Risas, música rítmica y todo tipo de bullicio se estaba extendiendo desde la plaza principal de la Ciudad Zerzura.
La plaza fue diseñada para ser un lugar grande y era bastante agradable a la vista.
Arboles por los alrededores, con bastantes áreas verdes para realizar un pícnic o descansar, mientras que en otras áreas había algunas fuentes que lograban atraer las miradas.
Sin embargo, ahora esa plaza estaba repleta.
Xaali no podía evitar sentirse afectada por la atmosfera festiva.
En algunas partes se estaban vendiendo algunos instrumentos musicales tradicionales de toda áfrica.
En este punto era difícil decir si tales instrumentos eran del norte, el sur, el este u oeste africano, pero era para Xaali algo que recordaba de su infancia.
Luego estaba algunos que estaban vendiendo vestimenta que ella recordaba que su madre llevaba.
A diferencia de la ropa que normalmente se veía en este lugar, tales ropajes eran muy coloridos y las formas geométricas grabadas lograban que la combinación de color resaltara.
Ver que ponerse o que no, antes de llegar a Zerzura no tenía demasiada importancia… Esa era la verdad innegable.
Solo importaba su utilidad y eficacia para mantenerla resguardada del frío y estaba claro que ella no era la única en esa posición.
¿Quién en su sano juicio se preguntaría sobre su vestimenta cuando tenía que preocuparse por comer? ¿O peor, tenía que preocuparse por seguir viviendo?
Para Xaali la ropa que mejor cubriera su cuerpo para que ningún psicópata notara su figura era la mejor.
"Hermana, ¡vamos a comprar algo para ti!" Dijo Sade con una sonrisa animada al acercarse.
En sus manos tenía dos brochetas asadas y le estaba pasando una.
"No es necesario. Es mejor que te compres algo para ti." Respondió Xaali tomando la brocheta con cuidado.
Debido al número de refugiados, la Empresa Apicius y la Iglesia del Tiempo y el Espacio era capaz de ayudar a las personas a nivel económico.
Mantener las necesidades no era un problema y si bien tenía programas sociales para dar cierto apoyo económico básico, siempre empujaba el trabajo.
Su hermano era uno de estos últimos casos.
"Vamos. Me permitieron trabajar como secretario para las autoridades y tengo mi primer sueldo." Dijo Sade y con una sonrisa, declaró. "Quiero comprarte algo."
Arreglando su horario académico en la escuela holográfica se le permitió trabajar a medio tiempo como secretario.
El pago era más alto de lo que se ganaba desollando criaturas en antiguos trabajos y la mayor razón era que no había jefes corruptos, que le pagaran una miseria.
Secretario de una autoridad del gobierno… Tal trabajo hizo que Xaali no pudiera evitar sonreír al verlo ahora.
"Entiendo, te dejaré hacerlo." Murmuró en respuesta.
El primer sueldo se adelantaba y de esa forma ayudaba a los recién llegados, permitiendo mantenerse a sí mismo.
Su hermano asintió con una sonrisa y la invitó a ver los puestos.
Xaali mientras miraba a su hermano que estaba animado preguntándole que era lo que deseaba, respondió, ocultando cierto deseo propio de querer avanzar como él.
Ella también buscó un puesto de trabajo a través de las autoridades, pero debido a su estado le rechazaron.
Ahora lo único que tenía que hacer era ir a la iglesia para rezar junto a los demás sacerdotes y de vez en cuando ayudar a la iglesia y solo con eso, entraba en el programa de apoyo económico.
Sin embargo, no era un trabajo oficial y sintió que la estaba ayudando demasiado, logrando que su deseo de devolución fuera cada vez más alto.
"Tienes que elegir algo. No quiero comprarte algo que no te gusta." Dijo Sade con un tono algo gruñón.
Por su mirada, Xaali entendió que trataba de devolverle parte de lo que ella había dado para mantenerlo a salvo.
Entendía ese sentimiento de deseo de devolución y por tal razón, aceptó.
"¿Qué tal un vestido de aquellos?" Preguntó Xaali mirando a los vestidos coloridos que le recordaban a un pasado demasiado lejano.
Su hermano sonrió de forma agradable y le hizo una señal para que fueran al lugar, tras acabar toda la brocheta.
El puesto de venta de ropa era uno de los tantos que estaban aquí y era un pequeño edificio temporal en donde adelante estaba ropa y al final se encontraba los probadores.
