados de este mundo no se encontraban zonas montañosas, sino que un área plana sin estructuras ni formas desiguales.
Las grietas diferían de tamaños, algunas más grandes que otras y varias de ellas dirigían a lo profundo de la tierra en donde ellos habían estado.
"La batalla continua." Dijo Cécile que estaba a su lado y al mirarla, preguntó. "¿Lista?"
La mirada de la profesora Cécile era intrigada y curiosa queriendo verla reaccionar y ella asintió y miró a lo lejos.
Podía sentir otras miradas en su espalda no solamente de sus compañeros, sino que también de los miembros de la expedición.
Ellos estaban mirando la batalla que sucedía a más de tres kilómetros.
Los acantilados en la parte superior eran planos, al menos la zona en donde no se había desarrollado la batalla, ya que esas áreas eran un desastre.
La Directora de la Academia Merlín y el enemigo al cual se había enfrentado durante días destruyeron zonas enteras y crearon un nuevo acantilado de más de cien metros de grosor, algunas veces de mayor tamaño.
A lo lejos la batalla continuaba y pese a que era tres kilómetros de distancia, ella podía ver como la montaña era destruida.
A pesar de que ella no podía ver la forma en la que Meredith se había transformado, si podía ver cañones de fuego que volaban y quemaban cientos de metros y eran esos cañones lo que derretían la piedra y producían nuevos caminos.
Luego volaban escombros y rocas enormes para todas partes y algunas veces ellos escuchaban el ruido a cientos de metros de ellos.
"Ya vienen."
Una voz igual a la de ella vino del círculo mágico en su cuello y Érica al levantar su mano, cerró sus ojos sin querer mirarse.
Estaba temblando, pero había una voz en su cabeza que le decía que tenía que sobrevivir… Iba a sobrevivir, costara lo que costara y ella con una determinación renovada abrió los ojos y se acercó a los límites del acantilado.
Ellos estaban en el nuevo acantilado creado por la batalla y si bien no era extremadamente profundo debido a las rocas y partes de los desprendimientos que cayeron hacia abajo, era lo suficiente alto para ellos y para aquel que era su objetivo.
Y a la lejanía en dirección contraria a la batalla, su enemigo apareció acompañado por sus crías.
El Dragón Oriental apareció a la distancia y a diferencia de cuando ellos fueron emboscados en donde tenía un tamaño menor, ahora mismo era masivo. Trece a catorce metros de longitud y del grosor de un camión.
Las escamas del largo cuerpo de serpiente eran de color rojo y los bigotes eran largos y se agitaban con el viento.
La bestia de rango SS, cambió su tamaño adaptándose a la libertad del exterior y ahora estaba viajando con sus crías por este acantilado siguiendo la batalla de la Directora Meredith en contra la entidad de rango SSS.
No participaba directamente, pero lo seguía y según lo que habían visto atacaba a cualquiera que se acercaba.
Esa colosal bestia era su objetivo y ella se arrodilló en el suelo y escuchando las respiraciones de los individuos a su espalda, ella miró el suelo y vio su mano, pero volvió a cerrar los ojos.
Ellos estaban ocultos gracias a los artefactos y como la bestia no tenía sentidos agudos, pudieron evitar ser atrapados, pero no vinieron aquí para no ser atrapados.
Ella se arrastró hacia los límites del acantilado y vio como el dragón oriental volaba entre los acantilados y en un momento estuvo pasando por debajo de ellos.
"¡HAAAA!"
"¡HAAA!"
Los gritos a su espalda sonaron. No eran gritos de miedo o terror, sino que de locura y deseos de alejar el miedo y ella vio a dos figuras de hielo saltar hacia el dragón y luego otras figuras la siguieron.
Diez, cuarenta, ochenta y cien 'Éricas' de hielo saltaron y lanzaron cien lanzas de hielo que atravesaron a varios dragones orientales y luego saltaron cerca de cincuenta príncipes Artorius y otros cincuenta Noah. Cada uno llevando armas de hielo y cada uno con cuerpos de hielo, pero a diferencias de las 'Éricas' que gritaban y mostraban miedo, esos clones de hielo eran más monótonos, aunque hábiles.
