En una sala de la Iglesia del Tiempo y el Espacio en la Ciudad Atlántida, Agatha observó al joven que estaba sentado, ocultando todas sus emociones.
"Luego de caer inconsciente no recuerdo nada." Dijo Edward con una voz plana y levantando su mirada, preguntó. "¿Hay otro sobreviviente?"
¿Aarón Vincent o cualquier otro miembro de la expedición sobrevivió? Tal era la esperanza en esa pregunta.
"Eres el único sobreviviente." Respondió Agatha sin tener deseos de mentir u ocultarle la verdad y observando al joven, cuya expresión no cambiaba, añadió. "Pude obtener el cuerpo de Vincent, pero no puede ser revivido y ya se ha definido la fecha del entierro."
Revivir.
Había múltiples formas de revivir a una persona.
La magia de curación con una mezcla de magia espiritual era capaz de revivir a las personas, volviendo a atar las almas a los cuerpos originales, tras activar el funcionamiento físico.
En otra medida la nigromancia era capaz de hacer algo similar y ni hablar de la magia de tiempo o en otro caso el poder de un Dios.
"¿Totalmente imposible?" Preguntó Edward con una mirada seria.
¿Era imposible para él? ¿O era imposible por completo?
Las historias de personas que buscaban distintas maneras para revivir a sus seres queridos era bastante conocidas.
Y para todos aquellos el 'Tiempo' siempre dio la impresión de que era imparable y era capaz de volver a la vida sin importar las limitaciones.
"Su cuerpo estaba vacío y el destino de su alma permanece desconocido. Si fue al Río de la Reencarnación, entonces no importa cuánto intentes o cuantos tratos hagas para recuperarla, lo que saldrá no será tu maestro." Respondió Agatha y mirando al niño directamente a los ojos, anunció. "Puedes intentar pedirle a Aión que vuelva el tiempo, pero dudo que le interese y mayor que todo… No es omnipotente."
Para revivir a una persona se necesitaba recuperar el alma.
Esa era la base para cualquier tipo de resurrección, ya sea nigromántica, espiritual o 'divina' y en caso de que esa alma hubiera entrado al Río de la Reencarnación, entonces era probable que fuera 'limpiada' de los recuerdos de su vida pasada.
El 'Tiempo' podría intervenir, no obstante, Aión no era omnipotente y había fuerzas que se oponían al 'Tiempo', tales como el 'Orden', el 'Caos' o la 'Destrucción' en sus formas más primordiales.
"Aunque puedes intentarlo. Sin embargo, sería más fácil buscar al bebe en el cual ha renacido, en vez de tratar de revivirlo." Respondió Agatha y tras pensarlo, murmuró. "¿Las personas son los recuerdos o su esencia? Tú decides."
A pesar de que había perdido alguien importante, Agatha no se contuvo en ser directa y la razón fue simple.
Los ojos de Edward a pesar de que estaban algo apagados, dejaban ver una ambición demasiado grande que mal dirigida, podía ser muy problemática.
Aquellos ambiciosos que creían que eran capaces de revivir a sus seres queridos, queriendo ir en 'contra el cielo' aceptando tratos con entidades poderosas, muy tarde se daban cuenta de que solo jugaban en la palma de la mano de esas mismas entidades.
Sin embargo, no lo estaba obligando a que se detuviera, le estaba diciendo lo que sucedía.
Si consideraba que la esencia era la 'persona' entonces en vez de revivir un alma limpiada por el río de la Reencarnación, era lo mismo buscar en quien reencarnó y aunque era probable que ni siquiera reencarnara en este mundo o este universo, la posibilidad estaba.
Edward respiró hondo y tras exhalar, levantó su cabeza, mirándola con ojos muy profundos.
"¿Quién fue detrás de mi maestro?" Preguntó Edward y con una voz fría, declaró. "Estuvo claro, que no era algo de ese mundo. No era parte de la prueba."
Aceptar que la muerte era parte de la vida, era de cierta forma, fácil.