A pesar de que recién era temprano en esta festividad, el lugar estaba bastante lleno y los vestidos atraían la atención principalmente de señoras mayores, pero las jóvenes no se quedaban atrás.
Quedando algo aturdida por los numerosos vestidos y diferentes ropas que llamaban la atención, ella sin que se diera cuenta estuvo probándose un vestido tras otro.
Utilizar el artefacto de limpieza del lugar hizo que probar ropa nueva se sintiera como si lo hiciera tras tomarse un agradable baño.
La tienda era artesanal y Xaali lo sabía, ya que las vendedoras junto a otras personas se reunieron para preparar los vestidos.
Xaali solo pudo sonreír al sentir el cuidado que le pusieron y sobre todo la experiencia.
Estaba claro que aquellas que lo confeccionaron sobrevivieron en otras partes haciendo ropa.
Cuando salió al pasillo en donde estaban los probadores, su mirada se congeló al ver a una joven de cabello negro dando una sonrisa al mirarse al espejo.
"Son agradables…" Murmuró la jovencita con una mirada tímida.
Cabello negro y ojos del mismo color, lo que resaltaba era su sonrisa juvenil y algo tímida.
Que eligiera un vestido con formas geométricas de corazones con diferentes colores, causó cierta sensación de lo que verdaderamente era.
Una adolescente probando cosas nuevas.
"Te queda muy bien." Dijo Xaali honestamente consiguiendo que ella sonriera.
Era una sonrisa agradable, que extrañamente era fácil de relacionar con esa jovencita que la salvó de esa aterradora Archimago.
"Entonces me lo llevaré." Respondió mirando a la señora que la estaba atendiendo personalmente y murmuró. "Aunque no puesto, ya que se burlaran de mí."
Con esas palabras ella entró al probador y tras un momento, salió con una ropa informal que resultaba ser bastante casual.
Era posible que usara 'cambio rápido' para ponerse su nueva ropa, que claramente no era simple.
Despidiéndose, la joven pagó a la señora y tras guardarse el vestido en su anillo espacial salió a la parte de adelante.
Como los probadores estaban divididos de la tienda de adelante, Xaali al seguirla pudo ver que había un pequeño silencio y demasiadas miradas en la entrada de los probadores.
Gran parte de los compradores se quedaron mirando y susurrando entre ellos, pero la jovencita solo continuo como si nada sucediera.
Como si fuera otra compradora más y tal acción logró que otros también empezaran a verla de tal forma y la sensación de incomodidad disminuyó.
La 'incomodidad' venía de lo que ella representaba y lo que ella era para muchas personas, pero por su presencia estaba claro que ella buscaba pasar desapercibida.
Saludo a quienes la saludaron o asintió a otros, pero solo salió de la tienda para reunirse con una jovencita que estaba comiendo una bolsa de papitas al lado de lo que sin duda sería un gorila.
"¿No fuiste a comprar ropa? ¿Por qué vienés vestido con lo mismo?" Preguntó el gorila con una voz grave que dejaba ver curiosidad.
Los niños se sorprendieron, pero aquellos más adultos se dieron cuenta de que era una bestia mágica.
"Cuando compras no necesariamente tienes que llevarlo puesto." Respondió la joven con calma.
El joven gorila dio una exclamación baja y asintió como si lo entendiera.
"Pero deberías. Estuviste mirando esos vestidos durante mucho tiempo." Intervino la otra jovencita y con una sonrisa juguetona, señaló. "Estoy segura, que te verías muy bien."
Tales palabras dichas con un tono algo bromista y sincero logró que esa joven tosiera algo avergonzada y le diera una mirada fría.
Entonces los tres volvieron a moverse otra vez, llamando la atención de muchos.
"¿Ellas son las 'Protectoras de Zerzura'?" Murmuró Sade y con una mirada impresionada, declaró. "Ellas son… Wow."
No tuvo palabras para describirlas.
¿Había visto lo bonitas que eran? No, por la mirada de su hermano, Xaali entendió que él había sentido la presencia que emanan.
La forma que se movieron a pesar de las miradas, sin mostrar rastros de incomodidad al público y a la vez sin ignorarlos.
Esa actitud era impresionante a su manera y concordaba con las dos que parecían querer pasar desapercibido.
Sin embargo, Xaali vio algo más.
Si ellos estaban en una isla, ellas estaban en el mar evitando que los monstruos se acercaran y tal hecho cuando se juntaba con su edad, dio una sensación solitaria.
