Víctor dejó que Ersin le arreglara el traje y la corbata.
Ella estaba a centímetros y sus rasgos delicados podían ser vistos con claridad mientras que sus largas orejas podían ser distinguidas entre su cabello blanco.
Arreglando su corbata, ella levantó su mirada y esos ojos blancos para Víctor fueron encantadores.
"Su Majestad es mejor que se concentre. Hoy será un día importante." Instó Ersin con un tono de una secretaria responsable.
Los labios de Víctor se elevaron en una sonrisa juguetona y asintió con calma.
"Estaré bien. Alguien ha hecho un mejor trabajo de lo que esperaba." Dijo Víctor y riéndose alegremente, comentó. "¿No lo has escuchado? La Gran Cordillera de los Andes que va desde el sur de Chile y Argentina hasta Ecuador, ha entrado en una calma sorpresiva. Todo de 'un día para otro'."
Tal vez porque la guerra europea-demoniaca era más importante o porque prácticamente todos los países en Sudamérica estaban entrando en un estado ca��tico y tumultuoso, no muchos medios hablaron de ese tema.
Algunos políticos y presidentes se adjudicaron conseguir esa calma, pero Víctor sabía la verdad.
"No fue tan difícil, solo me tuve que presentarme ante ellos." Respondió Ersin con calma y dando una mirada, pidió. "Aun así, es preferible darle un lugar para que mantengan su autonomía. En ese lugar hay muchas bestias mágicas inteligentes y principalmente elementales, sería lo mejor mantenerlos como aliados."
Su expresión al hablar de ese tema, analizando las ventajas a futuro hizo que Víctor no pudiera contener su sonrisa.
Ella se estaba dedicada a su trabajo y se estaba esforzando para actuar como la 'secretaria' del futuro Emperador de Sudamérica.
"Por ahora puedes trabajar en secreto en tu proyecto, luego de que unifique el continente me encargaré de aplicar regulaciones para mantener el ambiente de los 'nativos' de la cordillera." Respondió Víctor logrando que ella asintiera.
Si la Iglesia del Tiempo y el Espacio no hubiera traído a los terranovenses, Víctor había priorizado la eliminación y limpieza de la cordillera.
Tal acción le ofrecería una mayor reputación y a la vez le permitiría obtener dinero suficiente para sus siguientes movimientos.
Ahora tenía riqueza extra suficiente y el camino que había elegido su 'secretaria' no estaba tan mal y era útil a largo plazo.
"Es hora." Dijo Ersin al recibir un mensaje en su reloj holográfico.
Solo unos meses necesitó para adaptarse a la tecnología humana, aplicándola a cada parte de su vida.
Saliendo del lugar, camino por la 'Casa Rosada' que estaba en la capital de Argentina y se dirigió a la sala de conferencia.
Al llegar al lugar pudo ver decenas de periodistas de diferentes medios nacionales e internacionales sentados al frente de un podio.
Algunos periodistas se levantaron de sus asientos demostrando respeto por su llegada, pero otros solo se mantuvieron sentados dejando ver algo de menosprecio.
Esas acciones no venían porque ellos eran fuertes, sino que se debía a múltiples razones.
Lo menospreciaban por ser un reciente rango SSS, por ser desconocido y porque literalmente cada uno de ellos no era lo suficiente inteligente para darse cuenta lo que estaba ocurriendo.
"Llevados a cabo los juicios políticos a los diferentes órganos del estado argentino y llevadas a cabo las destituciones de los intendentes, gobernadores y el mismo presidente por actos ilegales, se preparan nuevas elecciones para cada estrato del gobierno." Informó Víctor y dando una mirada indiferente, detalló. "Para las nuevas elecciones se necesitarán requisitos tales como…"
Él empezó a detallar sobre el sistema que estaba aplicando en argentina y que iba a aplicar a todo su futuro imperio.
Cualquier individuo que deseara ocupar un cargo político no solo necesitaba tener un historial limpio sin causas, ni ilegalidades en todo su historial, sino que necesitaban priorizar al 'estado' en general.
