Dos personas estaban sentadas en una sala, reproduciendo un video de un hombre detallando, lo que para algunos serian considerado como palabras proféticas.
Habló de la energía mágica, de los problemas que causaría en este mundo y de los cambios, advirtiendo sobre las mazmorras y la vez de las filtraciones de energía mágica en grandes cantidades.
"Hay una lista de personas que me deben favores. Son de la clase de favor, que deben obligatoriamente cumplir. En caso de necesidad pueden usarlos…"
Habló de una lista, dio nombres algunos que ambos conocieron como Víctor Pellegrini o Su Chin, pero a la vez nombró a un influyente individuo estadounidense.
"Hay más detalles en la lista. Me he encargado de guardar todo lo que sea utilizable."
La lista estaba en manos de Agatha y Antón vio cómo su esposa, observaba la lista con una calma, que la caracterizaba.
"Sé que no he sido el mejor hijo… Mis acciones pueden parecerle extremas a ustedes y lo entiendo. No pediré disculpa por lo que hago, lo que hice y lo que haré. Pero espero, que acepten mi ayuda."
Al escuchar esas palabras del joven hombre que era su hijo, Antón abrió su boca y la cerró mientras cientos de pensamientos surgían en su mente.
Era un buen hijo.
Era innegable tal hecho, ya que siempre actuó bien con ellos y trató a su manera de no causarle problemas, incluso cuando él mismo decidió meterse en asuntos pesados, buscó que ellos no sufrieran por sus acciones.
Sin embargo, no era una buena persona, era imposible que alguien como su hijo, que causó miles de millones de muertos, llevo a cabo un genocidio y asesinó a millones, fuera considerado una buena persona.
Hasta su propio hijo lo sabía, pero no cambio y tal como antes, ahora tampoco dejo ver arrepentimiento, no tenía nada de lo que arrepentirse.
"Aunque padre puede estar enojado y rechazarme, ustedes seguirán siendo mi familia y por eso lamento haberlos puesto en peligro por mis acciones."
Al escuchar ese hecho, Antón pensó en las veces que había discutido con su hijo por sus acciones y no pudo negar que estaba enojado.
Furioso... Por no haber podido ser un mejor padre para su hijo, creyendo que, si él hubiera hecho algo, podría haber cambiado las elecciones y decisiones de su hijo.
"Madre no necesitas preocuparte de mí. Tampoco necesitan buscar mi cuerpo. Aunque desconozco que sucederá cuando de vida a mi última creación, estoy seguro de que estaré bien."
Agatha dio una sonrisa al escuchar sobre que no debía preocuparse y Antón soltó un medio suspiro.
Su hijo era un mago, de aquellos que no tenía límites para cumplir sus objetivos y esa fue la causa de que asesinara a millones y provocara un gran conflicto que llevo a que miles de millones fueran afectados.
Tan solo en Terra nova y ahora que los terrícolas sabían que ese lugar al que fueron era real, se empezó a mostrar las consecuencias que estuvieron latentes desde que la máquina salió a la venta.
Los jugadores se dejaron llevar por los paneles, el menú y el 'sistema' del juego, negando y ocultando en lo profundo de su inconsciente la posibilidad de que ese mundo fuera real.
Su hijo fue la causa de que una facción de jugadores surgiera, buscando extender la guerra lo más posible, para obtener beneficios de ella.
Ese hombre al terminar de grabar, habló con una persona con la voz de una niña y luego esa niña apareció, llevando a que su hijo levantara a la pequeña.
¿Cuál era la edad de la niña?
Cabello rubio, ojos rojos, mejillas regordetas y sonrojadas, su vestido colorido destacaba y la diferencia de tamaño en ambos alarmaba.
No tenía más de doce años… Ese pensamiento surgió en la mente de Antón y solo frunció el ceño al ver que su hijo levantaba a la niña en sus brazos.
"¿Terminaste de grabar?" Preguntó ese hombre mientras miraba a la pequeña en sus brazos.
