Llantos era lo único que se escuchaban en el cementerio mientras las autoridades y sus familiares enterraban los cuerpos de aquellos que lucharon en el 'Error de la Favela'.
De ese modo se llamaba a la batalla que sucedió en las favelas de la ciudad São Paulo, en donde las autoridades lideradas por Linhares atacaron iniciando una batalla que llevaron a la muerte a quince héroes y a seis civiles fallecidos y muchos heridos, algunos de mayor gravedad que otros.
El entierro que estaba sucediendo en el cementerio era para las autoridades y Nicole vio a una mujer llorando mientras abrazaba el cajón fúnebre.
El llanto era intenso y lo peor era que esa mujer no era la única.
Un hombre abrazaba a sus dos hijas que apenas tenían cinco años y en otro lado, dos ancianos lloraban entre ellos, abrazándose por la pérdida de su hijo.
Nicole observó todo desde la lejanía y apretó el puño mordiéndose los labios y a pesar de que trató de cerrar sus ojos para calmarse, no pudo.
Fue su culpa… Fue Ignacio y su grupo quienes asesinaron a diez de los quince miembros de las autoridades y fue su deseo de conquistar la ciudad lo que trajo tanta destrucción y muerte, incluyendo civiles.
Llamaban estaba batalla el 'Error de la Favela' porque Linhares guio una batalla perdida, trayendo muerte y caos, llevando la destrucción a las favelas. No obstante, Nicole sabía que no era un error de Linhares, ya que él fue advertido por la Sociedad de Asesinos en secreto, llevando a que el joven atacara.
Este fue su error… Un error que llevó a la muerte a inocentes.
"…"
Nicole apretó los puños y luego los soltó lentamente.
La heroína que empezó en la academia, queriendo ser similar a sus grandes héroes como la Primera Heroína, el Gigante de Acero o la Luz de Plata, fracasó y se convirtió en una criminal en cuyas manos tenía sangre inocente y lo hizo por su propio deseo egoísta de poder.
Incluso si se decía que era un poder con el cual podría ayudar a sus amigos y a los que ella apreciaba, era innegable que ese deseo de poder era a costa de vidas inocentes.
Si ella no estuviera, otros en su posición causarían más daño… Tal idea era una mentira, una excusa que si se la decía seria para ocultar la verdad de todo y la verdad era que tomó esta posición porque era algo que había decidido hacer a pesar de las consecuencias.
Y ahora que miraba las consecuencias de sus acciones y sentía la culpa por sus decisiones, ella no lograba cambiar de opinión.
Nicole no iba a detenerse y no era que no podía, ni tampoco que ya era tarde, simplemente no quería detenerse y eso era lo que la hizo sentirse como si fuera basura.
No era la heroína que entró en la academia para ayudar a la gente, ni siquiera llegaba a la altura de los valores que sus héroes favoritos alguna vez pregonaron, simplemente era una mujer que apenas tuvo la oportunidad de poder, se dejó llevar y ahora que tenía ese poder en sus manos no lo iba a dejar.
¿Cuántos inocentes morirían si ella continuaba? ¿Cuántos tendría que asesinar? ¿A cuántas familias lastimaría? ¿A cuántos niños dejaría huérfanos? ¿Padres sin sus hijos? ¿Esposas sin sus esposos?
La respuesta no la sabia, pero a pesar de que ella no iba a abandonar este camino, si sabía lo que iba a hacer… Reduciría la sangre de los inocentes tanto como pudiera y lo haría, porque su camino hacia un poder que la ayudara a enfrentarse peligros mayores, no iba en contra de su deseo de salvar a inocentes.
Esto ya no era un juego, una misión o una tarea, era su camino que había elegido a pesar de que iba en contra de los valores que ella había mantenido.
Sin embargo, cuando entró en la academia, era una adolescente que no tenía ni la menor idea de lo que sucedía o de como los grandes se movían, ni de lo que se enfrentaba el mundo y ahora si lo sabía.
Sabía sobre la necesidad, conocía sobre los objetivos ambiciosos de Víctor y si ese hombre tenía ese objetivo, era innegable que otros también apuntaran a lo mismo y Nicole no quería ser usada sin darse cuenta, ni quería que sus amigos y la gente que le importaba sufriera… Aunque evitar ese sufrimiento significara ignorar el sufrimiento de otros.
"Mirando el funeral de tus víctimas. No eres la primera que hace eso, Nicole."
Nicole escuchó una voz y a pesar de que ella tembló por las palabras, se giró dándose cuenta de que la Reina del Norte, Eva Santos, se acercaba mientras sonreía a su lado.