Las almas reencarnarían y si la mitología terranovense era correcta, ya no existía ningún Primordial relacionado con la Muerte.
Eso significaba que si bien algunos dioses, eran capaces de guiar las almas de sus creyentes más fieles para que le depararan un buen destino e incluso protegerlas para que no perdieran sus recuerdos, no había ningún tipo de 'Karma' ni 'juzgado', que determinara en quien se reviviría.
Al menos en este universo no había ningún 'infierno' o 'cielo' y era más fácil pensar que los muertos, reencarnarían como nuevos individuos, que tendrían una nueva vida por delante, separada de su anterior vida.
Dejando su pasado detrás.
Sin embargo, aquellos que quedaban, mantienen sus asuntos pendientes y la venganza, era una de ellas.
"No lo sé." Respondió Agatha de forma honesta.
La 'Voluntad' de su nuera, solo se mantuvo en el cuadro, sin deseos de salir o ver a su alrededor y simplemente ayudó de forma superficial, pero eso fue todo.
En cuanto a aquella existencia que estaba cargo de llevar la prueba, se mantuvo prestando más atención al Décimo Portal Abismal en donde estuvieron sus hijas.
Por, sobre todo, la manera que se movieron fue alarmante y silencioso, haciendo imposible una investigación profunda.
"Puede que sea una secta, un culto o una organización secreta que buscaba algo de él y aprovechó para obtener lo que buscaba." Respondió Agatha y levantándose, añadió. "O solo buscaban eliminar una molestia de su camino."
Edward le contó todo luego de que ella se presentara y no ocultó nada, sabiendo que clase de posición tenía la 'Luz de Plata'.
Sabiendo que era probable que no se tratara nada de ese mundo, sino que algo de la tierra, que intervino.
Una secta o culto era capaz de lograr tales hazañas utilizando las deidades a las cuales adoraban y de cierta forma una organización secreta podría hacer lo mismo, ya que actuaban de forma pragmática cooperando con cualquiera que le diera beneficios.
"La información pública que se dirá es que el Director Vincent murió a causa de lo que se encontraba en el portal. Tratando de retener lo que había dentro, permitiendo que la Luz de Plata y el Gigante de Acero aparecieran." Informó Agatha y viendo que la expresión del joven cambiaba, añadió. "No te puedo obligar a que no cuentes la verdad, pero ya lo deberías ir sabiendo."
No se informaría de que el Director Vincent fue atacado de alguna manera extraña y todo quedaría que murió en el interior del portal, tratando de retrasar lo que iba a salir, para que ella y su esposo aparecieran.
La única persona que quedaba en el portal abismal fue su aprendiz y era a ella a quien le contó la verdadera historia, pero no necesariamente necesitaba ser de esa forma.
"¿Se trata de guardar el legado de mi maestro o solo desean guardar esto para ustedes?" Cuestionó Edward con una voz fría.
¿Buscaban ocultar las últimas acciones del Director de la Academia de Héroes, Aarón Vincent? Nadie tomaría bien si escuchaban que la razón por la cual el gigante vino a la tierra fue a causa de ese Archimago y si bien se podía decir que lo hizo en contra de su voluntad, algunas personas no le importarían.
¿Era para mantener el legado intacto? ¿O era para guardar el secreto de lo que sucedió en el interior y ocultar la información que se obtuvo para la iglesia?
"El Protector, sigue vivo. Ahora mismo está luchando en contra de mi esposo en un espacio paralelo creado por Aión." Informó Agatha con calma.
Los ojos del joven se abrieron en sorpresa.
Ya paso más de una semana del Octavo Portal Abismal y si bien el portal fue cerrado cuando ella finalmente salió con Edward, la verdad era que la batalla con el gigante continuaba.
Solo que nadie era capaz de ver la batalla y únicamente captaban el espacio distorsionado de forma superficial.
Sin embargo, ese simple hecho dejaba en evidencia que lo que liberó Vincent no fue algo tan simple como todos esperaban.
