Volando por el aire, los relámpagos empezaron a caer por sus alrededores y Edward que estaba jadeando, tomó su varita.
"¡Cuidado!" Gritó en voz alta, girándose para converger decenas de relámpagos en uno que fue lanzado.
Estaban volando por medio de una zona montañosa y decenas de arañas gigantes de más de cinco metros de alto que trepaban por la montaña y el suelo, persiguiéndolos.
*BOOM*
Su relámpago cayó quemando las telas de araña que disparaban y explotó en una parte de la montaña, que desencadenó un derrumbe a gran escala.
Respirando de forma profunda tratando de recuperar su aliento, Edward pudo ver como su maestro se encargaba de más de quince aves gigantes que volaban por el aire.
Antes se habían encontrado con bestias locales, pero no en esta cantidad y el número daba a entender, que las migraciones se estaban dirigiendo al mismo destino que ellos y eso significaba que su camino era correcto.
Sus compañeros se estaban encargando del trabajo de algunos perros gigantes, que estaban en el suelo, quienes buscaban la manera de atraparlos a ellos.
"Buen trabajo." Dijo Simpson lanzando un hechizo de curación, que recuperaba su vitalidad.
También ayudó a que su cuerpo recuperara su energía mágica de forma más acelerada y Edward en un asentimiento, bebió una poción para acelerar la recuperación de energía mágica.
"Necesitamos movernos. ¡No podemos quedarnos aquí!" Ordenó Simpson con seriedad.
Su maestro iba a llamar la atención en el aire encargándose, de las aves que podían resultar molestas y ellos solo necesitaban volar a una altura considerable, evitando los perros y quemando las arañas.
Todos asintieron y volvieron a moverse, sin ni siquiera dudarlo.
Estaban moviéndose entre medio de dos masivas montañas, sin querer ni acercarse a las montañas temiendo que los perros o peores criaturas pudieran salir de las masivas cuevas.
Mantenían una distancia considerable del suelo y si bien era problemático para aquellos usuarios de habilidades cuerpo a cuerpo, a los magos, arqueros y francotiradores aprovecharon su ventaja.
Dejando atrás unos árboles muy altos, que ocultaban la vista, todos se quedaron impactados al ver la visión que se presentó al otro lado.
"¿No son las tierras de fuego?" Preguntó Davies con cierta seriedad.
Podían ver la tierra roja, ardiente y la lava extendiéndose por los ríos a lo lejos, similar a las tierras ardientes de la cuales estaban huyendo.
La pregunta de Davies llevaba cierta profundidad, temiendo que lo que vinieron a buscar, ya hubiera desaparecido.
"No. Esas tierras parecen tener árboles y naturaleza adaptada al fuego." Informó Román tras observar con su mira telescópica.
Hubo alivio en los miembros de la expedición e incluso para veteranos como ellos, no tener una salida iba a ser un duro golpe.
Acercándose cada vez más, todos pudieron notar los árboles de fuego, que cubrían el área que era su destino.
Todo tipo de plantas adaptadas al fuego y el calor, Edward por fin comprendió por qué este lugar iba a ser el último en pie.
La naturaleza prevalecía a las altas temperaturas.
*BOOM*
Cuando estaban por dejar las montañas, desde una cueva provino una poderosa bola de fuego que el paladín de su equipo, resistió.
Desde la misma cueva empezaron a salir insectos de escamas rojizas, cuya boca daba la impresión de ser la de algún tipo de felino con grandes colmillos.
Cuatro patas, tenía dos hoces en su parte delantera y tales insectos cuya altura sería similar a la de un humano promedio, salieron en cantidades masivas.
Desde otra cueva, empezaron a salir criaturas similares solo que emprendieron vuelo, utilizando sus alas y la expresión de toda la expedición cambio, cuando se enfrentaron a una colonia de insectos alienígenas.
El arquero empezó a lanzar sus flechas explosivas y Román dejando salir varios drones que conformaron un cañón láser, lo disparó a las cuevas buscando derrumbarlas.