"Claro que sí. ¿Crees que delataría tus gustos 'extremos'?" Dudó la pequeña con una risa malvada y levantando sus brazos, reveló. "¡Te has enamorado de una 'loli'!"
La expresión del hombre tembló de forma extraña, de la misma forma que lo hizo la expresión de Antón.
Había muchos rumores alrededor del jugador conocido como 'Karzhal', algunos eran relacionados con su cordura y luego otros eran más retorcidos, que se extendían por todas partes.
Que tuvo una relación ilícita con su aprendiz, que estuvo con su hija adoptiva y luego uno que superaba a cualquier otro… Que salía con una niña.
Al ver que su hijo ni siquiera trataba de negar las palabras de la niña, Antón se levantó enojado de su asiento y sin importarle la imagen que cambiaba en el televisor, empezó a dirigirse a la salida.
"Queridos suegros cuando vean este video, yo ya me habré robado a su hijo."
"Cariño. Creo que todavía falta."
Escuchando una voz infantil y la voz preocupada de su esposa, al final Antón dejo ese espacio y llegando al sótano subió a la cocina, sintiéndose molesto y algo enojado.
Estaba molesto por su hijo, que podría haber hecho maravillas con su fuerza y su magia, eligió un camino de destrucción y muerte.
Comprendía la necesidad de mantener la magia oculta en la tierra, ya que era un asunto que englobaba todo el mundo y los gobiernos más poderosos sabían del asunto, aun así, era innegable que su hijo podría haber cambiado el mundo de una buena manera.
"¿Qué hice mal?" Se preguntó Antón y sintiendo que el estrés de estos días surgía con mayor fuerza, gruñó. "¿Por qué asesinó a tantas personas? ¿Tanto valía su objetivo? ¿Tanto deseaba terminar con su investigación?"
¿Cuántas personas murieron por la ambición desmedida de un solo hombre? Miles de millones y era probable que ese número aumentara, cuando las repercusiones en la tierra se empezaran a mostrar.
Los suicidios estaban presentes y era probable que aumentaran, en las semanas y meses que estaban por venir.
Meses oscuros y todo por culpa de su hijo.
"Si él se hubiera controlado… Si hubiera evitado realizar algunas acciones… Tal vez, solo tal vez…" Dijo Antón y apretando sus puños para detenerse, cuestionó. "¿Qué hicimos mal?"
¿Era la culpa de su hijo o la crianza de ellos? La verdad era que su hijo, siempre fue un niño distante, que no parecía sentir emociones y fue Agatha, quien le enseñó a ocultar esa parte de él.
¿Si hubieran hecho algo más su hijo haría lo que hizo?
"¿Tal vez qué?" Cuestionó Agatha desde su espalda y con una voz fría, dudó con desprecio. "¿No me digas que crees lo que dicen en la noticia, Antón?"
Cruzándose los brazos, mirándolo con molestia y frialdad, su voz llevaba el desprecio que Agatha sentía por aquellos que culpaban a su hijo sin asumir las consecuencias de sus acciones.
Que lo llamara por su nombre, demostró que estaba enojándose, pero…
"Sabes que ha hecho las cosas mal. ¡Es un asesino y un genocida!" Dijo Antón levantando su voz y sin controlar sus pensamientos, gritó. "¡Es un maldito lolicon que sale con una niña!"
Sabía cuál era esa terminología y también conocía que se lo relacionaba a algo peor y él no pudo controlarse.
"¡¿Por favor, piensas que 'eso' que estaba allá es una niña?!" Cuestionó Agatha también levantando su voz.
Ambos se miraron, con el estrés y el cansancio de estos días en alto y…
"Waahhh…"
El llanto de una niña rompió la atmósfera, haciéndolos dar cuenta de que su discusión había estado escalando bastante.
Llevando a que Agatha dijera algo, que en circunstancias normales podría ser muy peligroso.
Su esposa se dirigió a la cuna y tomó a su hija, mientras que Antón se frotaba su rostro antes de suspirar.