Ambos estaban a una distancia considerable y estaban bien ocultas, pero Nicole frunció al ver a la antigua gobernante del bajo mundo de estas tierras aparecía aquí.
"¿Qué quieres?" Preguntó Nicole con un tono frío.
Ni siquiera le importo que la reina del norte fuera un rango SS y sus palabras fueron punzantes y llena de molestia.
Eva Santos había permanecido bajo el mando del Emperador Víctor y si antes se mostraba ligeramente afectada por todo, en este punto sonreía de manera ligera.
Se había pintado el cabello de color blanco y ese color quedaba perfectamente con la piel bronceada y el cuerpo tonificado.
"¿Por qué te enojas conmigo?" Preguntó Eva y poniéndose a su lado, señaló. "No te preocupes, no eres la primera que va al funeral de las víctimas. ¿Es catártico, no lo crees?"
El tono de la mujer era simple y su forma de hablar sonaba juguetón llevando a que Nicole frunciera aún más el ceño.
"Si lo único que quieres es molestar es mejor que te vayas, hoy no tengo tiempo para esta mierda." Replicó Nicole sin ocultar la molestia en su voz.
Ya no le importo ser respetuosa frente a la mujer que buscaba provocarla y los labios de Eva se deslizaron en una sonrisa y soltó un bufido ligero.
"¿Qué te molesto demasiado? ¿Quieres tiempo para arreglar los pagos de los funerales? ¿Ayudar a las personas cercanas a los asesinados? ¿O tal vez querías acercarte para disculparte y pedir perdón?" Cuestionó Eva volviendo a una expresión seria.
La mujer supo parte de lo que ella hizo y Nicole simplemente chasqueó la lengua.
Ella le ordenó a María que ayudara a los funerales y que también apoyara de alguna manera a las familias de los fallecidos y las personas cercanas y sin importar la excusa que quisiera darse, el objetivo era reducir la culpa… Culpa que seguía existiendo a pesar de que había elegido este camino.
"Será difícil dormir de noche para ti. Escucharás los llantos de los niños, de las madres y esposas. Ellos vendrán en tus pesadillas exigiendo y preguntando por qué lo hiciste, sin embargo, no debes retroceder. Si das un paso al costado ahora mismo cargarás…"
"Ya lo sé." Interrumpió Nicole y recibiendo la mirada de Eva, preguntó. "¿Crees que necesito consuelo? ¿Una mano amiga que me venga a decir que lo que hago está bien? ¿Qué me apoyé en mis acciones? ¿Qué me validé?"
Al terminar de hablar, Nicole soltó un bufido lleno de desprecio hacia Eva.
No necesitaba a ninguna persona que viniera que validara sus acciones, dándole excusas para que se engañara y no la necesitaba porque ella sabía en qué clase de persona se convertía.
Hoy en este funeral se encontraban familias que ella había lastimado y en el futuro también habría varias familias que saldrían lastimadas por sus acciones y a pesar de ello, Nicole no se iba a detener.
No iba a convertirse en alguien como Víctor, que sacrificaría a todos por sus objetivos, pero tampoco se detendría al mirar las consecuencias de sus acciones y si bien trataría de evitar que estas situaciones volvieran a suceder, no pararía.
Ella era la criminal Bastet que gobernó una ciudad y que controlaba el bajo mundo de varias ciudades de Brasil y no pararía hasta que controlara todo y cuando lo hiciera, ella misma se encargaría de evitar los mayores peligros.
Evitando las peores consecuencias, los peores criminales y las peores situaciones… Como personas como Valeria, que no le importaba las consecuencias ni los inocentes y que ni siquiera hacía un intento para evitar ese dolor.
"Si te envió Víctor, dile que no soy una niña. Sé en qué clase de mierda me metí y no retrocederé." Dijo Nicole en calma.
La expresión de Eva tembló sutilmente como sí que la descubrieran fuera una sorpresa, pero para Nicole era obvio que Víctor la había enviado.
Quizás queriendo comprobar su estado y verificar sus decisiones y dependiendo de la respuesta, Víctor o Ersin reaccionarían ya fuera para ayudarla o para apoyarla.
Nicole, al ver que Eva asentía, estuvo por retirarse, pero luego le dio una mirada.
"Ven conmigo. Tengo una tarea para ti." Dijo Nicole en calma.
"Lo siento. Estoy ocupada." Respondió Eva y con indiferencia, reveló. "Tengo que ir a la peluquería."