Algo normal, cuando uno pensaba que el Décimo Portal Abismal, terminaron sacando la semilla que contenía a una diosa 'caída', información que se mantuvo en secreto.
"La información de que fue atacado y la extrañeza será liberada de forma confidencial a los altos mandos de las iglesias y aquellos de importancia. Es probable que las iglesias lleven a cabo una investigación, pero dudo de que llegan a la verdad." Informó Agatha y observando al joven, añadió. "En cuanto a lo que aprendiste. Se puede ayudar con preguntas y 'guiar' a que otros encuentren la verdad, pero nunca entregas la respuesta."
El Director Vincent para el público moriría dentro del Portal Abismal tratando de defender la tierra, como hizo durante tantos años.
Sin embargo, para aquellos que pudieran obtener la información se dejaría en claro que una influencia externa y desconocida afectó la expedición, causando que el Director Vincent enloqueciera, liberando un peligro sin precedentes a la tierra.
En cuanto a la información, sobre las 'Deidades Terrenales', era otro asunto y Agatha prefería que se mantuviera oculto.
Incluso si los poderosos sabían que había una necesidad y algunos trataban de 'llenarla', no sabían el método y lo que se dejó en el Octavo Portal Abismal no solo fue un poderoso 'Protector', fue una pista al método.
"Mi maestro pensó igual que usted y trató de destruir toda la información." Murmuró Edward en respuesta, mientras se inclinaba, soltando un suspiro.
El Gigante conocido como el Ardiente buscó una manera de ir al 'mundo de los dioses' dejando atrás el 'plano mortal' y para ello trató de convertirse en el 'corazón del mundo'… Provocando la destrucción de su propio mundo al fallar.
Tales palabras eran una pista, que aquellos inteligentes podrían entenderla y si eran lo suficiente capaces, hasta replicar un método similar e intentarlo.
Creyendo que lo conseguiría, sin importarles las consecuencias de sus fallos.
"Pese a nuestras diferencias, Vincent era alguien que buscaba el bienestar de la tierra." Respondió Agatha con calma y cuando se estuvo por ir, recibió la mirada del joven.
Edward comprendió lo que eran capaces de hacer los ambiciosos para obtener lo que buscaban y eso fue porque él era uno de aquellos que tenía ambición.
Fue fácil de identificar y para Agatha estuvo bien, mientras supiera sus propios límites.
"Lo ocultaré." Respondió Edward y observándola sin ocultar la profundidad de las emociones en sus ojos, preguntó. "¿Tiene una idea de quien pudo haber sido?"
Las iglesias y hasta la nación en donde estuvo el portal o incluso el Gremio de Héroes podría tratar de investigar, para descubrir la verdad sobre la caída de una leyenda, aun así, no lograrían nada.
¿Cómo podrían conseguir algo cuando el Octavo Portal Abismal fue cerrado?
Eso no significaba que ella no supiera sobre el tema y era normal, cuando la misma existencia que le aviso del asunto, estuvo a su lado.
"Solo por descarte. El último mago espacial que podría intentar viajar a otro mundo o abrir un portal murió luego abrir los portales demoniacos. El Sabio Lucius y la Empresa Cosmos la cual puede tener la tecnología para moverse, estaban concentrados en el Décimo Portal Abismal. Por otra parte, el tutor de las pruebas, pese a que no presta atención y mantiene un equilibrio, no dejaría que interrumpan su prueba tan imprudentemente." Informó Agatha y sonriendo al ver que los relámpagos emanaban del joven, añadió. "Así que queda un grupo, de los cuales Terra nova ni sus dioses tenían conocimiento del tema."
Malik era un lunático, pero alcanzó el rango SSS y como si fuera poco, pudo abrir los portales trayendo a los demonios.
La Empresa Cosmos tenía más tecnología de la que todos pensaban y con tan solo de evidenciar el hecho de que descubrieron que los mundos, eran planetas de su universo, dejaba en claro que tal vez, podían hacer algo más.