"Sabes que lo amo, es mi hijo. Siempre lo amaré." Dijo Antón y sintiéndose cansado, murmuró. "Solo que no creo que pueda entender sus decisiones."
No odiaba a su hijo.
¿Cómo podría odiarlo? Lo amaba demasiado y por eso sintió que había cometido errores, que podría haber llevado a que su hijo no hiciera lo que hizo.
"Lo sé, cariño." Respondió Agatha con Aurora en sus brazos y mirándolo con una pequeña sonrisa, añadió. "Nuestras perspectivas nunca coincidirán con las tuyas, pero recuerda que él es adulto y sus acciones, son su propia responsabilidad."
Eran 'sus perspectivas', dejando en claro que su esposa podría haber hecho lo mismo que su hijo, si algún día consideraba que era necesario.
Si su esposa o su hijo se ponían objetivos por delante, lo cumplirían sin importarle ninguna persona a excepción de su familia.
Y Antón no coincidía con ellos, ya que pensaba que su hijo para llevar a cabo sus objetivos, podría haberlo hecho de otra forma, que no causara tanto daño.
Sabía que era posible, porque su hijo era lo suficientemente capaz como para lograr sus objetivos por otros medios.
"Ven, vamos a descansar. Hoy ha sido un día largo y ambos estamos agotados." Instó Agatha, abriendo su brazo para que él se acercara.
Antón lo hizo, también sintiendo el cansancio de este largo día.
*****
Abriendo sus ojos en medio de la noche, Agatha pudo percibir cierto calor y viendo que su hija estaba descansando en su cuna, se giró a su esposo.
"Iré a tomar agua, cariño." Susurró Agatha, a su esposo que estaba medio dormido y viendo que ese hombre asentía, sin despertarse, ella se levantó.
Notando que la temperatura alrededor de su hija y su esposo estaba en un punto perfecto, ella salió de la habitación y bajo al primer piso a la cocina.
En medio de la oscuridad, las olas del mar seguían escuchándose desde afuera, golpeando la costa de la isla y lo único extraño era la luz encendida en la oficina.
Revisando su pijama, Agatha suspiró al darse cuenta de que estaba presentable y se dirigió a la oficina, abriendo la puerta con cuidado.
"Era lindo, ¿no lo crees?" Preguntó una pequeña niña sentada en el sillón de la oficina mirando un álbum de fotos y con una sonrisa, sin apartar la mirada de un bebe, murmuró. "Es muy lindo."
Llevaba un vestido de color rosa, lleno de encajes y balanceaba sus pies sin tocar el suelo mientras sonreía de forma agradable.
Cabello rubio largo, mejillas regordetas y sonrojadas, parecía una encantadora niña muy adorable, si no fuera por sus ojos rojos cuya profundidad era incuestionable.
"Oh, tiene trajecito. Es muy bonito." Murmuró la niña al ver otra foto.
Su sonrisa se mantuvo, al observar las fotos de su hijo y como cambiaba cada año, creciendo cada vez más, aunque sin cambiar sus ojos negros que dejaban ver indiferencia a tan joven edad.
La pequeña niña parecía muy emocionada y a Agatha le recordaba, cuando ella contempló las fotos de su esposo cuando era pequeño.
Sin embargo, la situación de ella con la de esa niña era incomparable y eso se dejó ver tras que una foto apareciera.
"¿Es su primera novia de pequeño?" Dudó la niña y sin esperar su asentimiento, comentó. "Se ven lindos."
La foto era de su hijo a unos diez años, sosteniendo la mano de una niña que igualaba su edad.
Era el amor infantil e inocente en su más puro ejemplo y si bien su hijo nunca fue de sentir muchas emociones, no significaba que no buscara sentirlas.
Esa fue su forma de 'experimentar' y de 'buscar' el amor, pese a que era tan joven.
A pesar de que la voz de la niña sonaba llena de simpleza e indiferencia, Agatha pudo captar como el calor se agitaba de forma sutil.