La mujer estaba pasando su tiempo lo más cómodamente sin hacer nada y la razón no era que Víctor no la necesitara o le ordenara que cumpliera alguna misión, sino que la razón era que Eva no estaba al mando del emperador, sino que de ella y esta vez Nicole no lo iba a ignorar.
Si ella estaba dispuesta a sacrificar desconocidos por su objetivo, también debería estar dispuesta para utilizar todas las herramientas que tenía disponible y entre esas herramientas estaba Eva Santos, la arquera de rango SS.
"Es una orden, no un pedido." Replicó Nicole y a pesar de que sintió la molestia e ira de Eva, cuya expresión cambio de inmediato al escuchar 'orden', ella se alejó.
No le dio importancia al orgullo de la Reina del Norte, que ahora era nada más que una esclava bajo el control del Emperador, y siguió adelante, sabiendo que la Eva la seguía.
Todavía no terminaba con su conquista y esta vez no iba a ir a medias… Aplastaría a los que tuviera que aplastar y lo haría antes de que el daño creciera.
******
En una oficina en el Palacio Blanco, Víctor revisó las grabaciones de su aprendiz Nicole en el cementerio.
"Ella al parecer está organizando un modo para deshacerse de la Sociedad de Asesinos y conquistar la ciudad de São Paulo. Está usando a Eva, así que es probable que le vaya bien." Informó Ersin que estaba a su lado, actuando como secretaria.
Víctor golpeó con sus dedos el escritorio y luego de mirar las grabaciones, la quito.
Las decisiones que tomaba Nicole eran solamente suyas y su deber como su maestro era mostrarle tanto los caminos, como lo que este mundo ocultaba.
Enseñarle que no todo era luz, sino que también oscuridad, y si bien él no sabía si Nicole lo había entendido, la realidad era que se podía hacer más desde la oscuridad que desde el lado de la luz.
Después de todo, jugar con las reglas la limitarían e incluso actuaria bajo las órdenes de personas desconocidas, con intenciones desconocidas y, en cambio, la posición que ella actualmente tenía le brindaría herramientas que de otro modo no podría conseguir.
"Está bien déjala hacer lo que desee." Respondió Víctor y notando que Ersin le sonreía, preguntó. "¿Y qué hay de mi buen amigo en el norte?"
Cambio de tema, ya que la sonrisa de Ersin lo molestaba ligeramente, pero el tema le interesaba.
"Las elecciones en el gigante del norte continúan. El apoyo hacia el Presidente Batista es incuestionable." Respondió Ersin y en calma, señaló. "Probablemente, gane las elecciones."
El gigante del norte estaba de elecciones y las campañas políticas y tratos que se llevaban a cabo eran demasiados para ser contadas.
La primera gran elección libre era un asunto importante y Batista, que llevaba años trabajando, no perdería… No, cuando había mostrado su capacidad para gobernar una nación tan gigantesca.
A algunos no le gustaba Batista, pero ellos eran la minoría comparado a los millones que apreciaban el gobierno del Presidente.
Para Víctor era bueno, ya que no solamente mantenía un aliado secreto en el norte, sino que un miembro de su grupo de amigos con el cual podía cooperar y mantener un continente unido.
Quizás era un amigo secreto, aun así, era útil para sus objetivos de estabilidad.
"He escuchado que los no-muertos en Egipto han sido reducidos y las autoridades de la zona satélite hablan de darle una medalla a Aurora Campbell." Dijo Ersin y observándolo, agregó. "Fue ella quien detuvo las acciones de la secta de Ketzula y eliminó la maldición que padecía Egipto. Al menos, eso es lo que dicen todos."
¿Una medalla? Víctor pensó en Egipto y simplemente suspiro.
Un idiota ambicioso había desencadenado la maldición desde esas pirámides subterráneas y ahora alguien había buscado problemas… Tal era una prueba de que las corrientes secretas estaban en movimiento y los que se ocultaban en la sombra se moverían revelando sus colmillos.
Esta vez esas corrientes no eran causadas por él o su grupo de amigos y, por ende, aquellos que la provocaban podían convertirse en los peores enemigos a los cuales enfrentar.
Después de todo, no había peores individuos que aquellos que se movían en las sombras, justo como lo hizo él y su grupo de amigos.
"Esto es un polvorín a punto de explotar." Murmuró Víctor en calma.
Hasta ahora eran movimientos secretos, pero eventualmente aquellos que estaban en la sombra se moverían y lo harían a lo grande y solo necesitaban el momento correcto… Justo como él que esperaba su momento correcto.
La carrera por la necesidad estaba en marcha y ya no se podía parar.
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