Para aquellos que la habían visto trabajando con su mirada seria y profesional, ahora ese sentimiento de soledad aumentó.
"Si ellas lo son…" Murmuró Xaali ocultando sus pensamientos.
Ella no fue la única que percibió esa sensación y la discordancia, pero lo que lograron ver más allá fueron los adultos, quienes se mantuvieron en silencio.
Algunos de ellos tenían expresiones lamentables, mientras otros parecieron impotentes.
Una niña los estaba protegiendo a costa de su adolescencia… Tal hecho era inevitable que causara emociones mixtas y difíciles.
"¿Te quedarás con ese vestido?" Pregunto Sade al ver que llevaba puesta el vestido.
Xaali dio una sonrisa y asintió, logrando que su hermano fuera rápidamente a pagar con una gran sonrisa en su rostro.
Se había quedado con el vestido puesto y la había seguido sin darse cuenta.
Una parte de ella quiso agradecerle otra vez, pero no pudo.
Alice que era aquella que le gustaba comer no parecía alguien simple de acercarse y era posible, que no le importara su agradecimiento.
No obstante, Aurora que era aquella que más era vista y con más historias, resultaba fácil de acercarse, pero eso era todo.
¿Qué ganaría agradeciendo otra vez? Dejarle saber su agradecimiento era agradable, pero ambas no parecían necesitar nada de eso.
Xaali no pudo ocultar su deseo de querer ayudar… De esa forma, era la única manera de devolver lo que la otra parte hizo por ella y su hermano.
Ese deseo era cada vez más intenso y si bien resultaba difícil acercarse a esa joven, como para decir que podía ser su amiga, era necesario al menos estar a su espalda.
Apoyando en silencio en todo lo que hiciera.
Guardando tales emociones, Xaali siguió a su hermano para explorar toda la plaza.
En una zona pintaban a todos aquellos que se ofrecían, en otra sección estaba a la venta todo tipo de baratijas y elementos artesanales.
Entre más pasaba el tiempo y más tarde se volvía todo, la fiesta solo empezaba animarse.
Especialmente en los puestos de comida que empezaban a preparar las diferentes comidas para comenzar su venta, logrando que cuando uno entraba al área sintiera diferentes aromas agradables.
"¿Te encuentras bien?" Preguntó Sade de repente cuando Xaali frunció el ceño.
Había sentido como si su cerebro estaba siendo pinchado por agujas de diferente tamaño y el dolor empezó a extenderse por su cuerpo.
Era bastante doloroso, pero comparado al dolor que sufrió al ser un sujeto de experimento, esto no era nada.
"Si…" Murmuró Xaali y al ver que su hermano seguía preocupado, señaló. "¿Qué tal si vamos al puesto de la iglesia? Rezaré un poco y recibiré la bendición del sacerdote a cargo."
Ella ayudó un poco en el puesto de la iglesia y sabía que era lo que hacían.
Su hermano en vez de aceptarlo como una invitación para ver algo nuevo, lo hizo como si la estuviera llevando al hospital.
Xaali aguantó el dolor y solo dio una sonrisa como si nada sucediera.
No deseaba preocupar a su hermano y arruinar su humor en este día.
Caminando por la plaza avanzaron hasta los puestos mixtos en donde se encontraba un puesto de la iglesia.
En ese lugar estaba una escultura que era joven, adulto y anciano a la vez… La iglesia siempre tenía una de estas estatuas y esta vez la sacaron a fuera.
La iglesia no utilizaba símbolos, pero si alguien se preguntaba cuál era el símbolo más cercano del Dios del Tiempo y el Espacio, entonces se señalaría esa estatua.
También era posible que tuviera una capacidad diferente, ya que era demasiado extraño como la escultura cambiaba de edad, sin dejarse ver rastros, pero tal cosa estaba fuera de su comprensión.
Los sacerdotes que estaban atendiendo el puesto estaban 'bendiciendo' aquellos que se acercaban y regalando algunos libros que hablaba de la historia de su señor.
De paso extendían su 'fe' para aquellos que deseaban rezarle a su señor.
No era como si tuvieran un 'libro sagrado' que marcaba todo lo que era bueno o malo o guiara a sus creyentes y la razón era que la iglesia estaba 'desorganizada' en ese sentido.
Por tal razón en vez de dar enseñanzas que su dios podía o no tener, decidieron esparcir su historia mitológica.
"¿Vienes a descansar un poco?" Preguntó el sacerdote al reconocerla.