Esa niña sin importarle continuó observando las fotos hasta que alcanzó a ver a un joven adolescente, con una guapa jovencita a su lado y la madre de la jovencita.
"Oh, su primera novia de adolescente y esa mujer debe ser con quien perdió su virginidad." Murmuró la pequeña y levantando su mirada a ella, comentó. "Amiga tuya escuché."
"Antigua." Corrigió Agatha de manera indiferente.
Trató de ocultar sus emociones en lo más profundo de su mente y dejo ver una expresión lo más calmada que pudo al encontrar a una niña en su casa y mayor que todo, una que lograba hacer que el calor aumentara.
Quienes estaban en la foto, era su hijo con una sonrisa en su rostro y su primera novia, junto a la madre de la joven que a su vez era su amiga… Una antigua amiga.
Era normal que esa amistad se cortara, cuando ella se enteró de que estuvo saliendo con su hijo en secreto.
Su hijo que en ese momento aprendió a ocultarse detrás de una sonrisa y si bien no era 'guapo' al menos para los estándares exigentes, era maduro y tenía su encanto.
¿Qué estuvo pensando su hijo cuando buscó esa clase de aventura? Tal vez solo deseaba experimentar las relaciones o quizás solo quería probarse a sí mismo y ver si era capaz de manipular a dos personas a la vez.
En ese punto, su hijo era capaz de ocultar sus emociones incluso de su propia familia, pero no pudo ocultar sus acciones.
La niña siguió cambiando las fotos, algunas se mostraban con Víctor, uno de los pocos amigos con los cuales podía sonreír de verdad y que podía actuar sin ocultarse.
Hasta que llegó la foto del primer año de la universidad, la foto que fue sacada antes de que Terra nova apareciera a la venta y entrara a Terra nova.
"Me hubiera gustado conocerlo antes." Murmuró la pequeña niña y sonriendo de forma brillante, anunció. "Hubiera sido su amiga de la infancia, la primera con la cual experimentara el amor y en vez de que él fuera el único que me robara mi primer beso y primera vez, hubiera preferido que ambos la perdiéramos juntos."
Sonaba tan infantil y tan tierna, como si deseara una historia de un cuento de hadas y de amor puro, no obstante, para Agatha ocultaba una profunda oscuridad.
Ocultaba el hecho de que su hijo si o si se enamoraría de ella, como si la posibilidad que la dejara de lado, no existiera.
Tales pensamientos superficiales causaron que la niña esbozara una sonrisa, como si le pareciera divertido lo que pensaba.
"A veces cuando pienso que alguien robó lo que debería ser mío, siento deseos de vengarme." Comentó la niña, sin darle tiempo para que Agatha dudara si sus pensamientos estaban siendo leídos.
La forma que daba ese comentario, fue simple como si fuera una respuesta obvia y…
"Ellas ya están muertas." Dijo Agatha, deseando que la niña que estaba al frente no causara problemas, pero luego se detuvo.
Recordó algunas noticias de hace años, que narraban como la niña que había sostenido la mano, murió cuando la universidad se quemó.
Luego pensó en su examiga y su hija, recordando que fallecieron en un accidente de auto que estalló en llamas en la calle y fueron esos eventos, lo que la hizo mirar a la niña, que llevaba una sonrisa.
"Lo sé." Respondió la pequeña y sin ocultar la sonrisa divertida que llevaba, comentó. "Pensé en presentarme frente a ambos, pero la situación cambio y me di cuenta de que mi suegro, podría no aceptarme."
¿Aceptarla? ¿La niña que asesinó a personas inocentes, tan solo porque le robó el 'primer beso' o la 'primera vez' del hombre con el cual salía?
Tal hecho dejaba ver lo irracional que podía ser y era una minúscula parte de un historial extenso, que iba de cientos de miles de años, tal vez más.