Su maestro en el aire, empezó a extender cortes para todas partes y Edward que preparaba su hechizo, emprendió vuelo con todos los demás.
Amy y el paladín protegieron al grupo mientras se movían y todos esquivaron las bolas de fuego, sin deseos de caer al suelo.
Por su parte, Davies creó una barrera psiónica para repeler a los ataques y Simpson lanzó un hechizo que levantó una raíz, que empezó a moverse como un gusano vivo por el suelo.
Un hechizo de magia de naturaleza perfecto.
Los relámpagos empezaron a caer por el cielo y una nube tormentosa se produjo arriba de ellos, mientras Edward se centraba en su hechizo de 'Dominio de la Tormenta'.
Aquellos insectos que volaban, empezaron a caer quemados y cortados por el viento, permitiendo que su maestro extendiera poderosos cortes que destrozó las tierras y las montañas.
"¡Aguanten!" Pidió Edward cuando estaba por terminar su hechizo.
Su grupo estaba siendo presionado por las bolas de fuego y para encargarse de esos insectos lo mejor era soltar una lluvia de relámpagos cuando lanzara su dominio.
"¡GGHAAA!"
Su idea fue aplastada cuando vio a un gigante de unos ocho metros, rugir mientras saltaba de lo alto de la montaña.
Golpeaba la tierra, se sostenía de las rocas antes de caer, aplastaba los insectos y luego tomando un tronco de un árbol dio un salto hacia su grupo, queriendo derribarlos a todos.
¿Qué demonios era?
*BOOOM*
Edward cambió su enfoque y dejo que decenas de relámpagos golpearan al gigante en el cielo, llevando a que se desviara un poco, pero para la sorpresa de todos, no lo suficiente.
Amy levantó su escudo, estableciendo una poderosa barrera con su concepto de espadachín y el golpe llego.
Todos fueron empujados por el impacto y la onda expansiva, siendo Edward quien giró por el aire buscando estabilizarse.
Aturdido de que no estuviera tan malherido se dio cuenta de que su maestro, descendió del cielo para apoyarlos y Amy recibió la mayor parte del impacto.
Divididos y alejados entre ellos, Edward al ver que los insectos se abalanzaban a una nube de polvo, él se movió de inmediato.
Utilizando la velocidad a su favor y potenciándola con hechizos, junto a la gravedad se dejó caer al suelo mientras los relámpagos golpeaban sus alrededores.
"Estarás bien."
Captando la figura de Amy, cuyo hueso del brazo atravesó la carne y se había salido de forma grotesca, Edward también distinguió una roca atravesando la pierna de esa mujer.
Sin embargo, no mintió y mientras sacaba un pergamino de curación, dejo que sus relámpagos lo cubrieran, conformando una prisión, que los insectos trataron de atravesar, tan solo para que se quemaran y ondas eléctricas saltaran entre esas criaturas.
El pergamino logró estabilizar la conciencia de Amy y las siguientes pociones esparcidas por las heridas, ayudaron a que cuando Edward la moviera, no se desangrara.
"Yo… No…"
Edward viendo que uno de los pergaminos que tenía para emergencia, ayudaba a que la pierna se mantuviera conectada a pesar de la roca atravesada, respiró hondo.
Si hubiera sido un daño en la cabeza o en el pecho y los órganos, ayudarla hubiera sido más difícil, pero estuvo claro que esta mujer era fuerte y la armadura redujo gran parte del impacto.
"Aguanta un poco." Ordenó Edward flotando en el aire y esquivando las bolas de fuego de los insectos.
El lugar era un maldito desastre, su maestro estaba enfrentándose con el gigante y remolinos estaban extendiéndose para todas partes mientras que ese gigante, seguía a su maestro queriendo derribarlo sin importarle sus heridas.
Por la forma que se regeneraba, le hizo recordar a los murales que hablaban del 'Protector' y Edward se preguntó, si ese gigante era uno de los tantos 'fallos', antes del éxito.