Luego del otro lado del acantilado aparecieron cerca de cincuenta clones de hielo de Sasha y otros cincuenta de Morgan… Todas ellas de rango S.
Cada uno de ellos lanzaron sus hechizos, algunos con mayor eficacia que otros, y luego ella vio como el dragón oriental liberaba el aliento condensado de fuego quemando a un par de clones.
"Suerte."
Ella escuchó la voz divertida de Cécile a su espalda e ignorándola, ella saltó hacia el acantilado y usando su varita de hielo lanzó una lanza que atravesó a un dragón oriental y luego ese mismo hielo explotó liberando flechas de hielo para todas partes.
Entonces vio el combate masivo que sucedía.
Decenas de clones de hielo estaban luchando con las crías y los estaba matando una por una, pero lo que más impresionaba era el enorme dragón oriental que tenía varios clones a su espalda.
Algunas Éricas querían congelar las escamas del dragón y otras Éricas trataban de utilizar las lanzas de hielo para atravesar las escamas, pero no podían.
*BOOM*
El dragón oriental se movió por el aire como un pez en el agua y empleaba la cola para golpear a algunos clones y a veces lanzaba su aliento condensado que era como un cañón y prácticamente destruía todo a su paso.
Los clones de Sasha intervenían en ese momento usando magia de luz para proteger a la mayoría de los clones y evitando las bajas e incluso a veces tratando de cegar al dragón y aun así, muchos morían… Y muchos otros volvían a bajar.
Otro grupo de clones de hielo descendieron, esta vez no eran rango S, sino que rangos A, pero algunos de esos clones eran de magos de rangos S experimentados y altamente capaces, así que combinaban hechizos.
"¡GRAAA!"
Los clones de Morgan al otro lado crearon una mano gigantesca de tierra y esa mano se movió al dragón, golpeándolo y tirándolo a un costado, llevando a que chocara.
Tal ataque enfureció al dragón que rugió con locura y liberó otro aliento derrumbando el área donde estaban los clones de Morgan, llevándose a varios clones de Sasha.
Ellos no podían matarlo, no así y no con la táctica de hormigas… Tal fue su pensamiento y cuando ella acabó con otra cría, vio a otras Éricas de hielo mirándola y apenas cruzaron miradas, asintieron, sabiendo lo que tenían que hacer.
"Voy a sobrevivir." Se dijo a sí misma y luego con el grupo de cinco volaron a la cabeza del dragón oriental.
Dos Éricas se adelantaron y aterrizaron a cada lado del ojo y usaron sus manos para congelar los parpados del dragón oriental y entonces otras dos Éricas lanzaron lanzas de hielo.
"¡GRAAAAA!"
El parpado del dragón estaba congelado y si bien la piel fue dura, una vez congelado fue fácil de atravesar por las lanzas de hielo. Al menos el ojo derecho, ya que la lanza que fue al ojo izquierdo no pudo dar en el blanco.
El dragón oriental agitó la cabeza lanzando a aquellos que estaban arriba de él al suelo y luego con su único ojo izquierdo miró en su dirección donde estaban aquellas que le hicieron daño y abrió su boca.
Fue en ese instante que ella se movió y lanzó una lanza de hielo, pero esta vez ella se sostuvo a la lanza y voló junto a la lanza en dirección de su objetivo… La boca del dragón y ella ingresó a la boca y la lanza se clavó en la lengua y mientras el dragón rugía, ella tembló de miedo por el calor.
Ella levantó sus manos para congelar el fuego que estaba saliendo de la garganta, pero su mano de hielo se derritió y ella supo que moriría. Este iba a ser su fin, pero a pesar de tener miedo a la muerte, no quiso que su muerte fuera en vano.
"Voy a sobrevivir."
Tal fue el último murmulló que ella liberó antes de lanzar un masivo hechizo de explosión usando su cuerpo de hielo.
******
*Boom*
Desde la boca del dragón vino una explosión de hielo y que congeló el interior de la boca por unos segundos antes de que el dragón rompiera el hielo y liberara otro aliento condensado que derritió lo poco del hielo.
Sin embargo, las heridas todavía permanecían y la boca del dragón era un desastre sangriento y este fue el inicio de la caída de tal poderoso enemigo.