En la historia de la argentina y de los países de Sudamérica se habían visto políticos alcanzar un cargo, aunque a sus espaldas tenían causas en contra e incluso actividades ilegales confirmadas.
La idea era que solo aquellos 'limpios' subieran al cargo y a pesar de que sonaba idealista había una forma de conseguirlo.
"Dependiendo del rango de los funcionarios se realizarán un contrato en nombre de los Dioses de la Tierra e independientemente de su ideología se priorizará al 'estado' y la idea de mantenerse limpio. En cuanto más alto sea el cargo, más altas serán las consecuencias en contra de actividades fraudulentas. El Presidente al asumir realizarán un voto a los Dioses de la Tierra de forma directa." Explicó Víctor y al ver bastante perturbación entre los periodistas locales, detalló. "Estos contratos no restringirán su forma de pensar o actuar, solo detendrá a los corruptos de asumir el poder."
Antes de que alguien pudiera intervenir continuo.
El contrato no estaba en su nombre, sino que iba a ser en nombre de los Dioses de la Tierra y si bien era un método excelente para restringir a las personas, también dependía de como se hacía el contrato.
En este caso estaba señalando que priorizarían al 'Estado' y cuando uno pensaba que estaba formando un imperio, entonces estaba claro a lo que se apuntaba.
Un antiguo rey francés dijo; 'El Estado soy yo'… Y a diferencia de ese rey, Víctor no necesitaba depender de otros para dar fuerza a sus palabras.
La aplicación de contratos no era la primera vez que se realizaba, en menor medida lo utilizaba la Unión Europea para mantener la independencia de los políticos y no ser afectados por control mental o dioses.
Sin embargo, en otro lugar que se aplicaron los contratos de la misma forma que ahora, fue en el Imperio Angkor en Asia.
Cada político ya no tenía una obligación moral, sino que las obligaciones eran reales con consecuencias que podían ser peor que la cárcel.
Tal vez los Dioses de la Tierra no eran muy poderosos y los contratos podían ser manipulados dependiendo de cómo se realizará y lo que señalara, pero todos estaban de acuerdo que sus castigos eran reales.
Por supuesto, en cuanto a los contratos secundarios que se realizarían bajo la mesa para restringir a los políticos, no era un tema que se hablara oficialmente.
Desde el poder ejecutivo, judicial o legislativo cada uno tenía exigencias mayores a la hora de asumir cargos.
Tal vez algunos pensarían que se estaba avasallando la libertad, pero esto era Sudamérica.
Un continente en donde hasta había presidentes que eran literalmente narcotraficantes… Solo restricciones de este tipo podían evitar que todo volviera a como era antes.
Hubo algunas quejas que se extendieron en voz baja entre algunos periodistas en el extranjero, pero para Víctor solo le pareció una broma.
"No pueden restringirse de tal forma los organismos argentinos. No importan si dices que habrá elecciones, todos saben que tú ganaras por fraude." Gritó un periodista con enfado.
Él no era alguien idiota que se dejó llevar por su ímpetu para mostrar sus valores, sino que, todo lo contrario.
Trabajaba para un periódico que actuaría como la oposición de su futuro gobierno y que a su vez estaba trabajando para él en secreto.
Ahora solo se le fue pagado para decir tales palabras.
Sería demasiado raro tener una imagen totalmente limpia y Víctor no quería convertirse en un emperador amable y benevolente, quería ser algo más.
"Yo mismo no me postularé como presidente, pero sin duda veré que se lleven a cabo lo que antes mencione." Informó Víctor notando sorpresa por parte de los periodistas.
Se había declarado que se encargaría de gobernar argentina y ahora estaba diciendo que no se postularía para presidente.
Algunos estaban pensando en un titiritero, otro en un rey con una nación bajo a su mando, pero Víctor estaba seguro de que nadie podía ver sus ambiciones.
"¡Yo seré el Emperador de Sudamérica!" Anunció Víctor y liberando su presión para acallar a todos los periodistas, decretó. "Aquellos que deseen estar bajo de alguien que puede cambiar sus vidas, únanse a mí… O esperen el momento de su caída."