Algo bastante normal cuando el Sabio del Dios de la Tecnología estaba en ese lugar.
En cuanto a Zabathza, puede que estuviera distraído prestando atención a otro portal que le llamó más la atención por quienes estaban participando, no obstante, no era tan simple como sus creyentes pensaban.
Y si Agatha sabía algo de ese individuo, era que resultaba ser orgulloso, lo suficiente como para impedir que ningún 'adulto' arruinara su enseñanza, aunque a la vez no intervendría en los conflictos de los 'niños'.
Mecánicos, magos y creyentes de alguna deidad fueron dejados de lado y eso significaba que quedo un grupo del cual nadie tuvo conocimiento antes del Gran Cataclismo, ni incluso en Terra nova.
"Puedo equivocarme, pero ellos tienen bastante misterios y formas curiosas al moverse." Respondió Agatha y viendo que el joven, estaba reflexionando de manera profunda, lo dejo solo y salió de la habitación.
Al cerrar la habitación, sus alrededores se difuminaron y ella llegó a un pasillo en donde se encontraban los altares a primordiales.
Los psiónicos siempre tuvieron maneras misteriosas para actuar y sus 'Planos Astrales' eran una forma de ellas, que ni siquiera Agatha comprendía en su totalidad.
Y eran tales individuos los mejores para moverse y afectar a las personas mentalmente.
"Los Dioses Terranovense, mayormente están relacionados con la magia. Sería bastante normal, no captar a aquellos que utilizan la energía psiónica." Comunicó una voz, cuando Agatha abrió una de las salas.
El cuadro estuvo a la vista y la pequeña se manifestó en una figura de fuego.
Los jugadores de Terra nova trajeron gran parte del conocimiento que obtuvieron, pero entre todos los sucesos que ocurrieron luego del Gran Cataclismo, aquello relacionado con la energía psiónico seguía siendo en parte un misterio.
Y eso era de tal forma debido a que en Terra nova no llegaba esa 'energía', al igual que en otros universos no llegaba la 'energía mágica'.
"Mi esposo ya debe haber terminado." Dijo Agatha con calma.
Tal vez Edward se encontrará enojado sabiendo que en el cuadro estaba presente alguien que podría haber ayudado y salvado a todos, pero Agatha ni siquiera intentó hacer una pregunta del tema.
"Volveré a mis asuntos. Al menos, hasta que tus hijas me busquen." Respondió la voz y con una pequeña risa, desapareció por completo.
La niña pintada en el cuadro volvió a su posición y se quedó en ese lugar, emanando cierto calor natural.
Solo era una pequeña porción de la voluntad de algo mayor, similar a todos los otros cuadros y Agatha no pudo negar que suspiró algo aliviada.
Si las cosas se empezaban a agitar y su nuera participaba, los resultados podrían ser bastante sorpresivos… No, para ser más precisa, llegado el momento en el cual se aburriera ella podía empezar a moverse por su cuenta.
Y nadie deseaba que ese momento llegara.
******
El gigante tuvo los últimos espasmos, antes de dejar de moverse y Antón trató de controlar su respiración jadeante.
Agotado, cansado y exhausto, aun así, sintiéndose eufórico y lleno de puro deseo de seguir luchando.
Su propio cuerpo de más de diez metros, cuando empezó a enfrentarse a ese gigante, alcanzó el tamaño de doce metros y su físico se perfeccionó aún más de lo que era capaz de imaginar.
¿Cuánto estuvo en batalla? Antón que observó la destrucción a sus alrededores, vio decenas de edificios en ruinas, enormes cráteres, grietas y parte del cuerpo del gigante.
"El Protector..." Murmuró Antón y mirando al gigante en el suelo, murmuró "Ha sido una gran batalla."
Su esposa cuando se retiró y lo dejo luchando, le informó un poco sobre el gigante y su capacidad regenerativa sin igual.