"Me haces quedar mal, suegra." Respondió la niña y agitando su cabeza con pena, explicó. "Lo hice cuando me di cuenta de que estaba enamorada, un pequeño desliz. A pesar de que existo durante bastante tiempo, algunas emociones son nuevas para mí. Creo que puedes entenderme, ya que te paso lo mismo con tu esposo."
No había 'vivido', solo 'existido', la corrección fue muy específica, pero Agatha frunció el ceño, al darse cuenta de que la niña verdaderamente estaba leyendo sus pensamientos y a la vez observando sus recuerdos.
Después de todo, si no fuera eso, la pequeña no podría haber sabido que ella se enamoró por primera vez de su esposo.
Era igual que su hijo en cuanto a las emociones y el 'amor' fue una de las emociones que no sintió en gran parte de su vida y a diferencia de su hijo, no la buscó, solo la encontró por primera vez con Antón.
La pequeña solo estaba aclarando que ambas eran iguales en encontrar el amor por primera vez y fue por eso que Agatha, dio una expresión simple.
"¿Fue un desliz porque hubieras preferido tortúralas más?" Cuestionó Agatha con calma.
La forma que la niña se excusaba, dio la sensación de que al darse cuenta de que estaba enamorada por primera vez, se puso demasiado celosa y asesinó a las 'ex' de su hijo, pero Agatha pudo entender que ese no era el desliz.
La respuesta fue una pequeña risa, que la niña trató de ocultar detrás de su mano.
El desliz fue que las asesinara en el acto y no las torturara aún más y lo alarmante era que seguía manteniendo esa idea, incluso ahora.
"Le prometí a Karzhal que los cuidaría, pero como el regalo que les di no me pareció suficiente, decidí quedarme un tiempo." Reveló la niña cambiando de tema y sonriendo de manera entretenida, añadió. "Pensé en aparecer en mi verdadera forma adulta y esperarte con la adorable Aurora en mis brazos, pero..."
"No te acerques a mi hija." Amenazó Agatha al instantánea sin ocultar la frialdad en su voz.
Sus palabras salieron sin pensar y llevaban una sed de sangre, que solo causaron que la pequeña se riera divertida.
Lo dijo a propósito para hacer que ella se alterara.
"No es para que te alteres, es para que expreses lo que piensas y de esa forma no creas que te manipulo de alguna manera. Aunque no lo creas, estoy nerviosa, Karzhal tiene algunos conceptos de 'familia' bastante fuertes y no me gustaría llevarme mal con mi suegra." Dijo la pequeña con honestidad.
Tales palabras llevaron a que Agatha suspirara dejando salir toda su tensión.
Tal vez esa fue una de las pocas enseñanzas que se le dio a su hijo y que toda la familia compartía.
La pequeña como nueva 'integrante' de la familia, trataba de asimilarse a ese concepto y para una existencia, que literalmente hizo de las vidas de muchas personas, espectáculos, era difícil.
"Quizás deberías intentar dejar de leer la mente o revisar mis recuerdos." Murmuró Agatha, pero se acercó para darle la mano a la pequeña en saludo.
"Lo intentaré, aunque es difícil. Se ha vuelto una costumbre para mí. Me aburre estar especulando, que es lo que desean los seres vivos." Respondió la pequeña y sosteniendo su mano, se presentó. "Tengo varios títulos y algunos me llaman de distintas formas, pero puedes decirme Jezabel."
No se presentó dejando ver cuál era su 'estatus' y su 'poder', solo se presentó con un simple nombre, mostrando que deseaba ser tratada como la nuera de su hijo.
"Agatha, espero que nos llevemos bien." Respondió Agatha y mirando a esa niña que daba una sonrisa feliz, añadió. "Y puedes quedarte en la mansión de abajo todo lo que quieras mientras no causes problemas y no intentes observarnos en nuestra privacidad."
Fue sincera con lo de llevarse bien, ya que tal como Jezabel dijo, había querido presentarse de otra manera, una manera que no solo la podría hacerla enojar, sino que podía ser negativa para su futura relación, pero se resistió y si bien termino yendo por algo ligero, no fue nada comparado a lo que quiso hacer.