Su voz y su presión de rango SSS logró que cada periodista palideciera y temblara.
No fue suficiente para dejarlos inconscientes, pero si para enfatizar su punto.
Iba a utilizar la diplomacia y jugar en las sombras, pero si las cosas se volvían molestas, entonces simplemente tenía que destruir los ejércitos y conquistar las tierras que deseaba.
Se estuvo preparando durante bastante tiempo para realizar este movimiento y estaba listo para enfrentarse a lo que sea que opusiera resistencia.
Le gustaría decir que estaba gobernando para la gente, pero sería mentira.
Controlarlos, usarlos y mantenerlos bien era un medio para su objetivo.
"Ahora denle la bienvenida al primer miembro del Imperio Sudamericano." Declaró Víctor y desde una de las entradas varias figuras aparecieron.
Uno de ellos era el Presidente de Chile juntos a varios funcionarios de alto rango que al lado del anciano que estaba dirigiendo, eran insignificantes.
Ese anciano tenía una barba blanca y llevaba una expresión algo cansada como si el trabajo de tantos años ya lo hubiera agobiado demasiado.
Amado por su gente y querido por su pueblo al mismo tiempo que era respetado por sus oponentes.
Un Gran Archimago de Agua de rango SS… Alfredo Rivas entró a la sala y se arrodilló al frente de él.
"Chile se inclina ante Su Majestad el Emperador." Dijo el anciano junto a los otros funcionarios y levantando su mirada de forma directa, anunció. "Yo Alfredo Rivas el Guardián de Chile le serviré lealmente mientras su gobierno se mantenga próspero y me enfrentaré a todos sus enemigos."
Víctor dio una mirada al anciano y no se acercó para ayudarlo a levantar, solo puso sus manos a su espalda y dio una sonrisa.
Estaba pensando en cambiar ese título de 'guardián' y al mismo tiempo estaba pensando en su siguiente objetivo.
Uruguay y Paraguay eran sus siguientes objetivos y si lo que tenía preparado salía bien, no tendría que iniciar ninguna batalla y sería todo por medio diplomático.
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Edward no pudo negar su sorpresa al ver la conferencia de Víctor Pellegrini, que ahora estaba siendo criticado por los medios extranjeros.
Muchos medios lo comparaban con un posible Malik Zamora, quien empezó de una manera similar.
Aun así, nadie podía negar que entre los ciudadanos de argentina había muchos a su favor.
En cuanto a Chile a pesar de que la reunión para unirse al imperio fue sorpresa para los ciudadanos, no lo fue para los políticos importantes y líderes de gremios, quienes públicamente salieron a dar su apoyo a la decisión de Rivas.
El Imperio de ese hombre no estaba formado oficialmente y la organización no estaba clara, lo que dio cierta incertidumbre a la hora de estar bajo de ese hombre.
Si bien como estaba tratando de la argentina estaba dando confianza al pueblo, era un asunto diferente con los diversos políticos.
Aun así, no importa lo que dijeran los políticos chilenos, quien tenía un gran poder para decidir el destino de la nación, era el Guardián de Chile, Alfredo Rivas.
Y que ese hombre se arrodillara jurando lealtad, trajo mucho apoyo al imperio.
Rivas podría haber iniciado una revolución y tuvo muchas posibilidades para convertirse en el gobernante de esa nación, pero siempre mantuvo sus valores y se mantuvo al margen, supervisando todo.
Entre los países sudamericanos, Chile era el que mejor se encontraba.
Su prestigio redujo los posibles levantamientos por parte de chile y si bien era medio suicida tratar de derrocar a un tirano de rango SSS, la presión social de levantamientos pacíficos podría ser una carga molesta.
En la argentina sucedieron algunas marchas durante este tiempo, pero todas terminaron en nada y dejando ver que nada cambiaria.
Nadie podía negar que la forma eficaz de eliminar la corrupción, juzgar políticos y restringir gremios era demasiado eficiente.
La economía era un desastre, pero ese era un tema del cual se esperaba cambios a futuro.
Edward al ver la hora en el televisor, lo apagó y dejo su habitación.