Sin embargo, mantuvo sus preguntas en control y se elevó al cielo.
Los relámpagos estaban cayendo con todas sus fuerzas, en su dominio liberado y estaba no solo haciendo explotar a los insectos, sino que también derribándolos y quemándolos, causando incendio en la naturaleza.
"Alejaré al gigante de este lugar. ¡Ustedes retírense de esta zona!" La voz del Director Vincent sonó y las batallas por todas partes, se empezaron a extender.
Edward lo primero que hizo no fue ocultarse en la montaña, sino que volar por el aire.
Podía controlar sus relámpagos para que no golpearan a sus compañeros, pero en una batalla caótica como esta, si no tenía una vista clara, era probable que cometieran errores.
Al alcanzar la altura adecuada, con Amy en sus brazos sin haberla soltado, Edward al sentir la respiración de la mujer más estable, miró hacia abajo y empezó a actuar.
*BOOM*
*BOOM*
*BOOM*
Como si fuera artillería controlada, dejo caer sus relámpagos cubriendo a sus compañeros que se retiraban o que estaban en problemas y luego apoyó a su maestro, permitiéndole que ese individuo lanzara un pequeño tornado que levantó al gigante por los aires, en donde fue cortado por los vientos.
Si el tornado fuera más poderoso era probable que, lo derrotara… Ese pensamiento pasó por la mente de Edward, pero él se concentró en el apoyo aéreo en la zona y redujo el número de esa colonia de insectos.
Aquellos que se atrevían a volar en su dirección, solo llegaban a las nubes de la tormenta antes de caer, quemados o tostados a causa de los relámpagos que se generaban en el área.
Su hechizo 'Ira de Zeus' serviría en contra de un objetivo, pero su 'Dominio de la Tormenta' era un hechizo con efecto en área, que era ventajoso en contra de los números.
Tras quince minutos, en donde solo quedaron cadáveres de esos insectos, Edward respiró de forma pesada, sintiendo ciertos mareos.
"Te has sobre esforzado." La voz de Amy sonó en sus oídos y recién Edward se dio cuenta de que la seguía sosteniendo, para que no se cayera.
El pergamino que la expedición trajo fue diseñado por expertos y su capacidad para curar, era sumamente alta, permitiendo que pudieran sobrevivir mientras no murieran.
También tenían un pergamino en caso de que perdieran miembros de su cuerpo lo recuperaran con regeneración, pero tales pergaminos especializados eran raros y necesitaban ser usados con prudencia.
"Estoy bien. Todavía tengo suficiente energía como para seguir por un tiempo." Respondió Edward dejando a la mujer, que empezó a flotar.
La herida en su pierna, se había curado y ahora por la parte destrozada de la armadura, dejo ver parte de la piel pálida, recién regenerada.
Amy estaba también pálida, agotada y con una mirada adolorida, pero sin dar una queja, cambió su conjunto de batalla otra vez, levantando su escudo y espada, para protegerlo.
"No hay nadie cerca. Toma un respiro y luego continuamos." Dijo Amy y mirándolo, añadió. "Gracias."
Edward dio un asentimiento y cerrando sus ojos, se puso en una posición de meditación mientras flotaba y controló su respiración.
No estaba mintiendo de que era capaz de continuar por un tiempo más, pero era innegable que utilizar tanta energía mágica era una carga, incluso para él, cuya fuente de energía mágica era muy densa.
Su afinidad le permitió crear su dominio que a su vez redujo el gasto de energía mágica, no obstante, estaban en un mundo desconocido, cuyo peligro acababa de mostrarse.
Tras cinco minutos, Edward abrió sus ojos y le dio un asentimiento a Amy, quien empezó a guiar.
"He captado una señal de comunicación de los demás." Informó Amy, usando artefactos para ocultarse.