En cuanto a lo siguiente, lo dijo pensando en que no le importaba que se mantuviera en la torre mágica que estaba conectada al sótano y más importante que todo, no deseaba que causara problemas en el mundo exterior.
La pequeña dio un asentimiento alegre y muy obediente.
Por su parte, Agatha dejo salir un suspiro, sintiéndose alegre de que su esposo no se despertara.
Después de todo, cuando viera que la 'niña' que estaba al frente de ella, era su nuera, no resultaba descabellado suponer que Antón se enojaría por los 'gustos' de su hijo.
******
Dentro de un motel en alguna parte de Montevideo en Uruguay, un hombre guardó fajos de dinero en un maletín y luego sin importarle su apariencia se puso una gorra y unos anteojos antes de salir del lugar.
Mirando su entorno, bajo por las escaleras de donde estaba la entrada y salió a la calle sin dudarlo.
La noche estaba en el punto más álgido y el hombre chasqueó la lengua, molesto al caminar por la vereda.
Utilizando su teléfono, mientras caminaba por la calle, observó los mensajes de números falsos antes, de elegir un contacto.
"Estoy jodido. Me han estado siguiendo desde que toda esta mierda comenzó, aunque he dejado las fronteras argentinas, siento que me están pisando los talones. Ya no sé si son las mafias argentinas, los hijos de puta del gobierno o algún idiota con dinero, solo sé que me han congelado mis cuentas bancarias y han seguido sin parar."
Respirando hondo, sintiéndose molesto por toda la mierda que le estaba sucediendo, Víctor trató de calmarse.
Desde que Terra nova cerró, algunos individuos empezaron a vigilarlo y fue cuando la voz de Aión verdaderamente sonó en los oídos de todos los terrícolas, que esos bastardos se movieron.
¿Eran las autoridades del gobierno argentino? ¿O algún peso pesado de la mafia? Con Karzhal se habían metido en bastantes mierdas, algunas más turbias y sangrientas que otras, y aunque su amigo le informó lo que vendría, Víctor no se esperaba que actuaran tan rápido.
"Creo que no vienen por mí, van a por él. Desde que algunos gobiernos pusieron recompensas por su cabeza, todo se ha vuelto peor."
Karzhal le dio unas cuantas recomendaciones sobre lo que vendría y la situación en general, pero incluso cuando ambos esperaban que algunos pesos pesados se movieran en su contra en busca de venganza, no pudieron prever que lo hicieran de esta manera.
Rusia, Estados Unidos y China pusieron una recompensa por el 'Enemigo de la Humanidad' y aquellos con los cuales hicieron negocios alguna vez, apuntaron a Karzhal.
Eran solo idiotas, que pensaban que su amigo, podría ser eliminado ahora que era débil en vez de esperar a que ese jugador se volviera más fuerte cuando la energía mágica empezara aumentar.
Ya fuera que supieran o no que Karzhal usaba magia durante 'Terra nova', no importaba y más cuando ahora que se dieron cuenta de que todo era real, deseaban capturar al humano conocido como el 'Enemigo de la Humanidad', tal vez con el objetivo de obtener todos sus secretos.
"Es mejor que tengas cuidado. Si las…" Deteniéndose al hablar, Víctor al mirar que venían dos policías desde el frente, envió el mensaje sin terminarlo.
Había toque de queda en la mayoría de los países y Uruguay no era diferente, así que era normal que las calles estuvieran vacías y que los policías patrullaran el área.
"Hola, oficiales solo iba a casa." Dijo Víctor con una sonrisa casual y con calma, pidió. "Tengo que volver rápido o mi mujer se enojara. Ya saben cómo son ahora."
"Documentos." Ordenó uno de los oficiales y cuando Víctor le paso sus documentos, leyó. "Vladimir Sánchez. 28 años de edad."
"Mi madre eligió el nombre mi abuelo que vino de Rusia." Respondió Víctor con una sonrisa.