Las demás Éricas se dieron cuenta de que era lo que tenían que hacer para ganar. A diferencia de rangos S reales que podían recuperar su energía mágica usando pociones o descansando, ellos tenían tiempo limitado y si no aprovechaban ese tiempo, morirían inútilmente.
Cécile sonrió maravillada al ver que los clones de Érica cambiaron a una táctica arriesgada y las vio ir por los ojos del dragón y por la boca.
Si el dragón oriental liberaba un aliento, mataría a varias de ellas, pero también dejaría pasar a las hormigas que no dudarían en suicidarse para ganar.
"…"
Cécile sonrió de vuelta al ver que otra explosión sucedía cuando una Érica se suicidó desde afuera para quitar un colmillo y permitir que otras se adentraran.
Suicidarse era la palabra correcta. A diferencia de los clones de personas como Morgan, Noah o los demás que parecían expertos, sin emociones y más mecánicos, Érica al usar sus clones se utilizó a ella misma sin eliminar las emociones ni los deseos. En cierto modo, creó verdaderos clones de hielo, que sentían miedo y eran esos clones que estaban dando sus cortas vidas para ganar.
"¡GRAAAA!"
El Dragón Oriental lanzó un arrebato chocando contra los acantilados y el suelo y lo hizo debido a que las Érica en la espalda lograron quitar una escama y ahora estaban congelando el cuerpo del dragón y le estaban causando demasiado daño.
El arrebato fue detenido por los clones de Morgan, que usaron magia de tierra para evitar que otros clones murieran en vano al chocar con la piedra o por los derrumbes y luego continuaron con los ataques.
Los cientos de clones de rango A se encargaron de las crías del dragón oriental, mientras que todos los rangos S se turnaban para atacar al dragón oriental.
"Como hormigas derribando a un elefante."
Cécile escuchó un murmullo a su espalda y se giró viendo más clones de hielo a la espera y luego se concentró en el grupo que estaba a su espalda y cuyas bocas estaban abiertas.
Ya fuera Sasha, Noah, Gabriel, Morgan o el Príncipe Artorius cada uno de ellos no podía quitar la mirada estupefacta de sus rostros y tampoco desviar sus ojos de lo que estaba sucediendo.
Si bien era impresionante que un grupo de rango S ganara en contra de un rango SS… Era raro que un único rango S le ganara a un rango SS.
No importa cuántos clones estuvieran de su lado, la verdadera Érica era una sola y, por ende, ella sola estaba ganando en contra de un enemigo que la superaba en fuerza.
Cécile miró a esos jóvenes que vinieron y en algunas miradas vio celos, respeto, impresión y miedo… Miedo ante el impresionante poder y capacidad que Érica estaba desplegando frente a sus ojos.
"Miren cuidadosamente están viendo el nacimiento de un rango SS." Dijo ella e ignorando la mirada del pequeño grupo, se volvió a concentrar en la batalla que continuaba.
Una vez que los clones de rango S se adaptaron a la batalla y empezaron a cooperar, fue fácil darse cuenta de lo que sucedería. Las Éricas eran igual de inteligente que la original y al ser todas las mismas personas, se entendían de manera excelente a diferencia de los demás, que simplemente eran clones con instinto de batalla y experiencia y no con la inteligencia y la consciencia que daba forma a la réplica.
Así que la batalla fue metódica. Pequeños grupos atacaban y otros grupos se defendían cambiando el punto de ataque y prácticamente encerrando al dragón oriental mientras le quitaban cada escama del cuerpo y lo herían.
Con cada clon que moría llevaba a que el dragón fuera cada vez más herido y gran parte de la cooperación vino de aquella que estaba volando en el fondo de ese campo de batalla.
Era una figura con una armadura de hielo de color azul y si bien no se podía ver el interior, Cécile sabía que se trataba de la creadora de esta escena.
¿Cómo lo logró? Érica tenía talento y era una joven mujer muy capaz, pero esto iba más allá de ser capaz.
El concepto de un ejército de hielo no era raro y se veía entre algunos magos de tierra que le gustaba crear escuadrones de golem, pero en la magia no era suficiente con tener la idea, se necesitaba más… Se necesitaba conocimiento que le permitiera al mago llevar sus ideas a la realidad.