Descendiendo por la ladera de la montaña, se adentraron a la tierra de fuego hasta que alcanzaron una cueva, que estaba cubierta por raíces agrietadas, que emanaban un profundo calor.
Si no fuera porque era antinatural la forma que crecían, Edward hubiera pensado que el lugar era de esa forma.
Las raíces se movieron y ambos se adentraron, respirando aliviados al sentir la barrera que evitaba que el calor se filtrara.
"Han llegado a salvo…" Murmuró Simpson con un suspiro aliviado, dándole una especial mirada a Amy quien soporto el primer golpe.
"Fue gracias a Edward. Él me ayudó." Respondió Amy sin ocultar el alivio y el agradecimiento en su voz.
"Era la que estaba más cerca." Respondió Edward y mirando a los demás, que estaban algo decaídos, preguntó. "¿Bajas?"
En el interior se encontraba Davies, Román, pero faltaba el paladín y la mujer espadachín, que vino de parte de los aventureros.
Por las miradas de la luchadora y del arquero que estaban presentes, dejo en claro que la situación se complicó luego de que el gigante apareciera.
"Fue… El gigante nos dividió y luego todo se fue a la mierda." Dijo Román, escupiendo al suelo.
Estaba molesto, pero no por encontrarse en esta situación, sino que por la repentina aparición del gigante.
Era probable que apareciera a causa de los ruidos de la batalla y que atacara, demostraba que no tenía ningún sentido de razón y parecía más una criatura instintiva.
Un enemigo que debían evitar a toda costa.
"Luego le daremos un entierro digno cuando volvamos." Dijo Simpson tomando el rol de líder suplente.
Perdieron a dos personas, en una misión compleja, pero no era momento para llorar ni tampoco para perder la calma.
Como profesionales, tuvieron que mantenerse en control, lo sabían, a pesar de que a veces era difícil controlar su falta de ánimo.
"¿Crees que el Director Vincent pueda asesinar a ese gigante?" Preguntó Román con curiosidad en su expresión.
Le estaba preguntando a Edward y lo que buscaba no era una aclaración de sí su maestro ganaría, sino que si iba a asesinarlo en este momento.
"De poder, puede. Si es una criatura instintiva, una vez que mi maestro lance su mejor hechizo, no podrá hacer demasiado." Respondió Edward sin ningunas dudas.
No era una confianza falsa, estaba dando su análisis, analizando la capacidad de su maestro.
Un mago de aire de rango SS que una vez que elevara al gigante de la tierra, era capaz de destrozarlo y más si ese gigante no tenía artefactos, habilidades o formas de volar o escapar.
Su respuesta tan instantánea dio confianza, a pesar de los caídos.
Por su parte, Edward solo ocultó el hecho de que acababan de perder al paladín, que utilizaban como medio para comunicarse, dejando el comunicador dimensional que estaba fallando de modo constante.
En este punto, estaban de cierta forma, ya que era poco probable que algún dios, respondiera cuando algunos nunca creyeron en ellos.
Así que necesitaban confiar en su maestro, que era el rango SS y mantener la confianza en alto.
"Parece que Vincent se acerca." Comunicó Simpson en voz baja, captando la señal del reloj holográfico de su maestro.
Tras unos segundos, una presencia apareció del otro lado y al momento siguiente, entró al interior como una ráfaga de aire, manifestándose al frente del grupo.
"¿Dos caídos?" Preguntó Vincent al observar los presentes y al ver que asentían, añadió. "No he podido asesinar el gigante, pero lo he alejado lo suficiente. Descansaremos y luego seguiremos. Creo que he captado nuestro destino."
Su destino en estas tierras.
Lo que se les había informado a los demás miembros de la expedición, fue que el 'Protector' fue convertido en un arma, que llevo a la victoria en contra el Gigante del Fuego, no obstante ocultaron sobre los investigadores y lo que los pocos miembros de la raza buscaban.
No obstante, quien lideraba era el Director Vincent y nadie tuvo dudas de sus órdenes, incluyendo Edward.
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