Todo era una completa mentira y cualquiera que lo conociera sabría que su mujer no estaba en este mundo.
Sin embargo, desde que su amigo borró su identidad y empezó a usar su nombre de jugador, él hizo algo parecido, solo que encontrando una segunda identidad para ocultar su verdadera persona.
Vladimir Sánchez, un nombre simple y claro, con un trasfondo muy común.
Sus rasgos y apariencia también habían cambiado gracias al anillo espacial que utilizaba y que servía como artefacto de ilusión, que lamentablemente tenía una apariencia.
Si no fuera porque estaba siendo vigilado de forma muy estrecha, ya hubiera utilizado su verdadera identidad para irse por completo.
"Es un buen nombre." Respondió el oficial mirando a su compañero.
Parecería una mirada simple y bastante tranquila para cualquier persona, sin embargo, Víctor pudo ver como ambos se tensaban y…
"Uggg…"
Golpeando con su puño izquierdo la garganta del policía, usó su otra mano con el maletín para golpearlo en la cabeza, llevando a que escupiera sangre y cayera al suelo.
"Levanta las manos… Ughh…"
El otro policía sacó su arma y le apuntó, pero Víctor soltando su maletín tomó la muñeca del policía de forma veloz y doblándola, advirtió que ese hombre soltaba el arma por el dolor.
Dándole un cabezazo, que llevo a que el policía retrocediera, Víctor dio media vuelta y le dio una patada en el cuello.
El policía cayó en el suelo en seco.
"Bastardo. ¿Crees me pasé estos diez años utilizando el sistema cuando estaba en Terra nova?" Escupió Víctor y tomando el arma del suelo, notó de reojo que el policía que había golpeado primero, acababa de usar su teléfono.
¿Para quiénes trabajaban estos bastardos?
"¿A quién le avisaste?" Cuestionó Víctor con una voz fría, apuntando el arma a la cabeza del policía que estaba en el suelo.
"Lo encontrarán. Atraparán a ese maldito genocida y una vez que lo atrapen, esos tipos lo van a matar." Respondió el policía con una risa medio enloquecida que llevaba tristeza, rencor y furia.
¿Alguien que perdió sus seres queridos en Terra nova a causa de Karzhal y ahora buscaba venganza? Tal posibilidad vino a su mente y Víctor sintió que era bastante acertada.
Golpeando la cabeza del policía con su pie, para que quedara consciente, él dio una mirada a todos lados y luego tomando su maletín empezó a correr para alejarse.
Esos policías podían despertar en media o una hora, si es que nadie lo encontraba o algún sonido fuerte lo despertaba... Eso era si tenía buena suerte, si tenía mala suerte, era probable que en unos minutos los vecinos bajaran y los despertaran.
Lo que importaba era que su identidad se filtró y ahora todos sabían que Vladimir Sánchez tenía una relación cercana con Karzhal y cualquier bastardo ambicioso, trataría de buscarlo.
Si es que no eran aquellos que lo estaban siguiendo.
Corriendo metiéndose por un callejón, Víctor cuando estuvo saliendo del lugar en dirección de una calle, escuchó un motor encenderse y luego cuando se giró pudo ver las luces, encandilándolo.
"Ugh…"
Sabiendo que no iba a poder esquivar el auto, trató de soportar el golpe, buscando reducir el impacto, sabiendo que, a baja velocidad, no iba a ser mortal.
Sin embargo, el golpe y el dolor mientras trizaba el capo y el parabrisas del auto, no fue para nada una broma y cuando cayó al suelo, sintiendo su cuerpo adolorido, pudo distinguir como unos hombres con trajes negros se bajaban del auto.
"Lo tenemos."
Esas fueron las últimas palabras que escuchó antes de que uno de esos hombres disparara una pistola eléctrica y Víctor perdiera la conciencia.
Estos fueron los primeros capítulos de la historia paralela del tercer volumen. Desde ahora comenzaremos los capítulos de la historia principal que serán diez.
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