"Sí. Tuve un pequeño bajón." Murmuró Xaali como si no fuera demasiado problema.
La mirada de su hermano era extremadamente preocupada y ella no deseaba causarle más preocupación, por tal razón dio una pequeña mentira, a pesar de que el dolor era mucho más alto del normal.
El sacerdote asintió y tras un rezo, una cálida sensación se extendió por los alrededores.
Daba la sensación de ser un poco más joven que antes y tal sensación era algo que afectaba el cuerpo de una manera única.
Recuperándose lentamente, la energía del pasado volvía a su cuerpo para revitalizarla y con ello, trayendo calma a su alma dañada.
Xaali le hizo una señal a su hermano para que fuera ver algo que deseara y sentándose en un banco que estaba al frente de la estatua, empezó a rezar.
¿Qué se hacía cuando se rezaba?
El Dios del Tiempo y el Espacio no tenía algunas oraciones ceremoniales para decir y resultaba complicado formular sus palabras.
Xaali no deseaba hacer pedidos para milagros o cambios en su 'fortuna', ella sabía que ahora estaba mejor de lo que estuvo durante años.
Pedir más seria ser avaricioso y ella no deseaba llegar a ese punto.
No obstante, hubo algo que deseaba salir, una y otra vez siendo difícil de contenerlo.
"Deseo que me des fuerza para poder ayudar a aquellos que me ayudaron." Murmuró Xaali en un tono demasiado bajo.
Ayudar a las Protectoras de Zerzura en sus arriesgadas tareas, ayudar a la Cardenal Najjar en lo que pudiera y apoyar a la iglesia, protegiendo la ciudad.
No deseaba tener una capacidad abrumadora o un gran protagonismo, se conformaba con estar atrás de ellas en silencio, apoyando en lo que pudiera hacer y dándolo todo.
En ese suave pensamiento de ayudar, Xaali logró que su alma se estabilizara y luego sintió vergüenza al darse cuenta de que sus emociones se descontrolaron.
Entendía que podía ayudarlas a ellas y a la ciudad apoyándolas desde el fondo, pero, aunque no quería ser avariciosa, pedía ir más lejos.
Mirando para los alrededores, ella notó que nadie la había escuchado y dio un suave suspiro al darse cuenta de que la atención estaba en otra parte.
Sintiéndose mejor se levantó de su asiento y se acercó a su hermano que estaba mirando a un grupo de personas que se había reunido.
"¿El líder del Gremio Los Toros Rojos?" Dudó Xaali al ver que una multitud estaba reuniéndose alrededor de ese hombre.
A diferencia de las Protectoras de Zerzura, Arnold Fawkes a pesar de tener una mirada penetrante y dar la impresión de alguien muy superior a ellos, se veía más accesible.
Ahora estaba firmando autógrafos con una expresión simple.
"Hace unos días limpió una mazmorra temporal de rango S." Murmuró Jade y con un tono bajo, señaló. "A pesar de que los Orisha Oko tienen una mayor reputación entre las personas, los Toros Rojos también son muy conocidos y su líder al ser un rango S es admirado."
Estaba tratando de explicar la situación, pero por su mirada estaba claro que él también lo admiraba.
La forma que trataba de parecer que él no lo admiraba y solo reconocía las hazañas, era graciosa para Xaali.
"¿Quieres ir a pedir un autógrafo? Hasta podemos esperar para sacarte una foto." Dijo Xaali mirando el reloj holográfico de su hermano.
Como secretario necesitaba tener un medio de comunicación y por tal razón se le dio un reloj holográfico, algo que pocos tenían en este punto.
Para aquellos recién llegados tales compras no eran tan fundamentales.
Su hermano asintió de inmediato y ambos se reunieron en la multitud hasta que lentamente empezaron a quedar menos y ellos se convirtieron en los últimos.
Cuando su hermano le pidió una foto ese hombre aceptó sin mucho problema y por su mirada se notaba que le agradaba de cierta manera la fama.
Xaali que había tomado el reloj holográfico lo utilizó en modo cámara para sacar varias fotos y en medio de la foto, el vice-líder del gremio se acercó con una expresión que no ocultaba su emoción.
"Tengo que hablar contigo." Dijo el vice-líder y con un tono bajo, susurró. "Ha llegado una oferta, que será imposible de rechazar."
La mirada de ese hombre llevaba cierta avaricia visible que consiguió que Arnold asintiera.
Rechazando a todos los demás cuando desearon pedirle algunos autógrafos o fotos.
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