Cécile jugueteó con su varita y pensó en como ella se convirtió en un rango SS.
¿Alguien le dio notas o el conocimiento necesario? Ella había escuchado que Érica tuvo contacto con la Luz de Plata, pero esa mujer, aunque una maga capaz, era más tradicional en su magia.
Solo una persona le vino a la mente y fue la misma persona de la cual ella aprendió su hechizo de invocación. Un mago que podía invocar calamidades y ponerla bajo su control y ese mismo mago era conocido por también usar magia de ilusión y crear ejércitos ilusorios con réplicas de soldados.
¿Érica obtuvo notas o conocimiento de esa persona?
Cécile soltó una risa que no pudo contener. Solo un mago de ese calibre podía lograr que otros magos alcanzaran nuevas alturas con un par de notas.
Fue lo mismo para ella y si ella estaba en lo correcto, entonces fue lo mismo para Érica y ahora esa joven estaba más cerca del rango SS que cualquier otro miembro de la expedición.
Incluso si no ascendía de rango oficialmente, nadie podría decirle que era débil, no cuando al frente de ellos el ejército de Érica estaba luchando contra una bestia de rango SS.
"Ggghhh…"
Y lo estaba matando.
Cécile vio como las lanzas de hielo se clavaban en el estómago, como espadachines como Artorius usaban espadas de hielo para clavarlas en los ojos e incluso como otras Éricas se adentraban en la boca y le congelaban desde el interior.
El dragón oriental estaba vomitando sangre y dientes caídos y estaba luchando con todas sus fuerzas llevando a que los clones de Morgan pasaran a la defensiva y si bien algunos clones de hielo se agotaron eran demasiados y quedaban un montón de clones para arriesgarse, incluyendo los de rangos A.
Ella aceptó sacrificar varias de sus invocaciones por los núcleos mágicos y el resultado fue mucho mayor del que había esperado. El hechizo de Érica era más que excelente y estaba al nivel de ser impresionante.
Una vez que salieran de este portal era cuestión de tiempo para que una maga tan capaz como Érica ascendiera.
"Ugg…"
La bestia dio su último hurra tratando de incendiar todo con su aliento, pero no pudo hacer demasiado cuando las lanzas se clavaron en el cuello, evitando que disparara el aliento y la sangre hirviendo salió del interior.
La bestia golpeó al suelo y los clones atacaron hasta que finalmente los movimientos pararon por completo.
Apenas la bestia murió, una onda salió del cadáver y se extendió hasta la batalla de la Directora Meredith a lo lejos y luego un pulso rojo volvió.
"¿Cómo?"
Cécile levantó la guardia al ver que el pulso rojo los ignoraba y para su sorpresa el cadáver del dragón oriental y las crías se convirtieron en un polvo rojo que desapareció en el aire como si no existieran.
"Los cadáveres en los anillos espaciales han desaparecido." Murmuró Artorius con una voz seria.
Incluso adentro de los anillos espaciales, los cadáveres desaparecieron… Cécile frunció el ceño sin entender que acababa de suceder, pero con sus sentidos pudo darse cuenta de que el pulso tuvo rastros de energía psiónica.
Más profundo y más primordial, pero, aun así, similar.
Viendo que los clones se iban a sus posiciones, ella miró a su futura colega que estaba volando a hacia ellos.
Érica fue a luchar y a guiar a los clones y tal hecho mostraba que ella no quería ser una maga que se quedara atrás. Quizás no disfrutaba luchar como los luchadores, pero ella era una maga de guerra.
"¿Qué fue eso?" Preguntó Érica al aterrizar a su lado.
A pesar de la dura batalla, ella llevaba una expresión seria y llena de energía.
"No lo sé." Respondió Cécile y mirando el campo de batalla a lo lejos, declaró. "Pero lo tendremos que averiguar."
Y si las cosas eran tan malas como se veían, entonces ella tendría que arriesgarse a invocar su rango SS y esperar que fuera algo agradable para ellos.
Aunque un poco tarde aquí está el capítulo. Espero que hayan pasado una linda fiesta de navidad. ¡Les deseo lo mejor y como siempre gracias por leer!
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