Ya había guardado todo lo que trajo de viaje y ahora se estaba por ir.
Al salir del hotel, en la entrada pudo ver un auto esperándola y a una jovencita en la puerta.
"¿Vamos?" Preguntó Aurora invitándolo a subir al auto.
Edward asintió en silencio y se subió al asiento de acompañante.
Se le había informado que ella vendría a llevarlo al aeropuerto y él había aceptado sin entender la razón por la cual acepto.
¿Era por qué quería disculparse? ¿O era porque deseaba pasar un poco tiempo más al lado de ella? Quizás esta vez tratando de conocerla sin prejuicios ni rencores inútiles.
Al final, no importaba y él se subió al auto mientras que Aurora se subía en el asiento de conductor.
"Mencionaron que todas las autoridades de Zerzura deben utilizar un auto. Según James para promocionar la compra." Explicó Aurora al ver que él miraba el auto que claramente era nuevo.
Su hotel estaba en el área central y si bien había algunos taxis, no había tantos autos cuando se comparaba con las personas que estaban presentes.
Aventureros, milicianos, mercenarios, paladines y ciudadanos estaban caminando por el centro del área, realizando sus compras o yendo a algún lugar de entretenimiento que se había abierto.
"¿Periodistas?" Dudó Edward con cierta curiosidad.
Aurora estaba viajando lentamente dejando ver que todavía no había logrado acostumbrarse al auto.
Era por esa razón que pudieron ver a algunos periodistas realizando notas, sacando fotos e incluso había algunos que estaba grabando.
"Oh, sí. Acaban de llegar. James estaba preparando algo grande para el mes de julio y según él, es necesario aumentar el reconocimiento de Zerzura a nivel internacional." Explicó Aurora de forma calma.
La 'ola' que se enfrentó Zerzura fue el primer desafío y tras lograr pasarlo con éxito, dejo en claro que Zerzura tenía lo que se necesitaba para hacerse un lugar en las 'tierras de nadie'.
"¿Se hablará de la misión de asalto?" Preguntó Edward al ver que Aurora se detenía en el semáforo en rojo.
No había tantos autos y ella era respetuosa con las leyes, lo que hizo que Edward diera una mirada extraña que trató de ocultarlo con su curiosidad.
"No. No se hablarán de esos temas." Respondió Aurora con calma.
Edward no supo qué decir ante esa respuesta.
Si se hablara de esa misión ella podría obtener una gran fama debido a su capacidad.
A sus dieciséis años de edad era un rango S, lo suficiente hábil y capaz como para eliminar a Señores de la Guerra y a expertos con el doble o triple de su edad.
Tal vez no sería tan reconocida como la 'Primera Heroína' que en su momento fue tendencia por su supuesta edad, pero sin duda destacaría a nivel mundial.
Ambos se quedaron en silencio y Edward la observó conducir.
Esa forma de conducir tan estricta y seria, daba la sensación de que todavía se preocupaba por chocar e hizo que Edward se diera cuenta de que recién ahora la estaba conociendo.
Era a un nivel diminuto, pero lo estaba haciendo.
Hábil, talentosa, sin nada de arrogancia y una joven que era implacable en sus objetivos… Edward pensaba que tal vez en los momentos correctos podía ser alguien divertida y estaba seguro de que ella podría ser una buena amiga.
Tal vez si él no hubiera llegado siendo tan arrogante, quizás si él se hubiera calmado al principio y no hubiera actuado tan infantil… Tal vez, ahora podría haber roto ese caparazón con la cual ella se estaba cubriendo.
A lo mejor ahora, en esta su despedida no sentiría esa emoción desagradable que le daba la sensación de haber desperdiciado oportunidades, que tal vez jamás podría conseguir otra vez.
"No necesitas disculparte si eso piensas en hacerlo." Dijo Aurora y dándole una media sonrisa, declaró. "Es mejor que todo esté en el pasado."
Su tono tranquilo y esa media sonrisa tan simple hizo que por primera vez Edward se diera cuenta de que era muy guapa.
El auto llegó al aeropuerto y ambos se bajaron.