Capaz de regenerar más de la mitad de su cuerpo e incluso cuando órganos vitales fueron destruidos o cuando el daño llegaba a tal extremo, que la cabeza y torso era arrancada, la regeneración continuaba recuperando la forma en segundos.
Fue por eso que la batalla se demoró mucho más de lo que había esperado y el campo de batalla se extendió, causando que toda el área fuera destruida.
Era posible que la Ciudad de los Ángeles y sus alrededores acabaran destruidas por esta batalla si se hubiera llevado a cabo en la realidad.
"Vincent…" Murmuró Antón al dejarse caer en las ruinas de un edificio.
Tal vez no podía considerarlo un amigo, pero si un colega y un conocido con el cual compartía valores.
Aarón Vincent fue uno de los que fundó el gremio de héroes a su lado y también ese hombre fue quien se dedicó a la educción, siempre tratando de compartir sus valores con la siguiente generación.
Fue asesinado por razones desconocidas y antes de su muerte liberó un gigante que podría haber causado un desastre de proporciones nacionales, tal vez mundiales.
Después de todo, el oponente no solo era un luchador cuyo cuerpo tenía una resistencia sin igual, sino que era capaz de regenerarse de tal modo, que dio la sensación de que era inmortal.
Quienes podrían derribarla sería un mago como su esposa con un poder de fuego destructivo y continuó o alguien lo suficiente poderoso como para eliminarlo de un solo golpe.
Como su esposa era una rareza entre las rarezas y nadie cumplía la segunda condición, se hubiera requerido un conjunto de altos rangos para encargarse.
"Tiene sentido que 'Ella' nos haya avisado." Murmuró Antón mientras dejaba que su cuerpo se recuperara.
No hablaba demasiado con su nuera a diferencia de su esposa, pero esta vez esa existencia le dio un aviso sobre que el gigante iba a salir y hasta era probable que el viaje del gigante en el portal abismal fuera retrasado para esperarlos.
Si no hubieran llegado, era posible que el gigante se liberara y hasta que las fuerzas de contingencias se movieran, gran parte de la ciudad hubiera sido destruida.
"Que demente." Dijo Antón utilizando su cinturón para disminuir su tamaño a la de un humano normal.
Vincent fue manipulado para soltar y dirigir al gigante a la tierra y como era imposible que ese hombre tratara de causar daño a la tierra, era probable que quien lo asesinó, lo manipulara para que diera las órdenes.
Y solo se podía llamar demente, a esa clase de persona que no le importaba cuántas vidas podrían perderse.
Sin embargo, no era algo que pudiera juzgar cuando su hijo, fue esa clase de persona.
Cambiándose una ropa más acorde a su estatura, cuando Antón estuvo por rezar a Aión, el espacio se distorsionó.
La realidad empezó cambiar y la destrucción desapareció, remplazada por edificios que en su batalla anterior había destruido.
La ciudad durante el tiempo que había luchado con el gigante fue evacuada y ahora tanto los edificios como los alrededores, estaban asegurados y listos para la batalla.
Por algunas presencias de rango SS y una presencia estable de rango SSS, estuvo claro que el Presidente Batista no solo movió a todos sus altos rangos, sino que trajo al Arcángel Miguel.
Como apareció en el límite, también pudo ver los grupos de cámaras y periodistas que, si bien grababan, llevaban conjuntos de batalla en caso de que la situación se volviera problemática.
"Perdón por las cámaras, señor." Dijo un joven, dando su mano y con seriedad, añadió. "Si desea nos encargaremos desde aquí."
Antón a pesar de que estuvo un tiempo alejado, reconoció al Capitán de los Ejecutores del Orden Regis Delacroix.
Su equipo estaba preparado y armado, tal vez pensando que alguna criatura o monstruo quedaba en ese otro espacio.
Recordando que su esposa le mencionó que no dejara el cadáver, para que las autoridades a cargo y prácticamente todos los humanos, no obtuvieran ningún beneficio, Antón abrió su boca, sin embargo, antes de que pudiera decir algo, vio que la realidad desaparecía en su totalidad.