"¿Ya se fue el idiota?"
Una voz sonó de repente en un tono bajo y cuando Edward se giró pudo ver que Aurora trataba de apagar su reloj holográfico.
Había iniciado un audio y por la voz que se escuchó estaba claro que era de esa glotona.
Por la expresión que Aurora estaba dando se notaba que estaba incómoda y por su mirada era posible que estuviera maldiciendo a su amiga.
Activar un audio para que se escuchara esas palabras de repente, sin duda iba a ser incómodo.
"Tiene sentido que me odie." Dijo Edward con una media sonrisa.
No se había comportado de la mejor manera y cuando esa jovencita le dio una paliza, él decidió seguir al grupo en secreto, dejando de lado el hecho de que Alice le había advertido con esa paliza.
Una paliza que le demostró que era débil… Y que, si no fuera por esa paliza, hubiera terminado muerto ante el miedo al aura de esos cazadores, que al final no se compararon a esa glotona.
"¿Odiarte?" Dudó Aurora y al ver que su expresión era seria, ella se rio y comentó. "Si Alice te odiara, ya estarías en un hospital… O en la morgue."
Era un comentario que Edward quiso creer que era una broma, pero por la mirada que daba Aurora y por el peligroso enfrentamiento que tuvo, se dio cuenta de que era la realidad.
"Creo que ya debo retirarme." Dijo Aurora mirando la hora y al verlo estar congelado, ella se detuvo.
Ambos se miraron y ella tras pensarlo, dio un largo suspiró.
"Yo tampoco te odio. Es cierto que fuiste molesto y desagradable, pero en retrospectiva y muy en el fondo, eres alguien bueno." Dijo con una mirada seria y dando una media sonrisa, declaró. "Tienes la capacidad y los medios para alcanzar tus objetivos, pero falta actitud.��
Estaba siendo sincera y si bien era algo doloroso escuchar que le había causado desagrado, esa sinceridad les dio fuerza a sus palabras.
Tal vez era cierto que su ayuda en la batalla en contra de los cazadores dio la sensación de ser un puñado de arena en el desierto, pero para ella ese puñado contó y tuvo valor.
"No me tomes en serio. Solo soy alguien cuya vida es un desastre." Señaló Aurora y dándole una media sonrisa, agregó. "Es mejor que me vaya. Te deseo que puedas lograr tus objetivos. Cualesquiera que sean."
Con esa despedida ella se subió a su auto y avanzó por la carretera dirigiéndose a donde se estaba construyendo la Iglesia del Tiempo y el Espacio.
Era muy posible que volviera a trabajar.
Edward la vio desaparecer por completo.
"¿Objetivo?" Dudó Edward mientras su mente tenía demasiado para procesar.
¿Cuál era su objetivo?
Esa pregunta resonó en su mente y cuando entró al aeropuerto y caminó en dirección a donde tomaría su vuelo, suspiró alejando ese pensamiento.
Antes de pensar en el objetivo, necesitaba fuerza y necesitaba madurar para formarse como alguien que pudiera llevar sus objetivos con éxito.
Dando una mirada hacia atrás a la ciudad, Edward siguió caminando a su destino.
Cuando llego a Zerzura no pudo evitar querer irse a cada momento y pensó que iba a estar feliz cuando al final se fuera.
Hace unas horas se había sentido triste y casi vacío ante la idea de dejar el lugar, pero ahora… Ahora estaba decidido.
En este punto termina la sección de Edward… Como deben saber hay diversos personajes que aparecen en la historia principal y que deben tener su desarrollo y aparición en el pasado, pero que no han aparecido hasta ahora a pesar de que la ciudad avanza. Me disculpo por ello, cada vez hay más para mostrar y finalmente he decidido mostrar, todo lo que deseo del pasado, aunque retrase otra parte.
Sin embargo, eventualmente los personajes que tienen un pasado con Aurora llegaran… Estoy hablando de César, Liam, Urfin y Akira.
Es muy posible que termine el volumen y la historia paralela siga hasta darle un final, que yo deseo. Contando todo lo que se tenga que contar.
En fin, disfruten.
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