"Al parecer… No queda nada." Respondió Antón con calma.
Su esposa no deseaba que nadie obtuviera el cadáver que en realidad era un arma y si bien algunos la considerarían paranoica, Antón estuvo de acuerdo con su esposa.
La capacidad regenerativa del gigante, no era nada 'mundano'.
"Bien. Gracias por su duro esfuerzo." Respondió Regis Delacroix antes de retirarse, para dar órdenes de que todo había acabado.
Antón que se quedó solo dio una mirada a la figura de un anciano de barba y cabello blanco que apareció en la ventana de un edificio.
Su figura solitaria asintió en saludo antes de ocultarse y Antón dio un suspiro, al darse cuenta de que cada vez estaba peor.
Si fuera unos años atras, lo hubiera saludado al menos, pero ahora apenas dio un asentimiento de reconocimiento antes de retirarse.
Aun así, mantuvo un mínimo sentido de preocupación por la tierra y fue por esa razón que estuvo presente.
"Ya ni siquiera es humano. Su habilidad innata lo cambio por completo."
Girándose pudo notar que su esposa había llegado y esa joven mujer que estaba en su veintena, le dio una hermosa sonrisa.
Nadie podía deleitarse con su belleza a causa de que todos desviaban la mirada de forma natural, afectados por el hechizo de magia mental, combinado con otros hechizos, que evitaban que su apariencia fuera reconocida.
Aunque alguien se atreviera a sacarle fotos, era probable que la foto saliera borrosa.
"Ya se ha definido fecha para el funeral de Vincent. Se hará algo público, para despedir a un gran héroe, como se merece. Sin embargo, luego vendrán los problemas." Dijo Agatha con cierta seriedad.
Vincent era el Director de la Academia de Héroes y desde su creación, fue él quien mantuvo el liderazgo, sin dejar que nadie interviniera de ningún modo, pero ahora que no estaba, era probable que aquellos que, durante un tiempo, deseaban ver algo diferente, se movieran.
Y quien probablemente quisiera cambiar algo de la Academia de Héroes, sería sin duda el Gremio de Héroes, quien durante un tiempo buscó ponerla bajo su control.
"Lo entiendo. Por ahora, vamos a visitar a nuestras hijas. Luego me encargaré del tema sobre los héroes." Dijo Antón y observando a su esposa, cuya mirada ocultaba más de lo que parecía, pidió. "No nos involucremos demasiado. Quiero volver a nuestras vacaciones."
Se fueron durante bastante tiempo y lo único que lamentaba, era que no pasó tanto tiempo con sus hijas.
Aunque era probable que sus pequeñas niñas, en realidad tampoco le interesara pasar mucho tiempo a su lado y más cuando eran tan independientes.
Sin embargo, fuera de sus hijas, sintió que en este punto de su vida no había nada que lo conectara a este mundo.
Fue por eso que, si era necesario prefería volver antes de que involucrarse más en los asuntos y hacer que su esposa empezara a trabajar, volviendo a esa etapa de cansancio.
Ahora era mucho más poderosa que hace años y si bien había mejorado también sus propios hechizos, entendiendo su cuerpo al igual que él y siendo capaz de mantenerse estable, no significaba que pudiera permanecer demasiado en este mundo y más si se esforzaba.
"Oh, qué pena y yo que deseaba ir a un portal abismal cuando volvieran a aparecer." Exclamó Agatha actuando como una 'joven' problemática y riéndose al ver su mirada, lo abrazó y comentó. "Tranquilo cariño. Ya fui a uno y fue más aburrido de lo que pensaba."
¿El interior del Octavo Portal Abismal era aburrido? Antón agitó su cabeza con un suspiro.
Era posible que su esposa en este punto y luego de lo que habían visto y presenciado durante sus vacaciones, la tierra misma le resultara aburrida.
Pero estuvo bien para Antón, su esposa ya había hecho mucho por este mundo y en este momento, no necesitaba esforzarse más.
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